Así es estimado lector, somos una sociedad caprichosa, y no me refiero a los habitantes del cuarto estado más pequeño del país, la mayor parte de los seres humanos que pisamos el planeta azul buscamos el propio beneficio, cueste lo que cueste, quizá por eso la razón de los conflictos bélicos y la desigualdad social. Las cúpulas del poder, aun y cuando dicen que trabajan y velan por el bienestar de los gobernados, siempre buscan su propio beneficio, incrementar su cuenta bancaria, favorecer a sus familiares y allegados, ganarle la partida a la oposición, a los adversarios, siempre es así, parece que es parte natural de la conducta del ser humano o la clase política; y durante el ejercicio democrático del pasado fin de semana no fue la excepción, como ya sabemos por primera vez en la historia de Aguascalientes tendremos una gobernadora y, como lo he venido compartiendo en este espacio de jueves, eso es motivo de celebración, cinco mujeres en contienda, una gobernadora, qué más podíamos pedir; algunas personas refirieron el cuadro como un fenómeno de desigualdad de género por no incluir a un hombre, pero, y cuando todos los candidatos eran varones…
La caprichosa voluntad ciudadana, esa que en teoría pone y quita gobernantes, claro siempre y cuando se trate de una democracia y no una dictadura, por cierto, ahora el gobierno federal, en particular el burócrata con más rango dentro del mismo, ostenta legitimidad porque fue la voluntad ciudadana la que quiso que llegara al poder y gobernara a todos los mexicanos, pero qué pasa cuando no pasa. Este personaje en particular, según él, no tiene cola que le pisen, es puro y casto, aunque militó en el partido que gobernó México por más de 70 años, don Andrés es de otra estirpe, casi como Juárez.
Unas voces dicen que los morenos son la evolución de los tricolores, yo digo que en menos de 6 años ya los rebasaron y por mucho, en este momento 16 de las 32 entidades federativas son gobernadas por ellos, pero deje de eso estimado lector, el estilo de la operación política es como de los prinoraurios de aquellas lejanas décadas de los setenta y ochenta donde todo giraba en torno a la figura presidencial y el despilfarro, la corrupción, las fechorías se hacían por el bien del pueblo, y además era la voluntad ciudadana.
Cómo les fue a los morenos en la pasada fiesta democrática del domingo 5 de junio de 2022, nada mal, de seis estados que renovaban gobernador se llevaron cuatro, no fue el carro completo, pero casi.
Durango y Aguascalientes, este último, bastión panista donde sin duda difícilmente gobernará el partido del mismísimo neo-emperador mexica que vive en un palacio.
Yo tengo una pregunta seria querido lector, si existen tantos mexicanos que se quejan de cómo se conduce la actual administración federal por qué ganan cuatro de seis estados en unas elecciones que son las penúltimas antes de llegar al tan esperado 24, digo esperado porque urge un cambio (otra vez), insisto, sí la ciudadanía se queja por qué siguen ganando, claro no es el caso de Durango y Aguascalientes, pero y en las otras entidades. Yo tengo una hipótesis, en 2018 el pueblo estaba fastidiado, cansado del gobierno del buen Quique y del Felipín quien había dejado un desorden medio mayúsculo por todos lados, la ciudadanía buscó la alternancia y el resultado ya lo conoce; es casi seguro que muchos de los que votaron por el actual manda más ni siquiera simpatizaban con él, fue un voto de castigo para los tricolores y los azules, marcar la boleta por el menos peor, no por la mejor opción, y así fue, el menos peor, entre comillas, llegó al poder y ahora vivimos, padecemos y sufrimos las consecuencias.
Entonces, se votó por el menos malo, la caprichosa voluntad ciudadana favoreció a los morenos, pero ahora, por lo menos en Aguascalientes no fue así, los que salimos a votar parece reflejar que no coincidimos con los ideales de la candidata ni con el discurso del partido en el poder, qué pasó, dónde estuvo la falla.
No hay tal, la caprichosa voluntad ciudadana no eligió a la profesora Ruvalcaba, aunque ella lo afirme tajantemente y solicite defender precisamente eso, la voluntad ciudadana, lo ha dicho hasta el cansancio. Pero, qué hubiera pasado si fuera al revés, que la candidata, ahora virtual ganadora del proceso electoral, Tere Jiménez hubiera perdido en las urnas, entonces la profesora diría que la voluntad ciudadana le favoreció. El verdadero problema es que en general a todos nos cuesta mucho reconocer la derrota, no sabemos perder, incluso en una justa deportiva, cuando nuestro equipo juega como nunca, pero pierde como siempre nos cuesta aceptarlo; pareciera que esta entidad se está convirtiendo en algo así como Chiapas hasta antes de Pablo Salazar, el último bastión priísta en caer.
Puede ser que Aguascalientes se resista a los morenos, por lo menos seis años más; ya sabe días previos a la elección escuchaba argumentos como “no queremos que Aguascalientes sea como Zacatecas” haciendo alusión al desafortunado gobierno que tiene la entidad vecina del norte, no lo sé, lo que si queda claro es que la voluntad ciudadana nunca ha querido al partido del jefe supremo de las fuerzas armadas, siempre ha resistido y demostrado con hecho que las cosas por acá, bien que mal funcionan, sin cantar victoria ni ser miopes de los errores que la actual administración ha cometido podemos decir que no estamos mal en comparación con el resto de la república; en una de esas nos andamos haciendo como Andorra.
La caprichosa voluntad ciudadana no le dio el triunfo a la profesora, punto, no hay más que decir, la vida sigue, la aplanadora color rojo quemado sigue su paso implacable por la nación menos aquí, en la tierra de la gente buena.
En twitter: @ericazocar