- Que las autoridades hagan lo conducente, señala el actual mandatario
- La organización internacional hizo un llamado a las autoridades locales a volver a investigar los 40 casos de tortura documentados
Luego de que la ONU-DH publicara la investigación Hasta perder el sentido: informe sobre la práctica de actos de tortura y malos tratos en Aguascalientes entre 2010 y 2014, donde se consignan al menos 40 casos de tortura perpetrados por agentes de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (a cargo de Felipe Muñoz Vázquez), durante el sexenio de Carlos Lozano de la Torre, el actual gobernador Martín Orozco Sandoval no tiene comentarios al respecto.
Después de la presentación de dicho documento, en entrevista colectiva el mandatario señaló no tener opinión al respecto, dado que esos crímenes no se cometieron en su “año” y, por tanto, concluyó: “que las autoridades hagan lo conducente”.
El informe de la ONU-DH detalla y evidencia el sistema creado por distintas dependencias gubernamentales para no solamente dar paso a la tortura, sino también para la impunidad de esos casos que, a la fecha, siguen sin resolverse.
Algunas de las víctimas de los 40 casos mencionados fueron torturadas para declarar ante las autoridades que eran culpables de delitos que no cometieron y, como consecuencia, fueron privadas de su libertad. Además, algunas de ellas todavía siguen privadas de su libertad, mientras que, casi una década después, ninguno de los servidores públicos implicados en las torturas ha sido debidamente sancionado, todos siguen libres e incluso algunos ocupando espacios en el servicio público.
En la presentación de la investigación, donde existen testimonios de los sobrevivientes de tortura, y donde también se señalan algunos puntos de la ciudad donde se perpetraban estas violaciones a derechos humanos, la representación de la ONU-DH fue enfática en que las autoridades locales, de la actual administración deben retomar este informe para investigar nuevamente todos los casos. También se hacen recomendaciones para prevenir, evitar y erradicar el sistema de complicidades que permitió las torturas todavía hoy impunes.