Neldy San Martín
Uno de los pasajes más oscuros de Luis Echeverría durante su gestión en Los Pinos fue el de las campañas antinarcóticos. En plena Guerra Sucia, en la cúspide de la contrainsurgencia, él desplegó la Operación Cóndor, que, amén de los daños ecológicos por el uso indiscriminado de agentes químicos nocivos, provocó innumerables muertes y entre 10 mil y 35 mil desplazados, además de disfrazar la represión antiguerrillera. Un personaje que encabezó esas acciones en sincronía con la DEA y la embajada de Estados Unidos en México fue Alejandro Gertz Manero, según algunos cables diplomáticos estadunidenses revelados por WikiLeaks.
“Sí, estamos usando herbicidas y antes de mediados de este año vamos a terminar totalmente con el cultivo de narcóticos en este país”, dijo en enero de 1976 el entonces coordinador general de la campaña contra el narcotráfico, conocida como Operación Cóndor, Alejandro Gertz Manero, en conferencia de prensa, de acuerdo con un cable de WikiLeaks de la embajada de Estados Unidos en México.
En esa ocasión, Gertz Manero –quien hoy es titular de la Fiscalía General de la República– reveló que para eliminar cultivos de mariguana y amapola en Oaxaca, Guerrero, Colima, Jalisco, Michoacán, Sinaloa, Durango y Chihuahua, el gobierno mexicano estaba rociando masivamente desde helicópteros gramoxone, una fórmula concentrada del herbicida paraquat que, hoy se sabe, era altamente tóxico.
“Es inofensivo para la ecología y está completamente autorizado por el código sanitario y por la Secretaría de Agricultura”, dijo Gertz Manero, según el cable que retomó aquel día el reportero de Excélsior Elías Chávez.
Gertz Manero dijo que si la Procuraduría General de la República utilizara un herbicida no aprobado “seríamos delincuentes”; afirmó que quienes se oponían eran “los narcotraficantes y sus cómplices”; ellos “han desatado una campaña para mostrarnos como irresponsables, como delincuentes, que causan un problema ecológico”, añadió.
El dicloruro de paraquat, comúnmente conocido como paraquat, fue registrado por primera vez en 1964. Desde entonces, cada vez hay más información sobre su nocividad. Está prohibido en la Unión Europea desde 2017 por su posible vínculo con la enfermedad de Parkinson.
En Estados Unidos es usado de manera restringida y controlada, según la Agencia de Protección Ambiental de EU, pues es altamente tóxico, es corrosivo para la piel y los ojos, y presenta riesgos potenciales por la dispersión al nebulizarlo cuando hay personas en las orillas del campo.
A 46 años de distancia se sabe que el saldo de la Operación Cóndor, que se inició en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), con la intervención abierta de Estados Unidos, fue negativo porque no se frenó el tráfico de drogas; al contrario, surgió el Cártel de Guadalajara y la población de la región del llamado Triángulo Dorado sufrió abusos y violaciones a los derechos humanos, y fue privada de su base de sustento, la producción agrícola, con campañas indiscriminadas de fumigación aérea, dice en entrevista Adela Cedillo, académica de la Universidad de Houston.
Dedicada al estudio de la relación entre la Guerra Sucia y la guerra contra las drogas durante la década de 1970, Cedillo cuenta que nunca se realizó un estudio para medir el impacto a la salud de las comunidades por el uso de esos químicos sobre cultivos ilícitos y no ilícitos para consumo interno.
“Principalmente lo que se usó en México fue paraquat, y hay que reconocer que Gertz Manero se opuso a que se usara ‘el agente naranja’, porque sabía los efectos que había causado en Vietnam. Entonces no se autorizó ‘el agente naranja’, pero sí otros agentes químicos sin haber hecho un estudio tanto de impacto ambiental como en la salud. Por ese simple hecho debería juzgársele al actual fiscal general de la República”, comenta la historiadora.
Un memorando revelador
El uso de herbicidas fue autorizado con la operación antinarcóticos Trizo y se profundizó con la Operación Cóndor. Un memorándum de la CIA, desclasificado por el Departamento de Estado de Estados Unidos el 26 de febrero de 1976, señala que tras la llegada de Gertz Manero como coordinador de la campaña antidrogas “los mexicanos tomaron la impopular decisión de utilizar herbicidas”.
“Miles de campos de amapola y mariguana están siendo destruidos por los herbicidas que se rocían desde aviones y helicópteros. La ineficacia y los problemas logísticos y de coordinación que afectaron al programa cuando se inició el pasado mes de noviembre (de 1975) se están subsanando poco a poco, pero es demasiado pronto para saber el impacto que tendrá durante la actual temporada de cultivo”, dice el memorándum.
El 30 de octubre de 1975, Gertz Manero fue nombrado oficial mayor por Pedro Ojeda Paullada, titular de la Procuraduría General de la República (PGR) en el sexenio de Echeverría. En ese cargo estuvo al mando de las operaciones Trizo y Cóndor, como director de la campaña nacional antidrogas. En su declaración en el portal Declaranet de la Secretaría de la Función Pública, Gertz indica que estuvo en ese cargo hasta diciembre de 1976.
“Él era el encargado de coordinarse con la DEA; nombró a los coordinadores regionales de la PGR. A Sinaloa mandó a Carlos Aguilar Garza, un personaje con una trayectoria en negociaciones con los narcotraficantes; era parte de una red de extorsión de la Policía Judicial Federal”, dice Cedillo.
Tras su nombramiento, Gertz Manero le dijo a la embajada estadunidense en México que esperaba trabajar estrechamente con su personal para que la operación antidrogas fuera un éxito, según un documento diplomático firmado por Joseph John Jova, el titular de la legación y filtrado por WikiLeaks.
Varios cables desclasificados llamados “Kissinger cables” –en alusión a Henry Kissinger, quien en esa época era el secretario de Estado estadunidense– muestran que Gertz Manero estuvo en constante comunicación con la DEA y con la embajada de Estados Unidos en México durante su gestión en la campaña antinarcóticos.
Incluso tuvo varias reuniones, como la del 31 de agosto de 1976, cuando viajó a Washington para discutir la estrategia. Antes, el 29 de diciembre de 1975, acompañó a Ojeda Paullada a una reunión en Acapulco donde participaron Edward Hirsch Levi, el fiscal general de Estados Unidos de la administración Ford, el embajador Jova y Edward Heath, coordinador de campañas de la DEA.
Gertz Manero escaló rápido en la PGR. Llegó a la dependencia en 1971 como ministerio público auxiliar en la Dirección de Averiguaciones Previas, donde permaneció hasta 1974, según Declaranet; luego fue jefe de unidad y agente del Ministerio Público del 74 al 75.