En marzo de 2007, el presidente Vicente Fox me dijo una frase que se me quedó grabada: “Si tus ojos los pones hasta el frente ya nunca más volverás a ver”.
Hacía poco más de tres meses que había terminado su presidencia. La frase se refería a que sí un presidente mandaba al Ejército a la calle ya no verías lo que éste iba a hacer.
Pero tampoco sabrías lo que hacían los demás. En la vía de los hechos el mejor sistema de información lo tiene el Ejército que está distribuido en todo el territorio.
El Ejército sabe qué hace el presidente, los secretarios del gabinete, los gobernadores y muchos más actores de la vida económica, política y social del país.
Si se le saca a las calles y se le dan tareas operativas que deberían realizar civiles u otras instancias deja de observar lo que hacen los demás.
El presidente, el comandante en Jefe, ya no se va a enterar de lo que hace el Ejército, pero tampoco de los otros actores en la medida que éste era quien le proveía de información.
¿Ahora quién depende de quién? ¿Qué tanto informa el Ejército de sus operaciones financieras? Por cierto, para hacer más opaca su gestión, todas las obras que realiza se han convertido en tema de seguridad nacional y no rinde cuentas de nada a nadie.
No las rinde a la sociedad, pero tampoco al presidente. El Ejército se maneja como un ente autónomo. Cuando López Obrador asumió su cargo cambió su idea del Ejército y en razón de esto también modificó su relación con él.
Asumió que para hacer sus proyectos (aeropuerto, bancos, trenes …) la única institución del Estado en la que podía confiar, para realizar lo que se había propuesto, era el Ejército.
El presidente para sus proyectos depende del Ejército. Éste ha sido retirado de tareas sustantivas, como el combate al crimen organizado, para centrarse en las actividades que a él le importan.
Pero el Ejército depende del presidente porque éste es quien les da los recursos multimillonarios que ahora administra. ¿Le informará con transparencia del uso que hace de estos?
Se ha establecido una relación de mutua dependencia. En ese intercambio el poder del presidente es ser el dueño del dinero y el Ejército de realizar las obras que éste quiere. Los dos se necesitan.
Por esta relación de dependencia, con base en el poder de cada uno, pienso que el presidente López Obrador, es el que menos sabe lo que realmente hace el Ejército, aunque cree saber.
Cuando puso a las Fuerzas Armadas hasta adelante de todo dejó de ver. Estas no le dicen nada de su actividad o le dicen solo lo que quieren. Con el tiempo se sabrán muchas cosas que ahora permanecen ocultas.
@RubenAguilar