El regreso a clases está a la vuelta de la esquina. Fueron alrededor de ocho semanas en las que niñas, niños y jóvenes estuvieron alejados de las aulas. En este momento, sabemos que la principal preocupación de madres y padres de familia es el regreso a clases y los gastos que ello implica. Cuando hablamos de los costos del regreso a clases, se vuelve obligatorio hacerlo en relación con su impacto en la economía de los hogares. Como consecuencia de las elevadas tasas de inflación no solo en México, sino en el mundo entero, nos encontramos en un escenario económico particularmente difícil. Por ello, centraré mi editorial de esta semana en abordar estas complejidades.
Recientemente, el INEGI dio a conocer el Índice de Precios al Consumidor (INPC), cuya variación porcentual permite medir la inflación de un periodo a otro. Para julio de este año, el INPC registró un aumento de 0.74% respecto al pasado mes de junio; esta variación, en efecto, colocó la inflación general anual en 8.15%, un porcentaje que en términos simples significa un aumento muy importante en el costo de vida de las personas.
El componente asociado a la educación también sufrió un aumento superior del 3% en comparación con julio de 2021. En consecuencia, es de esperar que las madres y los padres de familia enfrenten una notable alza de precios en útiles, materiales escolares y, por supuesto, en las colegiaturas. Para quienes nos encontramos en cargos y posiciones donde se toman decisiones que impactan en la vida cotidiana, este escenario constituye un llamado urgente a impulsar acciones y programas que aligeren el elevado costo de la vida y, de este modo, hacer más llevadero el ya inminente regreso a clases.
A nivel nacional identificamos ya algunas acciones gubernamentales, cuyo objetivo consiste en ayudar a que las familias mitiguen los gastos derivados del regreso a clases; sin embargo, los esfuerzos aún no son suficientes ni se han extendido a todas las entidades federativas. A manera de ejemplo, vale citar las acciones del Gobierno de Guanajuato, con el programa “Útiles escolares para primaria”, para apoyar a 620 mil 855 estudiantes de más de 3 mil planteles, lo que representa una inversión de alrededor de 207 millones de pesos. Por su parte, el Gobierno de la Ciudad de México echó a andar el programa de apoyo “Uniformes y útiles escolares”, que consiste en una transferencia monetaria para tales fines y cuyos montos por nivel educativo son los siguientes: 870 pesos para preescolar; 1,000 pesos para primaria, y 1,050 pesos para secundaria y Centros de Atención Múltiple (CAM). Asimismo, se han anunciado acciones orientadas a la regulación de precios por parte de la PROFECO, con la finalidad de evitar cobros adicionales y proteger el bolsillo de las familias.
En el caso de Aguascalientes, existen diversas acciones y programas dirigidos de manera directa o indirecta a disminuir los costos del regreso a clases. Actualmente, por ejemplo, se destinan 200 pesos por alumno inscrito en educación básica pública y que cada ciclo escolar representan 51 millones de pesos, mismos que se destinan a la limpieza y mantenimiento de las escuelas. A estos apoyos se suman los 13 millones de pesos para uniformes escolares, así como los más de 10 millones presupuestados para servicio de Internet en las instituciones educativas.
El alto costo de vida que enfrentamos actualmente exige que las instituciones y organismos del estado tengan una mayor presencia en la vida cotidiana de la población, sobre todo en áreas fundamentales para la recuperación social y económica, en especial, la educación. Cualquier orden de gobierno está llamado a involucrarse en el desafío de lograr un regreso a clases que sea más llevadero para las madres y padres de familia, pues de ello depende la solución a problemas de gran magnitud que arrastramos, incluso desde antes de la pandemia, como la deserción y el rezago educativo. En este sentido, es importante destacar que los apoyos para aligerar el costo del regreso a clases tienen un objetivo esencial: que las y los alumnos permanezcan en la escuela, no en las calles.
Así pues, el llamado es a cerrar filas, que todas y todos participemos en la educación, porque no podemos dar un paso atrás en este ámbito, pues sería un error que pondría en peligro la vanguardia que mantiene Aguascalientes en diversos sectores, fruto de los buenos resultados en materia educativa. Por lo tanto, madres y padres de familia, pero también las organizaciones sindicales, sociedad civil organizada, el empresariado y, por supuesto, los diferentes niveles de gobierno deben tener una visión de Estado y a futuro en lo que concierne a la educación.
Desde la Comisión de Educación y Cultura del Congreso del Estado de Aguascalientes, hago un llamado a mis compañeras diputadas y a mis compañeros diputados, así como a las autoridades correspondientes a poner manos a la obra en esta materia, con el objetivo de coordinar acciones en favor del bolsillo de las familias aguascalentenses y, por supuesto, del avance educativo.
Como siempre, te invito a que sigamos conversando a través de mi correo electrónico “[email protected]”, o bien, en redes sociales: Maestro Perezchica, en Facebook e Instagram, y @RaulPerezchica, en Twitter, ¡nos leeremos la próxima semana!