El 28 de junio se celebra mundialmente el día del árbol; pero en nuestro país, por decreto del presidente Adolfo López Mateos, éste se conmemora desde 1959 el segundo jueves del mes de julio. Este año tocó celebrarlo el día 14 y no está de más señalar la importancia de esta conmemoración en la actualidad.
Hoy en día escuchamos que hay que plantar árboles, que son la mejor solución para combatir el cambio climático. ¿Qué tanto hay de cierto en esto? Lo primero que tendría que decir al respecto es que, en sí misma, esta no es la solución, lo mejor es conservar los árboles adultos sin importar donde se encuentren, es decir, dentro de las ciudades, en las periferias de éstas y, más aún, en los montes y sierras. Estos árboles prestan ya importantes servicios ambientales, pues capturan el bióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, lo filtran y almacenan en el suelo, además son generadores de suelos fértiles, pues crean macronutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio) a través de los residuos de la materia orgánica que dejan al ras del suelo (hojarasca, ramas, troncos) mediante el proceso de descomposición y que sirve de alimento a otras plantas.
Podemos decir, metafóricamente, que los árboles son máquinas capaces de producir oxígeno, purificar el aire, formar suelos fértiles, evitan la erosión, mantienen los ríos limpios, captan agua para los acuíferos, sirven como refugios para la fauna, reducen la temperatura del suelo, propician el establecimiento de otras especies, regeneran los nutrientes del suelo y mejoran el paisaje. Sin embargo, estas funciones las realizan completamente los árboles adultos, no los jóvenes o infantes recién plantados. Si hacemos una analogía, es lo mismo que ocurre con los miembros de nuestra especie, pues a un recién nacido, e incluso a los adolescentes, no se les ve socialmente como personas productivas, sino como individuos que se preparan para llegar a serlo; no se les pide que hagan contribuciones, pero se espera que en el futuro las hagan. Entonces, una sociedad productiva está compuesta por personas adultas, no por niños; de igual manera, para que un ecosistema funcione, en este caso un bosque, requiere de árboles adultos para mantener su equilibrio y productividad.
¿Estamos cuidando los bosques? El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que el cambio de uso de suelo, es decir, la autorización por parte de instancias gubernamentales para permitir que los suelos forestales cambien su vocación original y se transformen en suelos habitacionales, industriales, comerciales y turísticos, sigue en crecimiento y esto contribuye seriamente a agravar el problema del cambio climático, debido a que con estas acciones se deforestan grandes extensiones lo que libera un importante porcentaje de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera. En este sentido, es importante señalar que se deben cuidar los bosques de intereses mezquinos, sirva de ejemplo hacer notar que en nuestro país la industria tequilera está desmontado extensos territorios en Jalisco para plantar agave y producir tequila; en Michoacán y Colima se han deforestado las sierras y su vegetación original para la producción de aguacate; en las costas de México los hoteleros arrasan los manglares para construir sus emporios turísticos y por todo el territorio nacional las empresas inmobiliarias hacen de las suyas con sus desarrollos habitacionales, acabando con las masas forestales que rodean a las ciudades.
Frente a estos escenarios, es vital que en nuestro estado cuidemos y protejamos los pocos espacios naturales con árboles originales que nos quedan, como son la Sierra fría, Sierra de laurel y el recien protegido Bosque de los Cobos, en los que aún encontramos una gran cantidad de vegetación nativa y árboles adultos originarios, cuyos servicios ecosistémicos son esenciales, especialmente considerando el valor que representan estos sitios como zonas de recarga hídrica.
Entonces ¿sirve de algo plantar árboles? Eso depende de la intención. Doy un ejemplo. El año pasado conocí a un ciudadano que estaba muy interesado en plantar árboles en el estacionamiento del hospital donde labora, pero su deseo no era generar un microecosistema que contribuyera a la creación de un espacio natural, él quería plantar árboles para que le den sombra a los vehículos, es más parecía no saber que un árbol es un ser vivo que va creciendo y requiere de cuidados; además, creo que pensaba que podía conseguirlos de tres metros de altura y una fronda de cinco metros de diámetro, listos para ser instalados. Me atrevo a decir que, como él, hay muchos en nuestra ciudad que ven los árboles como si fueran objetos y su única función fuera dar sombra. Que criterio tan obtuso para plantar un árbol.
Pero regresemos a la pregunta, ¿sirve de algo plantar árboles? Sin duda alguna que sí, pero sin descuidar las poblaciones adultas. Ahora bien, es importante considerar algunos aspectos cuando se plantan árboles. Se debe tomar en cuenta qué especies se van plantar, el momento adecuado para hacerlo, los sitios y su manutención. Quiero compartir con los lectores que, Movimiento Ambiental de Aguascalientes, ha insistido mucho, a las autoridades responsables de los temas ambientales, que consideren lo señalado, y debo reconocer públicamente que nos han escuchado, comenzando con el cambio de nombre de esta actividad, pues ya no la llaman reforestación sino arborización, lo cual corresponde puntulamente con el trabajo que se realiza; además va en aumento arborizar con especies propias de la región y en la época de lluvias, lo que favorece temporalmente la supervivencia de los árboles, pero esto no la garantiza si no se les da la respectiva manutención y se les dota de agua durante el tiempo de sequía. Así que seguiremos insistiendo en que de nada sirve plantar miles de árboles si no se van a cuidar, por lo que sugerimos plantar unos pocos por año y darles mantenimiento, a plantar miles y que mueran.
Otra acción que hemos promovido es que se respete el crecimiento de los árboles nativos resilientes en las áreas públicas, como los camellones centrales, las banquetas y en los jardines, pues en ellos los árboles nativos originarios (huizaches, mezquites, baraduz, tepames) crecen por sí solos y su índice de sobrevivencia es muy alto en comparación con los que se plantan; así que si usted pone atención, verá que las áreas verdes señaladas han dejado de ser planas, pues la dirección de parques y jardines está dejando crecer los árboles, así que le pedimos que los cuide, no los corte.
Por último, en el parque México estamos realizando jornadas de protección de árboles nativos resilientes un fin de semana al mes, por si gusta sumarse a esta actividad. Puede enterarse de cuando son y el horario en la página de facebook de Movimiento Ambiental de Aguascalientes. ¡Feliz día del árbol en México!