El pasado viernes 9 de septiembre se realizó el sexto concierto de la tercera temporada 2022 de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes en el escenario que sigue siendo su casa, el Teatro Aguascalientes. El repertorio elegido para este sexto programa de los nueve que conforman la tercera temporada del año en curso inició con Finlandia, no sé si por su brevedad lo podamos llamar poema sinfónico, aunque su carácter descriptivo así nos lo indicaría, pero independientemente de eso funcionó muy bien como obertura, para continuar después con el Concierto para flauta de Nielsen, una obra que transgrediendo la regla no escrita de que un concierto debe tener tres movimientos, este nos presenta solo dos , los dos, por cierto, son rápidos: Allegro moderato el primero y Allegretto el segundo. La solista convocada para este compromiso es Megan Maiorana, ella es la principal de la sección de flautas de la propia Sinfónica de Aguascalientes.
Al momento de escribir las líneas que generosamente estás ahora leyendo, he tenido la oportunidad de charlar un par de veces con el maestro Jorge Oviedo Jaramillo huésped de este concierto, una plática previa a cada uno de los dos programas que le han sido encomendados, él me comentaba que se ha perdido la intención de encargar obras a los compositores, y de alguna manera, inhibiendo el trabajo creativo, él es, además de director, compositor y entiendo un poco lo que sucede con él, posiblemente siente que el trabajo de dirección le roba tiempo a la composición, toda proporción guardada, es lo que ha sucedido con muchos compositores a lo largo de toda la historia de la música, se entregan al trabajo de la dirección orquestal robándole tiempo a la composición. Lo que se necesita, dice el maestro, es que las instituciones vuelvan a solicitar obras a los compositores, finalmente el mecenazgo no debe ser una actividad del pasado, del Renacimiento, del Barroco, del Clasicismo o del Romanticismo, en nuestro tiempo sigue habiendo excelentes compositores y, por supuesto, la necesidad de crear está ahí, latente, y nada mejor que encargar una partitura para cualquier tipo de celebración. El maestro Jorge Oviedo Jaramillo tiene razón, hacemos votos para que el trabajo creativo, no sólo en música sino en cualquier rama de las bellas artes se estimule con generosidad.
La participación de la maestra Maiorana fue exactamente como lo teníamos en mente, es decir, su pulcra y virtuosa ejecución es lo que esperábamos, ya anteriormente había abordado este mismo repertorio con los mismos resultados satisfactorios, nos sorprende, por supuesto, su facilidad de expresión, su desbordada elocuencia, su ejecución virtuosa, nos sorprende, no porque no lo esperáramos, sino porque en el momento de la ejecución, aunque tengamos conciencia clara de sus alcances como solista, la magia surge en ese momento y es imposible no sentirte conmovido por lo que estamos escuchando en el momento del concierto.
Después del intermedio vino una obra que en lo personal esperaba con entusiasmo, por su incuestionable belleza pero también por lo poco probable que tenemos de disfrutar de una ejecución en vivo de la Sinfonía No.1, Op.13 en sol menor de Tchaikovsky.
Le comentaba al maestro Jorge Oviedo que había escuchado algunas versiones de esta sinfonía, siempre en grabaciones, esta era la primera ocasión que tenía la oportunidad de escucharla en vivo, y me parecía lúgubre, incluso oscura y opaca, pero al escucharla en vivo la encontré sumamente brillante y muy fácil de escuchar, como una verdadera caricia al oído, es cuando definitivamente no entendemos cómo es que una obra de esta belleza esté relegada de las temporadas de muchas orquestas del mundo, y sea injustamente eclipsada por las tres últimas sinfonías de Tchaikovsky.
El maestro Jorge Oviedo Jaramillo hizo una ejecución cristalina, con un brillo intenso y maravilloso, con una capacidad increíble de tocarnos las entrañas a todos los que estábamos en la sala del Teatro Aguascalientes, soberbia realmente la versión del maestro Oviedo Jaramillo.
Lo triste es que, bueno, siempre hay un pero, por un lado, me parece una falta de atención no obsequiarle a quienes participan como solistas un ramo de flores, es una buena costumbre que todas las orquestas tienen, la nuestra no era la excepción, no obstante, recientemente esta tradición se ha perdido y lo digo con tristeza, me parece una descortesía con quienes participan como solistas. Por otro lado, tuvimos otra vez un episodio lamentable, en esta ocasión por la falta de edecanes, es la primera vez en los últimos treinta años, al menos que yo recuerde, que no hay edecanes en un concierto, así que después del intermedio, ya estaba el segundo movimiento de la sinfonía de Tchaikovsky y todavía seguía entrando público a la sala, esto de verdad, es imperdonable, es una falta de respeto para quienes con puntualidad y previendo todo, regresamos a tiempo a nuestros lugares, y esto es justamente por la ausencia de edecanes que son quienes no permiten el acceso a la sala una vez que la obra ha comenzado. Es una pena, espero que ese problema no se vuelva a repetir, sobre todo por respeto a su majestad la música.
Esta noche, con motivo de los días patrios, la OSA presenta un programa compuesto por canciones de la cultura popular mexicana, esto será hoy jueves, cambia su fecha del viernes por el jueves por única ocasión, a las 20:00 horas en el Teatro Aguascalientes.