Rodrigo Vera
El asesinato de dos jesuitas en Chihuahua puso en alerta al clero mexicano. El primer paso propuesto por la jerarquía católica es una gran jornada de oración e introspección durante este mes, pero no parará ahí: su intención es convocar a diversos actores sociales para que aporten ideas encaminadas a diseñar un plan nacional de pacificación, que corrija la que califican de fallida estrategia gubernamental de seguridad.
Ante la negativa del presidente Andrés Manuel López Obrador de cambiar su fallida estrategia de seguridad, como se lo pidió la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) luego del asesinato de dos religiosos jesuitas, ahora la Iglesia Católica toma la iniciativa para emprender un ambicioso proceso de pacificación en el que invitará a colaborar a distintos actores sociales, como organizaciones no gubernamentales, académicos, actores políticos, miembros de distintas iglesias y, en general, a toda la “gente de buena voluntad” interesada en desterrar la violencia del crimen organizado.
Como primer paso en este proceso de paz, tanto la CEM como la Compañía de Jesús y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México (CIRM) convocan a realizar, durante todo este mes, una “Jornada de Oración por la Paz” en los templos católicos, en espacios públicos y en “lugares significativos” donde hayan ocurrido desapariciones o muertes violentas.
La presidenta de la CIRM, la religiosa Juana Ángeles Zárate, comenta al respecto: “Esta jornada de oración será un momento de autorreflexión y discernimiento con el fin de tomar conciencia de que no podemos dejar que continúe la actual situación de violencia que vivimos en México. La jornada será un periodo de introspección a nivel individual y comunitario para luego pasar a algo más amplio. Será, pues, sólo la primera acción de otras acciones a futuro”.
–¿No se quedarán entonces en el puro plano litúrgico, de oraciones y plegarias?
–No, por supuesto que no, iremos más allá de lo ritual y lo litúrgico, porque la pacificación no se logra con una jornada de oración. Debe trascender a acciones concretas. Nuestra intención es generar todo un proceso que nos lleve a la pacificación del país.
Apunta al respecto la presidenta de la CIRM: “Nuestro llamado será, en general, a todas las personas de buena voluntad, que en este caso son aquellas que anhelan la paz y quieren hacer algo para lograrla, aquellas que se preguntan ¿qué puedo hacer yo para resolver esta situación de violencia, en qué terreno colaboro? Al margen de ideologías o credos religiosos, todos los actores sociales somos corresponsables de lo que nos está pasando. De manera que debemos emprender una búsqueda conjunta para alcanzar la paz”.
–¿Y esta primera acción, la Jornada de Oración por la Paz, ¿también pretende ser incluyente? ¿Podrán participar ciudadanos no católicos?
–Por supuesto, podrán sumarse personas de distintos credos religiosos que, como nosotros los católicos, tenemos una postura desde la fe. Pero también podrá hacerlo cualquier ciudadano que no tenga fe, pues aquí lo importante es el sentido humanitario, buscamos que haya una reflexión humanitaria.
“En la Iglesia intentamos poner el espacio y la actitud para realizar un diálogo social, a fin de que todos los actores sociales podamos encontrar un camino viable para alcanzar la pacificación y la reconciliación en el país. Y sería un error decir que nosotros resolveremos el problema. ¡No! ¡No! La solución vendrá de todos. Sólo queremos incluirnos e incluir”.
–Los obispos mexicanos le han dicho al presidente López Obrador que fracasó su estrategia de seguridad, por lo que le piden cambiarla. ¿Retomarán esta petición durante la jornada de oración?
–Esa petición irá para todos, pues no solamente proponemos la revisión de las políticas de seguridad, una cuestión que le toca al gobierno federal, sino también la revisión de toda una estructura gubernamental que incluye a los estados y también a los miembros del Congreso de la Unión, a quienes les toca legislar en la materia. Vivimos una situación tan compleja que todos debemos preguntarnos en qué debemos cambiar. Los procesos de escucha y búsqueda conjunta implican revisar estrategias en todos los ámbitos.
–Por lo pronto, López Obrador, como jefe del Poder Ejecutivo, ya aclaró que no cambiará su estrategia de seguridad ¿qué puede decir al respecto?
–Mire, todos los procesos son evolutivos. Quizá en un momento se pueda decir una cosa porque se tienen cuatro o cinco certezas que te llevan a mantener esa postura. Pero si uno se abre y escucha, pueden modificarse los puntos de vista. La sabiduría de un líder consiste precisamente en aprender a caminar con lo que se va suscitando en la historia, adecuarse a los cambios.
“Y además, el jefe del Ejecutivo, la cabeza, en una democracia debe ser una articulación de lo que hacen todos los sectores para que así haya un liderazgo colectivo. Por eso nosotros no nos focalizaremos en la respuesta de una sola institución. No debemos poner nuestras esperanzas en una sola persona. La esperanza está en todos. Con esa actitud realizaremos nuestra jornada de oración por la paz”.