En alguna ocasión escuché la especie de que el expresidente Luis Echeverría Álvarez había llegado a semejante ancianidad porque ni en el infierno lo querían… Desde luego no en el cielo –en caso de que exista semejante dimensión-, dada su presidencia, y entonces andaban viendo donde lo ponían, y entre tanto había envejecido hasta este extremo. Personaje siniestro, su nombre está ligado, para mal, al movimiento estudiantil de 1968, la represión del 10 de junio de 1971, el golpe al diario Excélsior, y un largo etcétera de abusos de poder y ejercicio autoritario de la autoridad, un manejo catastrófico de la economía que culminó en la brutal devaluación de agosto de 1976, etc.
He aquí un nuevo triunfo de la impunidad; alguien a quien la muerte le permite evadir la justicia. ¿De qué servirá ahora el Juicio de la Historia? ¿Qué le importará; a quién? Aquí tendría que decirse lo contrario de lo que se dice; decirlo con toda vehemencia, con más fuerza aún de lo que suele decirse para lo contrario: ¡En vida, hermano, en vida!
Pero no todo lo realizado en esos años es condenable. Aguascalientes le debe algo de la mayor relevancia. No diré que sin su apoyo no se hubiera fundado la Universidad Autónoma de Aguascalientes, pero sí creo que habría tardado más, esto independientemente de que ya era algo que se veía venir.
Es legendario aquel acto de un grupo de personas, encabezadas por el contador Humberto Martínez de León, de casi ponerse frente al autobús que transportaba al presidente Echeverría hacia la vecina población de Encarnación de Díaz, y la orden de éste de detenerse, bajar del transporte y escuchar a los atrevidos, que le solicitaron su apoyo para crear la universidad. Este fue el principio de un intercambio de puntos de vista que culminó con la creación de la institución, en una medida que tuvo amigos y enemigos entre las élites políticas.
A manera de gesto de gratitud, hace unos años se tuvo la idea de rendirle un homenaje desde la universidad, pero la prudencia aconsejó la abstención, para no convocar al escándalo, dada la impopularidad del personaje, pero la historia es esa, y ni modo.
Si me disculpa, esto me recuerda a otro personaje, digamos, incómodo para Aguascalientes, dado que fue un benefactor del estado… al tiempo que era un villano. Me refiero a Antonio López de Santa Anna, que propició el surgimiento de Aguascalientes como departamento del país.
Mi padrino –uno de los varios que tengo-, el profesor Óscar Malo Flores, recuerda que la última ocasión en que Echeverría vino a Aguascalientes revestido de la dignidad presidencial, fue en noviembre de 1976, a pocos días de que iniciara el mandato de José López Portillo. El Ejecutivo federal estuvo en la universidad, para encabezar la inauguración de la biblioteca, en un evento en el que se interpretó por primera ocasión el Himno Universitario, debido a la autoría del maestro Malo.
La imagen corresponde al homenaje de cuerpo presente que los tres poderes del estado ofrecieron al profesor Enrique Olivares Santana en Palacio de Gobierno el 18 de marzo de 2004. Como se recordará, aparte de ser gobernador del estado entre 1962 y 1968, diputado local, líder magisterial, etc., Olivares fungió como presidente de la Gran Comisión del Senado de la República durante la administración de Echeverría, que aparece entre la viuda del de San Luis de Letras, profesora Belén Ventura de Olivares, y la presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, licenciada María Teresa Isabel Martínez Mercado. Están también la diputada Edna Lorena Pacheco Chávez, en representación del Poder Legislativo, y el secretario general de gobierno Abelardo Reyes Sahagún –otro de mis padrinos; mi hermano-, en representación del Ejecutivo estatal, señor Felipe González González, que estuvo ausente. Otro que aparece, iluminado por el Sol del medio día, es mi amigo, el médico de niños Ismael Landín Miranda, yerno del desaparecido. A su lado está el ingeniero Xavier Macías Arellano. Finalmente, a la derecha y detrás del profesor Héctor Hugo Olivares Ventura, está el profesor Alfredo Macías Reyes, que fuera líder del Congreso del Estado durante el sexenio del profesor J. Refugio Esparza Reyes (1974-80). Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com.