- Se han registrado al menos 84 denuncias de tortura a mujeres en la entidad; tres fueron de tortura sexual.
- El último diagnóstico de la Segob evidencia casos de tortura que mujeres privadas de su libertad han sufrido. Es un problema generalizado.
“Cuerpo, tortura, policía, detención, golpes, rostro, ministerio público, hij@s, desnuda”, son las palabras más comunes y más representativas en los testimonios de mujeres sobrevivientes a tortura y tortura sexual encontradas en el recientemente publicado Diagnóstico nacional sobre tortura sexual cometida contra mujeres privadas de libertad en México, donde se consignó detalladamente que “7 de cada 10 mujeres sufrieron algún tipo tipo de violencia, incluyendo la tortura sexual”, en las diferentes etapas de su proceso. Cifra y realidad de la que no se escapa Aguascalientes.
En el amplio diagnóstico de 234 páginas, el primero de su tipo realizado por la Secretaría de Gobernación (Segob), se documentan relatos de mujeres que, en principio no se dieron cuenta de que fueron víctimas de abusos en cualquiera de las etapas de su proceso legal -arresto y traslado, puesta a disposición ante el ministerio público, arraigo, traslado y estancia en centro de reclusión y la etapa de juicio-, pero que finalmente fueron crímenes que violaron sus derechos humanos.
“Como parte de la ‘normalización’ de la violencia, algunas mujeres que participaron en la entrevista, en un principio no se reconocían como víctimas; sin embargo, durante el desarrollo del cuestionario pudieron identificar algunas prácticas violatorias de derechos humanos, con lo cual, la cifra de mujeres violentadas se incrementa de 7 a 8 de cada 10 mujeres que fueron víctimas de violencia en algún momento de su proceso judicial”, agrega el documento revisado por LJA.MX.
Para el diagnóstico se hicieron 1280 entrevistas a mujeres en 66 centros penitenciarios femeniles y mixtos, entre los cuales se cuenta el CERESO femenil de Aguascalientes, y con base en ello se identificó que en México, un país donde la violencia contra la mujer no cede, “aún existen deficiencias para la prevención, sanción y erradicación de la tortura sexual cometida en contra de las mujeres”.
En el diagnóstico de la Segob se pueden leer algunos de los testimonios que mujeres sobrevivientes de torturas tuvieron el valor de compartir, y en donde se evidencia, nuevamente, el abuso policial y los cruentos modos a los que pueden recurrir para “fabricar” un delito a una persona que, ante todo, tiene presunción de inocencia.
El siguiente testimonio lo retrata: “(…) fui brutalmente torturada para declararme culpable. Me quemaron con cables que tenían electricidad en mis senos, mi vagina, detrás de mis oídos, mi espalda. Me ponían una bolsa plástica en la cabeza para asfixiarme, me golpeaban en el piso de una camioneta donde me tenían tirada y tapada de la cabeza y después subieron a la camioneta a mis 2 hijos que era menores de edad para torturarlos en mi presencia y así obligarme a aceptar el delito”.
Cada relato en el diagnóstico permite entrever la negligencia del sistema de justicia por sí mismo: “Fui detenida el 24 de noviembre de 2010 por personas no identificables, más de 10 elementos varones y tres mujeres; una de ellas participó, presenció y videograbó los actos de tortura sexual. Fui trasladada a un lugar desconocido, donde permanecí poco tiempo, después me llevaron al c4 y en los baños fui violada de manera multitudinaria, me orinaron, me introdujeron arma de fuego en boca, vagina y ano; recibí descargas eléctricas en genitales y me dislocaron el brazo izquierdo”.
Si bien existen casos así que probablemente nunca fueron investigados, el diagnóstico también muestra información institucionalizada que refleja una parte de la violencia y tortura que mujeres han sufrido.
De acuerdo a este documento, entre el 2006 y el 2021 en México se tienen documentadas 10 mil 457 carpetas de investigación por denuncias de mujeres víctimas de tortura, 84 de ellas abiertas en Aguascalientes a partir del 2011.
A esto se le suma que la ONU-DH publicó también recientemente el informe Hasta perder el sentido, donde se documentan casos de tortura, hasta sexuales, en el sexenio de Carlos Lozano de la Torre, entre el 2010 y 2014. Torturas en las que también se acreeditan mujeres víctimas de crímenes perpetrados por policías ministeriales y demás servidores públicos.
De las más de 10 mil denuncias por tortura donde mujeres fueron víctimas, entre el 2006, cuando inició el periodo de Felipe Calderón, y el 2021, ya con Andrés Manuel López Obrador como presidente, el diagnóstico destaca que 221 fueron con agravante de haberse cometido con violencia sexual. Tres de ellas en Aguascalientes.
Al igual que lo consigna la ONU-DH en su informe, el diagnóstico de la Segob evidencia que en Aguascalientes empezaron a denunciarse casos de tortura a mujeres durante el gobierno de Carlos Lozano de la Torre (en el 2011), prácticas que se han extendido hasta el gobierno actual de Martín Orozco Sandoval. Independientemente de que las denuncias se empezaran a registrar en el 2011, ello no quiere decir que antes no se perpetraran, pues debe considerarse la cifra negra de personas que nunca denunciaron estas vejaciones.
El registro de denuncias de mujeres víctimas de tortura en el estado es el siguiente (elaborada con la información obtenida en el diagnóstico):
Año | Denuncias |
2011 | 2 |
2012 | 6 |
2013 | 10 |
2014 | 15 |
2015 | 8 |
2016 | 6 |
2017 | 3 |
2018 | 2 |
2019 | 7 |
2020 | 16 |
2021 | 9 |
Total | 84 |
Además, las tres denuncias con agravante de violencia sexual donde mujeres de Aguascalientes fueron víctimas, se hicieron durante ambos gobiernos, una en el 2015 y las otras dos en el 2020 y el 2021, respectivamente.
Con la información institucionalizada, Aguascalientes es la cuarta entidad federativa de México con mayor tasa de denuncias de tortura por cada 100 mil mujeres, con un 13.8, solamente siendo superada por Quintana Roo, con 23.1; Colima con 29.6; y Estado de México, con 111.3.