Bogotá, Colombia. 25 de junio de 2022. A través de su cuenta de Twitter, el presidente electo, Gustavo Petro, anuncia que el ex mediador de paz, Álvaro Leyva Durán, será el próximo ministro de Relaciones Exteriores de su gabinete. Para el político colombiano, Leyva Durán tendrá a su cargo “una cancillería de paz” porque Colombia “aportará al mundo todo su esfuerzo para superar la crisis climática”.
Asimismo, Petro agrega que se hará “todo el esfuerzo para superar nuestra violencia endémica”. Esto en referencia al crimen organizado, la guerrilla y los grupos paramilitares que azotan al país sudamericano.
La imagen arriba descrita sirve como introducción al presente artículo, el cual pretender explicar cuáles podrían ser las prioridades en materia de política exterior del presidente electo de Colombia, Gustavo Petro.
Durante su polémica gestión como alcalde de Bogotá, Petro propuso un Plan de Ordenamiento Territorial, el cual convenía el uso del suelo. El objetivo definido consistía en “cambiar un modelo de ciudad expansivo que depreda el territorio”, por uno que se “adapte al cambio climático”. Más todavía, Petro decidió que su plan de gobierno, la “Bogotá Humana”, debía “medir en vidas humanas y no en ladrillos, cemento o acero”1.
Por lo antes mencionado, Petro enunció que una de sus preferencias es combatir el cambio climático. Para tal efecto, se propone “proteger los ecosistemas y los recursos naturales”, en particular el agua, la cual será la base para “el ordenamiento del territorio”. Asimismo, se trabajará para lograr “una transición energética de la matriz dependiente del petróleo y el carbón a las energías renovables” 2.
La relación con los Estados Unidos de América será primordial porque el político de izquierda busca un viraje en tres aspectos: geoeconomía, geoestrategia y seguridad pública.
En cuestión geoeconómica, Petro busca renegociar los tratados de libre comercio que sean lesivos para la producción agropecuaria. En este sentido, el principal acuerdo comercial es el suscrito con Washington, uno de los principales logros de la némesis de Petro: el derechista Álvaro Uribe Vélez, mandatario entre 2002 y 2010.
En la cuestión geoestratégica, Colombia, durante la gestión de Uribe Vélez, se convirtió en el ariete yanqui en América del Sur: en 2008 las fuerzas colombianas atacaron los campamentos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ubicados en territorio de Ecuador. Esta situación tensó la relación entre los dos países andinos.
En 2009, el gobierno ecuatoriano consiguió el retiro de las tropas estadounidenses. La réplica de Washington consistió en ampliar o abrir tres bases aéreas y dos navales en Colombia. Las instalaciones castrenses permitían ampliar la cobertura estadounidense sobre Sudamérica, en especial sobre Brasil y Venezuela, y proyectar el señorío yanqui en África. Como respuesta, en 2010, el gobierno de Venezuela, entonces liderado por Hugo Chávez, despachó fuerzas áreas y terrestres a la frontera con Colombia. Asimismo, la Nicaragua de Daniel Ortega disputó la soberanía de la isla de San Andrés.
Colombia fue cautivada aún más por la órbita geoestratégica estadounidense cuando, el 25 de mayo de 2018, se convirtió en un “socio global” de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Es decir, Bogotá auxiliará en: “seguridad marítima y cibernética, terrorismo y sus ligas con el crimen organizado”3.
En marzo de 2022, el mandatario saliente, Iván Duque, conferenció con su contraparte estadounidense, Joe Biden, quien designó a Colombia como un aliado principal no miembro de la OTAN. Esto significa que el país sudamericano está al nivel de Australia, Argentina, Brasil, Corea del Sur y Kuwait, porque, en términos llanos, Colombia puede acceder fácilmente a la compra de armas estadounidenses y profundiza la relación en materia de cooperación militar y de inteligencia 4.
En seguridad pública, Petro intentará desechar el enfoque de corte militar y policíaco en materia de seguridad pública, otra de las herencias de Uribe Vélez. Para tal efecto, propone tres puntos: el fin de la obligatoriedad del Servicio Militar, la eliminación del fuero militar, la desmovilización del Escuadrón Móvil Antidisturbios, y la recuperación del carácter civil de la Policía Nacional.
Otra relación bilateral importante para Colombia es con la Venezuela bolivariana. Petro ha enviado señales de distensión a Nicolás Maduro en el sentido de abrir la frontera común y lograr el respeto a los derechos humanos.
El escribano concluye: la tarea de concretar las directrices de Gustavo Petro en materia de política exterior ha recaído en Álvaro Leyva Durán, un político conservador que se curtió en las negociaciones con el M-19 y las FARC; las relaciones bilaterales con Brasil, los Estados Unidos, México y Venezuela definirán a su administración en este rubro. Finalmente, Petro debe recordar que la política exterior se basa en la geografía y que Colombia es “un país que no es de tierra sino de agua” (Gabriel García Márquez dixit).
Aide-Mémoire. – Desde la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, celebrada en Madrid, llega el siguiente recado para la Rusia de Vladimir Putin: “Ningún país es ajeno a la guerra. La seguridad de España y de Europa Occidental pasa por Ucrania”.
Recursos consultados
1.- Gustavo Petro, en pie de lucha contra el cambio climático https://www.forbes.com.mx/gustavo-petro-pie-lucha-cambio-climatico/
2.- Las 5 propuestas clave de Gustavo Petro para ser presidente de Colombia https://cnnespanol.cnn.com/2022/06/19/elecciones-colombia-2022-gustavo-petro-propuestas-clave-orix/
3.- Relations with Colombia https://www.nato.int/cps/ic/natohq/topics_143936.htm
4.- Biden designates Colombia as major non-NATO ally https://thehill.com/latino/597747-biden-designates-colombia-as-major-non-nato-ally/