El circo mediático/ De imágenes y textos  - LJA Aguascalientes
21/11/2024

Qué será más entretenido estimado lector, los chismes de la farándula, los escándalos de los vecinos, las intrigas en el trabajo o el espectáculo mediático que provocan los medios de información con la cúpula política.

Periodísticamente hablando, lo que tiene mayor interés y relevancia para la sociedad debería ser la prioridad, sin embargo, no es así, el sensacionalismo, la calumnia, el amarillismo, la nota roja pasada de tono, eso es lo que vende. La reflexión de este jueves gira en torno a cómo el gobierno federal y algunos medios de comunicación montan un espectáculo que más que informar, distraen de lo verdaderamente relevante, ahí le va por qué digo esto; es sabido que el presidente de la república dice que existen medios pagados por sus adversarios, medios que son propiedad de neoliberales que quieren ver fracasar su administración, dicho sea de paso, él solito se la está llevando al precipicio, en fin, medios perversos que lo único que quieren es verlo caer; y entonces ese discurso de víctima ante la opinión pública lo vende como bandera de gobierno, cuando lo que debería estar haciendo público es la realidad de las cosas que pasan en el país, lo logros (que seguramente debe haber) y los fracasos (muchos), pero no, es más fácil justificar, victimizarse, ser el mártir a resolver; y entonces bajo esta postura del presidente y su gabinete de comunicación social es importantísimo tener adversarios y poder confrontarse con ellos para machacarlos y dejarlos en la lona, también es básico un equipo de paleros infiltrados en los medios, o bien canales de difusión entre comillas privados que sin descaro aplauden hasta en las extensas pausas de la retórica presidencial, caso concreto, los “reporteros” que asisten a las mañaneras y que los ubican en las primeras filas de la conferencia, a los que les abren el micrófono, y de vez en cuando alguno que otro antagonista o adversario que le cuestiona, lo confronta, aparentemente lo saca de sus casillas y al final el vencedor es el de casa.

De verdad estimado lector, mis respetos a los compañeros reporteros que cubren la fuente, yo no podría estar en una sola mañanera, se imagina, el espectáculo de la conferencia más cuidada por comunicación social, donde a los paleros les dan las preguntas que tienen que hacer y para colmo de males, luego ni las pueden leer bien.

Las mañaneras, uno de los circos mediáticos mejor montados, donde la propaganda arrasa con todo lo demás, el poder de los medios de comunicación e información al servicio del gobierno federal, un verdadero aparato ideológico del estado como señaló Althusser, un esquema de propaganda descarado como lo identifica Chomsky, la sociedad sometida y expuesta a mensajes que, aunque no sea fidedignos son transmitidos por todos lados con el fin de saturar la información y acabar cansando al respetable.

Pero no sólo es la mañanera, como perverso ejercicio de manipulación de masas al más puro estilo alemán de la época de los conflictos bélicos mundiales, donde las personas son vistas como entes no pensantes, dóciles y fáciles de manipular a cambio de esquemas de gobierno clientelares, paternalistas, ahí tiene usted las becas, los apoyos, los subsidios para los “más” desprotegidos. No sólo las mañaneras querido lector, de pronto se abren espacios de debate entre los que manejan los asuntos de comunicación social del gobierno federal y las empresas de radiodifusión o televisión. De un tiempo para acá en Radio Fórmula se abrió un espacio con estas características; dentro del noticiario de Ciro Gómez Leyva se cedió un espacio a Epigmenio Ibarra, colaborador de la autodenominada cuarta transformación. Desde mi perspectiva ese movimiento me pareció interesante, pero el que este personaje haya sido invitado como colaborador, es un tema que deja mucha tela de donde cortar, le explico por qué creo eso. Uno de los periodistas que más ha sido señalado por el gobierno federal como adversario, antagónico, aliado con los neoliberales, vendido a la anterior cúpula del poder ha sido Gómez Leyva y su equipo, por el hecho de señalar todas las pifias que comente el presidente y su gabinete; bien, entonces de pronto, meses atrás anuncia que tendrá un nuevo colaborador, ojo no un invitado eventual, un colaborador que estará en el programa de radio y televisión todos los miércoles para fijar postura del gobierno federal en torno a los temas que le suelte el conductor del programa. Suena bien no cree, casi como un ejercicio plural de comunicación, donde la empresa privada, es decir, el medio de comunicación abre sus puertas para que un empleado del gobierno tenga el derecho de expresar y fijar postura sobre los temas que le vayan soltando y por qué no, derecho de réplica. Pero la verdad, en lo particular a mí ya no me parece que sea un ejercicio plural o de comunicación, deje decirle por qué; Epigmenio siempre ha sido un personaje difícil de digerir, es de esas personas que posee la verdad absoluta, que no se equivoca y que su prepotencia lo hacer ser un noble de sangre azul que no merece el suelo que pisa; por otra parte Gómez Leyva es un periodista de la vieja guardia, también poseedor de la verdad universal y con cierto colmillo que lo pone en una situación interesante, es decir, el duelo entre esos dos pudiera ser una buena mesa de debate, a estas discusiones ya se sumó Humberto Padgett, periodista independiente, colaborador de Radio Fórmula, de esos personajes que valen la pena seguir; la confrontación se pone interesante eso sin duda, el único pero que yo le encuentro es que, sí lo analiza detenidamente, se convirtió en un espectáculo, “la televisión como espectáculo” como apunta Furio Colombo, es un espacio donde entretienen al espectador, seguramente polarizan más pero el entretenimiento está a todo lo que da. La pregunta que me formulo es ¿Realmente se abrió ese espacio donde Ibarra va a confrontar ideas, a defender la postura de su jefe o es un espacio montado para simular pluralidad de ambas partes? A estas alturas del partido estimado lector, me refiero a que cada vez estamos más cerca del final de este sexenio para el olvido, tal vez el entretener al respetable con protagónicos y antagónicos sin tener claro cuál es cuál sea lo mejor para mantenernos alejados de la realidad. El medio se coludió, el gobierno cedió, se llegó a un acuerdo para tener un talk show por las mañanas de los miércoles, o es verdad todo lo que pasa dentro del noticiario, ya no lo sé, ojalá si se estén dando con la cubeta y no sea atole con el dedo.

 

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en Twitter: @ericazocar

 



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