A través de su cuenta de Twitter, el jefe del Ejecutivo mexicano señaló: “Para el 4º Informe del día 1 de septiembre grabé unos breves mensajes que, de acuerdo a la ley, pueden transmitirse una semana antes y una después en medios de comunicación”, por lo que compartió el primero de ellos, en el que destacó que “No somos iguales. Durante los gobiernos neoliberales, las pensiones jugosas eran para los expresidentes, para los altos funcionarios públicos. Ahora las pensiones son para todos los adultos mayores del país, los ancianos respetables”. Así empieza su trayecto rumbo al próximo 1 de septiembre, Andrés Manuel López Obrador pronunciará su cuarto informe de gobierno en donde destacó lo que él considera como “logros” en su presidencia de México.
Seguramente en estos días se harán públicos otros mensajes promocionales del tipo del anterior, bajo el mismo molde del “no somos iguales”, “primero los pobres”, “los gobiernos neoliberales” y así, pero también es cierto que lo que no se dice, comunica. De esa manera debemos esperar la ausencia de mensajes de su gobierno como el del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O (Proceso, 26/08/22) quién señaló que las finanzas nacionales están presionadas por los aumentos de los costos de las obras magnas del presidente, éste último reconoció que el Tren Maya terminará costando alrededor de 20 mil millones de dólares frente a los 5,917 millones de dólares originales, mientras que la refinería Dos Bocas, pasó de 8 mil millones de dólares a 18 mil millones. Es cosa de traducir los montos a pesos mexicanos para calibrar el tamaño del boquete. Aunque, según declaraciones del propio funcionario, lo anterior no altera el balance de la deuda externa de México, y que no se rebasará la relación deuda/PIB por arriba del 51% para el 2023, aunque hoy esa relación ronda ya el 48.9%, lo que, a su criterio, “aún hay espacio de maniobra”. En ese contexto presupuestal, Ramírez de la O declaró que “siempre habrá oportunidades para ajustar programas que han estado ociosos o no son tan indispensables como se pensaba en administraciones anteriores”, como aquellos relacionados con la ciencia, cultura, salud, educación, por ejemplo. El funcionario adelantó que el presupuesto de 2023 contendrá un déficit fiscal basado en mantener el índice de deuda dentro del rango objetivo y será “realista”.
En la víspera, el diputado federal Erasmo González Robledo aceptó que el secretario de Hacienda, durante la plenaria de Morena, aseguró que el presupuesto será “equilibrado, realista y responsable”. Y abundó: “Nos dio los lineamientos con los cuales se puede ir entendiendo, de manera anticipada, el Paquete Económico. Un impulso y garantía en el presupuesto de los programas sociales: la pensión de adulto mayores, las becas para los jóvenes en preparatoria pública y lo que corresponde a los apoyos para personas con discapacidad”.
Legalmente, al presidente lo alcanzó el cuarto año de su ¿gobierno?, y en cosa de nada los sueños y aspiraciones lopezobradoristas se han ido diluyendo frente a una realidad conspiradora como seguramente la califica el huésped de Palacio Nacional, y el cambio de régimen, la Cuarta Transformación, puede quedar en un simple cambio de gobierno. Las reformas constitucionales en materia de energía y electricidad no se lograron, tampoco transitarán en lo electoral y el intento de adscripción de la Guardia Nacional a la Defensa no pasarán en el Congreso.
La inseguridad y la acción de los grupos del crimen organizado siguen creciendo en el país y es otro elemento del estrés nacional y de enojo de los norteamericanos. En las últimas semanas, el país sufrió violencia en varios estados (apenas el sábado pasado se replicó en el vecino y morenista estado de Zacatecas). Con lujo de fuerza y armas de alto poder, la delincuencia sembró el caos incendiando vehículos y establecimientos comerciales en un claro reto al gobierno. Los hechos exhibieron al gobierno y lo puso en el escaparate de la crítica de la opinión pública nacional y mundial.
El éxito del 4º Informe se topa con el problema de la realidad: imposible ignorarla. La necesaria tranquilidad social del país lleva un rato ya comprometida. Los insumos que los mexicanos requieren para trabajar y avanzar para el sostenimiento del país se han diluido rápidamente, pronto ya no admitirán más distractores, al gobierno le urge un golpe de timón que concilie la conciencia de buena parte de la sociedad, pero la personalidad de este gobierno nos advierte que este cambio de actitud no se dará. El síndrome de la autocomplacencia cuatrotera es pernicioso y de graves consecuencias.
Llegará el informe del 1º de septiembre en medio de la consulta a los términos del T-MEC entre México, Estados Unidos, Canadá y el hígado del presidente López Obrador. Encima la Corte Interamericana de los Derechos Humanos con sede en San José Costa Rica resolverá acerca de una demanda contra el gobierno de México por el tema de la prisión preventiva oficiosa por el caso de una persona que lleva 19 años recluida sin sentencia. Agreguemos el pírrico crecimiento económico para este 2022, ya sin pandemia. La impotencia del gobierno federal para resolver el caso de los mineros de Sabinas. La ¿ratificación? de la “Verdad histórica”, y su tránsito de verdad mentirosa peñanietista a verdad verdadera de la 4t, más la mancha a la impoluta imagen del Ejército mexicano, el gran aliado sexenal por su participación en el crimen de Estado (Alejandro Encinas dixit).
Al presidente sólo le queda presumir las grandes cantidades de recursos fiscales a los adultos mayores, a las becas “Benito Juárez”, y los apoyos a las personas con discapacidad. Quizá también pueda colgarse la medalla en el incremento de las remesas en este año del 16.6% respecto al año anterior, aunque debería pensárselo bien. Sin olvidar, por supuesto, el incremento de secciones en el “ejercicio de comunicación circular” de las mañaneras y su innegable éxito en el ataque a los “adversarios” de la 4t.
Así el 4º Informe ratifica la afirmación presidencial del “no somos iguales”.