No podemos evitar preguntarnos si el rock necesita un día en el que se conmemore la existencia de este género musical. Yo pienso que no es necesario, finalmente para quienes nos gusta el rock lo celebramos todos los días y no hacen falta pretextos para eso, pero entiendo que la fecha es con el fin de conmemorar un festival que por sus fundamentos altruistas es trascendente, la celebración de los conciertos simultáneos en Londres y Filadelfia el 13 de julio de 1985 con el fin de ofrecer ayuda a Somalia y Etiopia que vivían momentos muy complicados causados por una severa hambruna y una epidemia que los dejó en la miseria.
Vale la pena, quizás solo como breviario cultural, buscar los antecedentes de este tipo de conciertos realizados con fines benéficos, y en esta búsqueda nos encontramos con el legendario Festival de Bangladesh que organizó el ex Beatle George Harrison el 1 de agosto de 1971 en un concierto celebrado en el Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York que llenó sus poco más de 20 mil butacas para disfrutar de un gran concierto de rock con algunas de las más importantes luminarias de rock de ese momento: Bob Dylan, Ringo Starr, Billy Preston, Leon Russell, Eric Clapton, Ravi Shankar y otros. Después de este gran concierto se han celebrado otros eventos con fines altruistas en el rock, por ejemplo, el Festival de Kampuchea, una serie de conciertos de 26 al 29 de diciembre de 1979 en el Hammersmith Odeon, hoy llamado Eventim Apollo de Londres, Inglaterra. La iniciativa para esta serie de conciertos fue de Paul McCartney quien consciente de la crisis causada por la guerra que vivía la gente de kampuchea, organizó una serie de cuatro conciertos convocando a algunos de los protagonistas del rock en ese momento y el éxito fue inmediato.
Se han organizado varios conciertos en la escena internacional del rock con fines altruistas, finalmente el rock siempre levanta las manos ante estas causas, y uno de los más grandes, tan grande que por su fecha de celebración se ha nombrado al 13 de julio como Día Mundial de Rock, es el par de conciertos organizados de manera simultánea, a pesar de los diferentes usos horarios, en el estadio Wembley de Londres, Inglaterra y en el estado JFK de la Ciudad del Amor Fraternal, Filadelfia, Pennsylvania en el año de 1985. En estos conciertos estuvieron presentes algunas de las más importantes expresiones del rock de ese momento y de décadas anteriores, el mismo Paul McCartney que estuvo involucrado en la organización de este evento y otros más como integrantes de los Rolling Stones, Bob Dylan, Tina Turner, Elton John que cantó a dueto con Kiki Dee la célebre canción Don’t go breaking my heart, David Bowie, David Gilmour, Queen, Dire Straits, The Who, Sting, Brian Ferry, Bob Geldof, piedra angular de este evento, y algunos de la generación siguiente como Spandau Ballet, U2, todos ellos en Londres, mientras que en Filadelfia se presentaron Joan Baez, Crosby, Stills & Nash, Santana, Eric Clapton, Mik Jagger que compartió el escenario con Tina Turner, Bob Dylan que fue acompañado por Keith Richards y Ron Wood, Led Zeppelin con Phil Collins en la batería quien viajó de Londres a Filadelfia aprovechando el cambio de horario. Estuvo también ahí Black Sabbath, Judas Priest, Beach Boys, Neil Young, George Thorogood & The Destroyer acompañado por dos leyendas, Bo Diddley y Albert Collins, todos ellos de la vieja guardia, y otros que surgieron a finales de los 70 o ya en la octava década del siglo XX como Maddona, Bryan Adams, The Pretenders, Tom Petty & The Heartbreaekrs, The Cars, Thompson Twins, Duran Duran, The Power Station, Simple Minds, el concierto terminó con Lionel Richie junto con Harry Belafonte interpretando el tema principal del evento: We are the world al que se sumaron todos los participantes. En fin, la lista sería muy larga, pero sí es importante mencionar que definitivamente, en lo que se refiere al aspecto artístico, el Live Aid no fue exactamente el mejor de la historia, Bob Dylan no estuvo a la altura, se dice que Led Zeppelin ofreció la peor de sus presentaciones, muchos gigantes pasaron prácticamente desapercibidos, y claro, otros con presentaciones que nos llenaron de nostalgia al recordar grandes momentos como sucedió con Elton John y Kiki Dee cantando, por supuesto, Don’t go breaking my heart.
Más allá del aspecto artístico está por supuesto la noble causa que hizo surgir esta iniciativa y en este sentido, el éxito fue inobjetable, se reunieron 79 millones de libras esterlinas. Sin duda sentó un precedente y un estímulo para que este tipo de festivales siguieran realizándose, años después vendría lo que podríamos entender como una segunda parte o continuación del Live Aid, que fue el Live Eight celebrado el 2 de julio de 2005 en donde el rock pide a los presidentes de los ocho países más poderosos del mundo que apoyen a los pueblos más necesitados, no se buscó recaudar fondos, sino crear conciencia. Estos conciertos se realizaron previamente a la cumbre de los G8 celebrada en Escocia. El gran atractivo de estos conciertos fue, sin duda, la reunión de Pink Floyd que tocaron los cuatro juntos después de décadas de no hacerlo.
Entendemos, sin temor al error, que parte de la vocación natural del rock es la de no permanecer indiferente ante las situaciones adversas que azotan al sector más vulnerable de la humanidad. Sí, ¡larga vida ala rock!
