Juan Carlos Cruz Vargas
La inflación no cede, luego de que en junio pasado se ubicó en 7.99%, la más alta en las últimas dos décadas, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación subyacente, la cual se obtiene eliminando del cálculo los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien, que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado, se elevó 7.49 por ciento.
Por su parte, el subíndice no subyacente se ubicó en 9.47%; este tipo de inflación incluye solamente a los productos agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno.
En el sexto mes del año, los productos que más aumentaron sus precios fueron la papa y otros tubérculos, el pollo, naranja, electricidad, los refrescos envasados, vivienda propia, la gasolina de bajo octanaje, el pan dulce, además de los restaurantes y similares.
En contraste, disminuyeron los costos del gas doméstico LP, limón, el chile serrano, cebolla, uva, jitomate, televisores, jitomate, computadoras y el chile poblano.
De acuerdo con el análisis del Grupo Financiero Monex, en lugar de desvanecerse, las presiones inflacionarias parecen estar tomando fuerza, lo que generará alerta entre los actores económicos y podría propiciar un cambio en las perspectivas de corto y mediano plazo.
“Incluso con los 375 puntos base que desde hace 12 meses ha ajustado Banxico a la tasa de referencia, la inflación se ha concentrado y es muy posible que se mantenga con poco margen de descenso en los próximos meses”, acotó.