Armas en EEUU/ Memoria de espejos rotos  - LJA Aguascalientes
03/12/2024

 

La culpa sólo en parte es mía, y en parte lo es de los demás.

De lo que se trata es de morir o de matar.

Morir o matar – Nacho Vegas

 

Luego de la masacre ocurrida en una escuela primaria de Texas, la más reciente de un conteo atroz de muertes en eventos con armas de fuego en Estados Unidos, otra vez se reaviva el debate sobre el control de armas en aquel país. Este debate es histórico, y en él siempre ha triunfado la visión conservadora de un organismo que manipula a la política estadounidense: la Asociación Nacional del Rifle.

Los intereses de esta agrupación van desde lo cultural, lo legislativo, lo político, y en lo económico. De acuerdo a la Agencia EFE, al día siguiente de la masacre de Texas, las acciones de Smith & Wesson Brands -mayor fabricante de armas de fuego cortas de Estados Unidos- subían un 9 %, las de Vista Outdoor sumaban un 6,74 % y las de Sturm Ruger & Company un 3,46 %.

De acuerdo a la organización suiza Small Arms Survey (SAS), Estados Unidos es el único país en el mundo donde hay más armas que ciudadanos. La media se sitúa en un total de 120 armas de fuego por cada 100 habitantes. La misma organización afirma que las ventas de armas se dispararon durante la pandemia. En 2020, las compras en Estados Unidos alcanzaron un récord de 22,8 millones de armas.

El centro de investigación Gilfords indica que hay 1,2 armas por habitante en Estados Unidos. También, la ATF (la agencia reguladora de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego) publicó el pasado 5 de mayo, que la producción del sector de armas para civiles se ha triplicado desde el 2000. La consultora IBISworld, señala que la industria de armas en EEUU alcanza 19.500 millones de dólares, 22% más que en 2012.


Los estudios están disponibles para consulta aquí:

https://giffords.org/lawcenter/gun-violence-statistics/

https://www.ibisworld.com/industry-statistics/market-size/guns-ammunition-manufacturing-united-states/

El tema se complica más por una interpretación de la Segunda Enmienda de su carta de derechos. En ésta, la portación de armas está como derecho al mismo nivel que la libertad de expresión, de culto, o de reunión. La enmienda, a la letra dice: Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas.

Sin embargo, el contexto en el que se redactó esta enmienda era el de la guerra de independencia, en el que las colonias y comunidades peleaban como milicias civiles no reguladas como el ejército de un Estado Nacional. luego, la enmienda sirvió para las milicias de la Guerra de Secesión, y para la ocupación del viejo oeste durante la fiebre del oro. Es decir, es una ley de tiempos bárbaros.

Ese barbarismo ha sido aprovechado por la Asociación Nacional del Rifle, organización de poder fáctico con carácter conservador que chantajea a la clase política norteamericana, y que incluso se ha encumbrado en el poder. Este barbarismo está integrado en la formación socio cultural de Estados Unidos. Por ello, es difícil que exista un control en la posesión de armas, en un contexto en el que cualquiera puede matar a cualquiera.

Dentro de este barbarismo está, por supuesto, una carga cultural. Desde esa visión se propone como solución armar a la mayor cantidad de personas, bajo la premisa de que “sólo un hombre bueno armado puede detener a un hombre malo armado”. Esa premisa evidencia su moral reaccionaria, punitiva, producto de los valores del cristianismo protestante que imperan en la sociedad norteamericana. Mientras, la muerte ronda, auspiciada por lobbys e industrias.

Correo electrónico: [email protected]

Twitter: @_alan_santacruz

Facebook: /alan.santacruz.9


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