Alejandro Kirk, un “fenómeno” que sorprende en Grandes Ligas
Beatriz Pereyra
Alejandro Kirk alinea en su tercera temporada en Grandes Ligas con los Azulejos de Toronto. A sus 23 años, este pelotero mexicano de complexión robusta jugará este martes 19 el Juego de las Estrellas como cácher titular de la Liga Americana. “Es un fenómeno extraordinario” con el bat y a la defensiva, que “casi nadie conocía” y que ha sorprendido a los aficionados estadunidenses, dice Guillermo Armenta, el exdirector de desarrollo de la Academia de los Toros de Tijuana, donde Kirk se convirtió en pelotero profesional.
A Alejandro Kirk su hermano mayor Juan lo contagió de beisbol. Tenía sólo tres años cuando se fue con él y con su papá a la Liga Municipal de Tijuana con la intención de jugar, pero la edad no le alcanzaba para entrar a la categoría de los más pequeños; no lo dejaron alinear. Entonces el niñito rubio y regordete recorría todos los campos arrastrando su batecito buscando quien le pichara una pelota. Así creció Alejandro, enamorándose del beisbol.
Tanta era su pasión por el juego que meses después los directivos de la Liga lo dejaron participar con el permiso correspondiente firmado de sus padres, quienes asumían la responsabilidad si algo le pasaba al pequeño en la cancha. Quedó inscrito en el equipo Glu-Glu de la categoría biberones con compañeros de cuatro, cinco y hasta seis años, quienes, aunque eran más grandes, no tenían ni una pizca del talento de Alejandro.
Durante 11 años Juan Manuel Kirk fue el manager y entrenador de su hijo Alejandro; otros, como Víctor Arroyo y Jorge Páez, también contribuyeron a la formación de esa joven promesa. Alejandro estuvo en todas las selecciones estatales; acaparaba miradas y dejaba ver sus dotes como futuro pelotero excepcional. Se hizo cácher porque esa posición le enseñó su padre, la que el propio Juan Manuel jugaba como beisbolista amateur.
Alejandro Kirk ahora tiene 23 años. En su tercera temporada en Grandes Ligas con los Azulejos de Toronto estará en su primer Juego de Estrellas porque los aficionados le dieron más de 3 millones de votos en la primera ronda para que fuera el cácher titular de la Liga Americana que se medirá con la Nacional el martes 19 en el Dodger Stadium de Los Ángeles.
Kirk es el pelotero mexicano número 14 que integrará un roster en el Juego de Estrellas. Es el primer cácher en lograrlo. Se une a los jugadores de posición Beto Ávila, Jorge El Charolito Orta, Vinicio Castilla y Adrián González, y a los lanzadores Fernando Valenzuela, Aurelio López, Esteban Loaiza, Joakim Soria, Yovani Gallardo, Sergio Romo, Marco Estrada y Roberto Osuna.
También es el primer cácher en la historia de los Azulejos de Toronto que será titular en el llamado juego de media temporada. En la segunda ronda de las votaciones superó con 74% de los sufragios a José Treviño, receptor de los Yankees de Nueva York.
“A todos nos sorprendió el número de votos, es un fenómeno extraordinario. Su carisma le ha gustado a los americanos; es muy carismático por su misma complexión (1.73 de estatura y 111 kilos) y por lo que ha hecho (con el bat y a la defensiva). Mucha gente se sorprende porque están acostumbrados a ver peloteros de 1.80 o 1.85 de estatura y viene este muchacho a quien casi nadie conocía y está pegando jonrones. Es uno de los mejores cáchers que hay ahorita en Grandes Ligas”, dice Guillermo Armenta, el exdirector de desarrollo de la Academia de los Toros de Tijuana donde Kirk se convirtió en pelotero profesional.
Falsas impresiones
Esta temporada, en 79 juegos en los que ha tomado 250 turnos al bat, Alejandro Kirk ha conectado 78 hits –10 de ellos jonrones–, ha producido 33 carreras y su promedio de bateo asciende a .312.
Otra estadística que revela su potencial y valor como jugador es el Wins Above Replacement, las Victorias Sobre Reemplazo que calcula Fangraphs, el sitio web de análisis estadístico de beisbol, donde Kirk aparece como líder de todos los receptores de las Grandes Ligas con 2.8. Esta estadística es una aproximación que busca calcular el aporte integral de un pelotero en el terreno de juego sumando lo que hace con el bat, su guante y sus piernas.
El valor de cada Victoria Sobre Reemplazo está calculado en 8 millones de dólares, lo cual significa que el mexicano ha generado aproximadamente 22 millones de dólares en lo que va de la temporada por su producción en el terreno de juego.
En OPS (On Base-Plus Slugging), que mide la cantidad de veces que un jugador se embasa (ya sea dando de hit, con base por bolas o por un golpe) y el número de bases que alcanza con sus batazos, Kirk se ubica en el segundo lugar de los receptores de las Mayores con .878.
Alejandro Kirk casi acababa de cumplir 15 años y su hermano Juan 18 cuando llegaron a un try out al que convocó la Academia de los Toros de Tijuana, un programa de desarrollo de peloteros que creó en 2014 la familia Uribe, propietaria de este equipo de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
Guillermo Armenta recuerda que cuando vio las características físicas de Alejandro Kirk su primera impresión fue pensar en que difícilmente tendría la oportunidad de quedarse. Con 1.68 de estatura, 95 kilos de peso y corriendo las 60 yardas en 8.5 segundos –un deportista de alto rendimiento a esa edad lo hace en menos de cinco segundos– vio lo que cualquier scout hubiera marcado en un reporte: “No atlético”.
“Esa fue mi primera impresión. Cuando empezó a hacer las pruebas quedé impresionado por su velocidad de mano, con el bat, tenía contacto sólido y con esas cualidades empiezas a invertirle tiempo. Así es como lo aprobé para que se quedara en la academia, pero él estaba bajo en su bateo y velocidad de brazo, entonces también hay que darle mucho crédito al programa de entrenamiento que tuvo con nosotros”, explica Armenta.
Pedro Meré, el manager que tenían los Toros en el equipo de la Liga Norte de México, la filial de la LMB, le pidió a Armenta que le mandara un cácher de bullpen, el que ayuda a los pitchers a calentar. No dudó en asignarle a Kirk esa labor. Al mismo tiempo, el jugador fue sometido a una intensa preparación física durante las mañanas.