En la Galería de la Ciudad de la Casa de la Cultura Víctor Sandoval se exhibe Memoria del color, obra de Francisco Ledesma que representa una retrospectiva de 25 años de trabajo del artista y que se compone de 25 obras, divididas en 5 secciones, proyectos en los que el autor fue incursionando e incluso desarrollando técnicas propias: Topologías de la textura, Escenas de la vida cotidiana, Recapitulación del silencio, Dispersión uno y Dispersión dos.
En las secciones Dispersión uno y Dispersión dos, Ledesma presenta trabajos realizados con una técnica que inventó a la que llamó precisamente dispersión y que consiste en una fórmula química con base en óleo y mezcla de solventes que somete a un método de cuatro pasos de aplicación para lograr una serie de texturas y detalles que combina con colores que se fusionan y cuyo resultado, aunque es abstracto, da formas sugerentes que el público puede interpretar. Dispersión dos, en particular, consta de obras en gran formato en tela, proyecto en el que Ledesma actualmente trabaja llamado 100 y que consta de realizar 100 obras de gran formato de dispersión.
En Escenas de la vida cotidiana, Francisco Ledesma juega con pinceladas de humor, representando escenas históricas o míticas con otra técnica propia, capas de tela en bajo relieve, con fondos y formas mucho más sintéticas a simple vista, pero cargados de detalles en la observación minuciosa, gracias a las texturas que aportan los materiales.
En topologías de la textura, Ledesma exploró una técnica con tela plisada y óleo, dando resultados con cierto volumen y que conservan el estilo de simplicidad en las formas y los colores.
La sección Recapitulación del silencio representa una aproximación al silencio a través de formas geométricas y colores oscuros, una ventana a significados personales del artista.
Jorge Terrones indica en el texto de sala sobre el artista: A lo largo de un cuarto de siglo, la obra de Francisco Ledesma ha explorado distintas clases de abstracción, aunque diría que sobresalen dos: una metafísica y otra biológica. (…) Tanto en la abstracción metafísica como en la abstracción biológica hay luces y sombras, tal vez como en cualquier obra de arte, pero hay un detalle que las vuelve singular: casi no hay espacio para los matices. Digo: uno no siente más o menos a Dios o a una enfermedad. Los siente o no. El arte de Ledesma se ve en una pintura, pero se siente cuando se observa a uno mismo.
Memoria del color retrospectiva de Francisco Ledesma se exhibirá, con acceso gratuito, hasta finales de octubre de martes a domingo.