En Estados Unidos algunas estaciones de bomberos y hospitales tienen espacios con aberturas en sus paredes, similares a un buzón. Estos son depósitos para que las personas puedan dejar bebés en caso de no querer o poder encargarse de ellos, dándolos en adopción. Se denominan Safe Haven Baby Boxes (cajas de refugio seguro para bebés, en español).
Estos buzones cuentan con temperatura regulada y una puerta que no puede ser abierta desde el exterior una vez cerrada. Cuando se deja un bebé, se activa una alarma silenciosa para que personal capacitado llegue a recogerlo en un tiempo aproximado de dos minutos.
Todas las entidades de los Estados Unidos cuentan con leyes para el refugio seguro de bebés. Es decir, cuando una persona no desea hacerse cargo de un infante puede acudir a un hospital para dejarlo con el personal sin ser acreedora a cargos criminales. No se cuestiona el motivo de la entrega o se niega la recepción del bebé, únicamente se hace un cuestionario opcional de historial médico.
Las razones de Safe Haven
Las cajas Safe Haven llegan más lejos, permitiendo el anonimato total de quien cede a su hijo o hija. La organización que las instala capacita al personal que recibe los bebés — comúnmente bomberas o enfermeras — quienes se aseguran del bienestar del niño antes de entregarlo a las autoridades correspondientes.
Además de las cajas, Safe Haven cuenta con un servicio telefónico, el cual funciona las 24 horas para dar asistencia a quienes se encuentren en desesperación después de tener un hijo no planeado. Esta línea es gratuita; su objetivo es ayudar a las personas que llaman a considerar su decisión, dar alternativas en caso de decidir conservar al bebé y dirigirlas con profesionales si su salud física o mental peligra.
La fundadora de esta iniciativa es Monica Kelsey, hija de padres adoptivos. Ella se enteró en su edad adulta que su madre biológica fue víctima de una violación cuando era adolescente, por lo que decidió abandonarla en el hospital unas horas después de dar a luz.
Su experiencia la llevó a participar en diversas iglesias y organizaciones opuestas al derecho al aborto, argumentando que un hijo o hija no debe sufrir por los actos cometidos por sus progenitores. Sin embargo, menciona que su proyecto no se relaciona con la legalización de la interrupción del embarazo, sino busca evitar que los bebés sean abandonados, maltratados o incluso asesinados. “Las madres que atendemos diariamente ya han elegido la vida de sus bebés“, asegura Kelsey.
Lamentablemente, el abandono inseguro de bebés sigue ocurriendo en el mundo y los Estados Unidos. En enero de 2022 una persona de Nuevo México dejó su hijo recién nacido en un basurero. Fue arrestada días después, acusada de intento de homicidio y abuso de menores. Al confesar, afirmó que entró en pánico, no sabía que hacer o a quien llamar, por lo que decidió deshacerse del niño.
“La misión de Safe Haven Baby Boxes es prevenir el abandono ilegal de recién nacidos mediante la creación de conciencia, ofreciendo una línea telefónica de 24 horas para madres en crisis y ofreciendo los depósitos de entrega segura como un último recurso para mujeres que desean mantener un anonimato completo“, se destaca en el sitio de la organización.
Se contabilizan actualmente más de 100 buzones de este tipo en diversas entidades de los Estados Unidos, como Indiana — donde comenzó la iniciativa y reside la fundadora — Ohio, Kentucky, Arkansas, Florida, Nuevo México y Arizona. EEUU no es el único país donde existen estos depósitos; en Alemania y Dinamarca, por ejemplo, funcionan proyectos similares.
Las críticas a los buzones de bebés
Safe Haven no está exenta de críticas. Una de las razones por la que se discute su utilidad es el marco legal que ya permite la entrega de bebés en hospitales o incluso estaciones de bomberos y policía. Mencionan que la cesión directa en manos profesionales es preferente a dejar al bebé en un buzón.
Además, se cuenta la incapacidad para conocer el historial del menor cedido, por lo que prácticamente es imposible saber si tiene alguna predisposición genética a desarrollar enfermedades o si fue víctima de maltrato o negligencia, requiriendo atención especial.
Otro inconveniente es el anonimato total de la madre o padre que deja a la menor, pues pierde todos sus derechos como progenitora. Comúnmente, los hospitales que reciben algún bebé para adopción permiten un tiempo para que la persona que la cedió pueda reconsiderar su decisión y recogerla de vuelta. Con las cajas Safe Haven esto es sumamente difícil, además que el infante obtiene nula información sobre sus orígenes.
Para varias expertas, el hecho que existan estas cajas habla de una falla en la protección y promoción de los derechos de las personas gestantes. Es posible que quienes las usan hayan pasado por abusos o violaciones. Asimismo, entre los motivos por los que una persona deja a su bebé de esta manera se pueden encontrar la precariedad socioeconómica, adicciones, nulo acceso a servicios de salud, entre otros.
Es necesario mencionar que en junio de 2022, la sentencia Roe v. Wade fue anulada por la Corte Suprema de los Estados Unidos. Vigente desde 1973, esta permitía que las mujeres y personas gestantes pudieran abortar sin ser criminalizadas en todo el país.
Después de la anulación de la sentencia, varios estados prohibieron la interrupción voluntaria del embarazo, entre ellos Indiana y varios territorios donde funciona Safe Haven. Grupos conservadores han apoyado esta organización, sosteniendo que ceder en adopción a un bebé no deseado es preferible al aborto.
No obstante, las críticas a Safe Haven sostienen que los programas de adopción deben ser fortalecidos para evitar que una persona recurra a la entrega anónima de su bebé. Por otra parte, el reconocimiento al derecho al aborto es necesario para prevenir que las personas gestantes se vean obligadas a continuar con su embarazo, incluso siendo posible dar al infante en adopción.
Cabe señalar que en 2016 comenzó este proyecto, años antes de la eliminación del aborto en los EEUU. Se espera que aumente el número de bebés abandonados, por lo que Safe Haven pretende ser una alternativa — de último recurso, según apuntan — para quienes no quieran hacerse cargo de su hija.