Qué pena cuando quieres algo pero dios tiene otros planes pa’ ti.
La Rosalía
Sí me imagino a dios burlándose de mis planes. Un viejo barbón canoso que sale de entre las nubes cagado de la risa porque me echó a perder todo lo que había organizado para mi vida. ¿Qué soy?, ¿tu burla, cabrón?, le he gritado con el puño levantado mientras miro al cielo en espera de que me arroje un rayo o aparezca un camión de la nada con la orden divina de arrollarme. Porque dios es vengativo y rencoroso. Y por lo visto, burlón. ¿Es porque soy mujer, acaso?, le espeto, mientras concibo la idea de que el dios al que le reza mi madre es hombre.
Si quieres ver a dios reír, cuéntale de tus planes, dice el refrán en franca referencia bíblica que me resisto a reproducir porque ya es suficiente validar que no me salgan las cosas como quiero gracias a que soy su juguete, un pinche divertimento para cuando está aburrido de mandar todas las demás catástrofes a la vida de otros. Además de que a alguien tengo que echarle la culpa de mis platos rotos y dios es la idea perfecta, el primer motor, el que todo lo puede, pero no quiere de seguro.
Sí, yo soy la burla de dios y no me consuela que tenga otros planes para mí porque esos no son mis planes. Yo había decidido tal cosa, había enfilado mi vida para recoger los frutos de mis siembras, incluso las chingaderas que he hecho me iban a redituar tarde o temprano. Y estaba consciente de eso. Hasta que dios decidió lo contrario: hacer su santa voluntad. Pero eso desde que tengo memoria.
Nunca he creído en el destino, por eso ahora, ante la insistencia de que debo planear mis próximos movimientos, siento que me precipito al pensar que yo soy la única que modifica el rumbo de mi vida, que todo depende de mí y de mis destrezas, de mi esfuerzo y dedicación, soy pobre porque quiero, estoy como estoy porque así lo decidí, no importan ni las imposiciones sociales ni capitalistas ni mi propio lavado de cerebro. Al final todo es causa y efecto, me digo, lo que vaya a hacer, será lo que determine mi futuro. Yo soy dueña de mis actos y mi destino, creo con firmeza.
Hasta que pienso en dios.
¿Qué está dispuesto a hacer dios ahora, precisamente ahora que me urge corregir mis pasos? Ahora que no encuentro un centro o un rumbo a seguir. Porque me niego a pensar, siquiera, que todo está escrito, “No Se Mueve La Hoja De Un Árbol Si No Es La Voluntad De Dios”, bien, no me salvé de escribirlo al final. Pero si esto es falso, quiere decir que dios está esperando a que yo decida qué hacer solo para salir de entre las nubes a burlarse. ¿Es que dios me vigila por el rabillo de la puerta celestial pensando: a ver ahora con qué va a salir esta pendeja? Eso suena demasiado vanidoso, pensar que dios está al pendiente de mis movimientos. Aunque dios tiene todo el tiempo del mundo y por eso se aburre y se pone a burlarse de todos nosotros.
La que no tiene tiempo y todavía encima se pone a perderlo en divagaciones menores, soy yo, todo con tal de seguir procrastinando y no hacer lo que me dicta el destino, dios o mis propios pasos. La verdad solo estoy pensando a ver quién se burla primero de quién. Quiero burlarme de dios ahora. Ya me toca. Lo necesito. Enfrentarme y decirle, bitch, no te salió ahora.
Me había sentado junto a la ventana a ver la lluvia de estas noches, hundida en mi silla ergonómica, perdida en el hilo de mis pensamientos, cuando una cosa -por no decir idea- se me vino a la mente después de escuchar las líneas de una canción: “somos actores de este gran escenario que se llama vida, pasiones, amores, traiciones, sueños, mentiras. Porque la vida es una comedia de ilusiones, nacemos, crecemos, vivimos como nos toca…”, ¿como nos toca?, ¿en serio? O sea, ¿esto fue lo que me tocó? ¿Alguien lo asignó? ¿Dios? ¿Los líderes mundiales? Me niego rotundamente.
Si mi vida ya está escrita debe existir un buen dios, por favor, que le dé una vuelta de tuerca perfecta a este pinche cuento. “Me pregunto quién pensó el guion, debe estar bastante enfermo”. Un dios como Cortázar cuando escribió en Continuidad en los parques que “se sentía que todo estaba decidido desde siempre”, para después torcer el final y asesinar a su personaje principal que leía su propio acto de muerte a manos del amante de su mujer. Bueno, ese final es extraordinario, pero tampoco me gusta.
Tal vez sí todo está decidido desde siempre. Así se siente muchas veces. Pasiones, amores, traiciones, sueños, mentiras. Llevo toda mi vida planeando y a la mejor es hora de rendirme a los planes de dios… ese dios presente en todas mis muletillas vacías: ¿nos vemos pronto de nuevo? Sí, claro, si dios quiere.
Ja. ¿Cómo no ser la burla de dios así?
@negramagallanes