El pasado viernes 9 de septiembre se realizó la 19ª sesión virtual del Seminario Permanente de Ética Animal, coordinado por el Dr. Victor Hugo Salazar Ortiz, Profesor-investigador del Departamento de Filosofía de la UAA y representante de Movimiento Ambiental de Aguascalientes A.C. En esta ocasión la ponencia estuvo a cargo de la Licenciada Olaia Freiría, activista española y actual coordinadora de Animal Ethics. Nos ofreció la conferencia «20 años de activismo en defensa de los animales» y en ella nos compartió una exposición autobiográfica de varias anécdotas de su trayectoria.
Olaia Freiría nos contó sobre los inicios de su activismo, el cual data del año 1996, cuando decide entrar a estudiar Filosofía en la Universidad Santiago de Compostela en Galicia, sitio en el que le tocó, por primera vez, escuchar temas sobre derecho animal. Allí mismo conoció a la mayoría de las personas con las que comenzaría su activismo y como parte de éste su decisión de adoptar una dieta vegana.
El veganismo, expone Freiría, fue uno de los temas más importantes con los que se topó en la facultad, pero en ese entonces, ella era vegetariana y la información sobre el veganismo estaba muy poco profundizada, a diferencia de hoy en día que existe mucha información sobre explotación y sufrimiento animal. Al respecto comentó que, junto con un grupo de amigos decidió fundar una pequeña asociación en 1998, Liberación Animal Galicia, para trabajar y difundir estos temas.
Freiría remarcó que, en ese entonces, el activismo no se parecía al que es posible hacer hoy en día, esto porque no había internet, ni redes sociales, por lo que se reducía a la transmisión cara a cara.
Las acciones de activismo que realizaron eran actos de protesta en la calle para intentar generar conciencia sobre la condición animal, que era peor que ahora; además, que no contaban con mucha experiencia ni muchos medios. Las protestas, eran principalmente sobre los zoológicos y la tauromaquia, que solían ser prácticas y lugares muy frecuentados en los años 90.
Ya para 1999, empezaron a difundir sus mensajes en la prensa, pues el periódico era uno de los más importantes medios de comunicación en ese momento. Conceptos tan importantes (y tan conocidos hoy en día), tales como el veganismo y el especismo, no eran temas comunes, siendo muy especial y raro verlos y oírlos.
Olaia, entre risas, comentó que la biblia de todos los que hacían activismo en España era el libro Liberación Animal de Peter Singer; estandarte y umbral del tema de la defensa animal y que abrió a muchos los ojos.
No todo fue fácil realmente, señaló Olaia, porque, por ejemplo, para ese momento nunca recibimos buena aceptación por parte de la prensa, era un tema muy marginado y casi a nadie le interesaba ni comprendía. Pasábamos de «la ridiculización al cabreo», expresó con énfasis. Incluso, ejemplo de ello fue que, en «uno de los activismos más profundos que realizamos en el 99, que fue en una pasarela de moda en la que se exhibían atuendos elaborados con pieles de animales, nuestra intervención estuvo mal organizada y denotaba poca experiencia».
Olaia compartió que su primera interacción formal en España con otro agente que manejase la misma motivación, fue un centro llamado Alternativa para la Liberación Animal, el cual no estaba en nuestra localidad de Galicia, pero difundía los temas de la explotación animal, derecho animal y especismo de una manera más profunda. Aprendimos mucho de ellos, ya que nos solíamos comunicar muy seguido. Éste fue nuestro primer paso adelante.
Para el año 2000 Olaia creó una fundación llamada Rights for Animals (Derechos para los Animales), cuya intención era impactar de forma internacional y, con ello, profesionalizarse cada vez más. Sus objetivos eran claros: la explotación animal era quien dejaba más víctimas que cualquier otra actividad humana, por lo que «estábamos dispuestos a darlo todo por los animales».
La ponente continuó diciendo que en 2006 empezaron a colarse en Inglaterra, más específicamente en Londres para, con humildes intentos, generar mayor contenido y consistencia a sus protestas. En Londres se dieron cuenta de que la información y apreciación que se tenía sobre el tema de los animales era prácticamente igual que en España., y ya hablamos de un año 2006.
Su lucha consistía en debatir con otra gente, protestar contra empresas que explotan cruelmente animales, como la de cosméticos, etc. «Queríamos sentar las bases para una organización sólida que continuase en el futuro», señaló Freiría. Además «Necesitábamos muchas cosas, entre ellas, financiación, pues todo salía de nuestros bolsillos. Finalmente, con el tiempo, decidimos separar los proyectos, ya que era muy pesado por un lado dirigirnos de manera internacional, y local por el otro».
Para la primera década del 2000 Olaia se mudó de Galicia a Barcelona, y para ese entonces fueron apareciendo poco a poco más y más interesados, además se fundaron también más organizaciones (algunas de ellas todavía existen hasta la fecha), con lo que surgieron nuevos proyectos para nuestro centro. Posteriormente volvieron a cambiar el nombre, esta vez a Fundación Eco-Animal, por motivo de una coalición que hicieron con Alternativa para la Liberación Animal.
La Fundación Eco-Animal fue su segundo mayor paso, porque ya tenían una mayor cantidad de recursos y una red de activistas que hacían sus operaciones en toda la ciudad de Barcelona, incluso llegaron a poseer mercancía oficial para su causa, por la cual muchas personas llegaban a sentirse identificadas.
También, expuso Freiría, «fue la época en la que empezamos a trabajar online, y tuvimos nuestra página web». En ese momento, el núcleo de la lucha se trasladó principalmente a foros virtuales, y había uno llamado Foro Vegetariano en el que debatían y transmitían mucha información e imágenes sobre la explotación animal; el lado negativo del aspecto online es que se suele perder mucho tiempo en debates eternos que parecen no llegar a ningún lado.
Pasaron los años y, en el 2015 como Fundación Eco-Animal, participaban en canales de difusión en los que exponían el por qué estaban en contra de la experimentación, maltrato, explotación y asesinato animal. También hacían performances en las calles, por ejemplo, construimos una escultura de varios metros de altura de un toro maltratado. Incluso, agregó Freiría, llegué a estar en prisión por actos de desobediencia civil.
La vida del activismo es muy rica en experiencias, y lo que más he aprendido, dijo Olai Freiría, «es que no hay que tener ansias de resultados inmediatos, sino a mediano y largo plazo, todo para contribuir a ayudar a futuras víctimas sintientes».
Invitamos a las personas interesadas en ver la presentación de la 19ª sesión del Seminario Permanente de Ética Animal a que la revivan en el canal de YouTube de Guadalupe Castorena, y así conocer completamente la exposición de Olaia Freiría, de la que aquí sólo dimos un pequeño esbozo.