“No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tú país” John F. Kennedy.
Estimado lector de LJA.MX con el gusto de saludarle como cada semana, pero sobre todo agradecerle por tener a bien leer esta columna, la semana pasada hice mención sobre la corrupción en nuestro país, del mismo modo expresé que la antítesis de ese mal incrustado en la sociedad es la educación. Como docente debo expresar que considero que los alumnos son la esperanza presente de esta nación, les toca volver a tener creencias para poder arraigar ideologías que generen progreso y equilibrio en un lugar en donde son endebles. La juventud es una preciada bendición que enarbola las raíces de lo que será el futuro, es importante que tengan disciplina y compromiso social con su entorno, que no actúen por inercia, que analicen y sean hacedores de la duda filosófica, que sean críticos, pero mejor aún, que sean propositivos, las palabras convencen, pero los ejemplos arrastran. La filantropía siempre es un proyecto de impacto y de progreso. Es por ello que decidí realizar este escrito como parte complementaria al texto pasado.
Hace algunos meses se decidió de manera conjunta entre alumnos, alumnas y docente, la posibilidad de realizar un evento de filantropía como parte del programa de actividades, en primera instancia la iniciativa generó incertidumbre, no obstante, cuando finalizó el proyecto los alumnos pudieron referir que este tipo de actividades son muy importantes porque primeramente sensibilizan y posteriormente generan conciencia de las cuestiones que son importantes, del mismo modo, comentaron lo trascendente que es ayudar y ser solidario con las necesidades que arroja el entorno en el que nos desenvolvemos, creo firmemente que en la medida en la que involucremos a las nuevas generaciones en esquemas de aprendizaje integral, tendremos como resultado impactos sociales y la generación de una nueva tesitura de responsabilidad ante un mundo individualista.
La teoría económica es importante, la enseñanza integral consiste en la relación que existe entre la praxis y la propia teoría, es un aprendizaje significativo, los alumnos fueron testigos en cada uno de los eventos, el hecho de preparar alimentos, armar paquetes de juguetes y convivir entre ellos, es un ejemplo de los valores que deben permear en las tesituras del conocimiento. Es menester resaltar que los alumnos se organizaron con absoluta libertad, ellos definieron como conformar los equipos y que tipo de proyecto de filantropía iban a realizar, desde llevar comida a un refugio de perros, hasta hacer un evento de entrega de juguetes a niños de una comunidad.
“La filantropía trata de hacer una diferencia positiva en el mundo al dedicar sus recursos y su tiempo a causas en las que cree”. Jeff Skoll.
Como en toda iniciativa siempre existen los retos, el primero de ellos fue considerar la posibilidad de hacerlo, pues comúnmente se piensa que la escuela solo es la propia escuela, estudiar, hacer un examen, salir de vacaciones etc. Creo firmemente que la escuela empieza afuera de ella, de poco sirven los grandes teólogos, de mucho sirven alumnos dispuestos a trabajar por una mejor ciudad, por un mejor país desde una perspectiva humanista forjada en la solidaridad y en la subsidiariedad.
La alegoría de plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro, consiste en dejar algo que perdure, que sea de bien para la sociedad, es la esencia de la educación, lo que sigue para los alumnos y las alumnas que hicieron estos eventos, es tomar esa acción como una forma de vida, y no esto no es una aseveración de quien escribe estas letras, es parte de la conclusión a la que llegaron, una alumna refirió lo siguiente “Con este evento me di cuenta de que hay tanto dolor en las calles que es ineludible no hacer algo” otro alumno comentó los siguiente: “Después de ver la mirada y la sonrisa de ese niño al entregarle un juguete, todo valió la pena profe”.
Es fundamental y de vital importancia comunicar todo bien que se haga, no es que sea una ínfula preponderante, pero, así como algunas noticias en algunos medios están llenas de información amarillista, del mismo modo, se debe comunicar lo positivo, lo que inspira, lo que engrandece al humano. Nuestro México necesita alumnos con buenas calificaciones, pero más aún, necesita ciudadanos con la disposición de dar a nuestra patria esperanza presente, el mundo no cambia con las opiniones, el mundo cambia con los ejemplos, gracias a todos los alumnos y alumnas que fueron y seguirán siendo ejemplo.
In silentio mei verba, la palabra es poder.