En México, hasta el triunfo de Checo Pérez en Mónaco el pasado domingo se politiza, se polariza y se evapora el sabor a victoria para una nación ávida de noticias positivas.
El punto es, por qué somos así, cuál es la razón para llevar todo al terreno de la política y desvirtuar o señalar una hazaña deportiva de alto octanaje; mire usted estimado lector, desde la perspectiva más sencilla, tenemos a un mexicano que se convirtió en deportista de alto rendimiento, no tiene por qué ser obligatoriamente un futbolista, donde hemos visto a lo largo de la historia del deporte de las patadas que, desafortunadamente a nivel mundial no todos nuestros equipos representativos están a la altura para competir con el resto de las naciones; tampoco tiene por qué ser beisbolista, que si bien Julio Urías vistiendo la casaca de Los Dodgers de Los Ángeles ha dado muchas satisfacciones no sólo a la afición mexicana del rey de los deportes, sino a todos y cada uno de los seguidores de uno de los equipos más famosos del beisbol norteamericano; mucho menos tiene que ser un pugilista como “El canelo” Álvarez, que dicho sea de paso, también es un deportista de alto rendimiento que, arriba y abajo del ring ha demostrado su calidad como boxeador y como ser humano.
Sobra decirlo porque todos lo sabemos, pero Checo es un piloto de la Fórmula 1, es decir la máxima categoría del automovilismo, solamente hay 20 súper licencias en todo el mundo y una de ellas es de un mexicano; primera proeza superada; tenemos sentado en un Fórmula 1 a un mexicano que se ha mantenido once años en la gran carpa, y que ahora los reflectores estás sobre su monoplaza porque pertenece a un equipo competitivo. Como consecuencia, la combinación de un buen vehículo y un piloto con experiencia, con tablas y con las ganas de demostrar a todos de lo que es capaz, hace que los buenos resultados sean una cotidianeidad, esa es la lógica no hay más, efectivamente es un deporte de alto rendimiento y muy caro, los 20 pilotos de la máxima categoría del automovilismo definitivamente no pertenecen a la clase media de sus naciones, muchos menos padecen problemas derivados de una mala situación económica personal; desde pequeños han estado inmersos dentro del mundo de velocidad, los Go-Kart no son ni tantito económicos y es la categoría donde todo comienza, pero independientemente de esta variable, me refiero a que desde antes de llegar a la categoría estelar del automovilismo quien participa en ella es de recursos holgados, solvente para absorber los gastos que demanda ese deporte. La familia de Checo tuvo el recurso y qué bueno porque lo impulsaron para llegar a donde ahora está; en este momento su salario anual promedio es de seis a ocho millones de euros, es decir 147 millones 210 mil pesos al año, más de 12 millones de pesos al mes, que mire estimado lector, para arriesgar la vida cada ocho o 15 días no está mal.
No apliquemos la de la cubeta con cangrejos, mejor disfrutemos de la distracción y el entretenimiento que un mexicano con un alto nivel de competitividad en su disciplina nos está entregando, por qué cuestionar si es un deporte fifí, para qué especular en lo que piense el actual gobierno al respecto, no es una cortina de humo porque no hay intereses creados por parte de la nueva cúpula del poder en que Checo gane o pierda, al contrario creo que, y como le comenté en líneas arriba esta administración aplica magistralmente la táctica de la cubeta de cangrejos. Ya se escucha por las redes y los medíos electrónicos que alguna vez esta administración pensó no recibir más a la gran carpa en México por ser un deporte fifí, no bueno, se imagina, ahora que Checo compartió planas estelares con Felipe Calderón, lo van a declarar traidor a la patria.
Qué desafortunado momento atraviesa nuestro país, incluso cuando se trata de espectáculos deportivos, simple entretenimiento, donde la necesidad por darle sano esparcimiento a la sociedad creo yo es apremiante, entonces para qué politizar el suceso, para qué aderezarlo con situaciones fuera de contexto, sí Felipe apoyo a Checo al principio de su carrera, si el Quique también lo hizo eso no tiene nada que ver con su postura con relación al gobierno mexicano, es más, don Antonio Pérez Garibay progenitor del piloto número 11 de Red Bull es diputado federal por Morena, cuál es el problema, confundimos la magnesia con la gimnasia, y de verdad eso es molesto para la afición.
Checo lo está haciendo bien y punto, es el quinto latinoamericano en ganar un gran premio de Fórmula 1 en Montecarlo, se unió al selecto grupo donde están Juan Manuel Fangio, Ayrton Senna, Carlos Reutemann, Juan Pablo Montoya y ahora el tapatío.
A disfrutarlo, sin tintes políticos, sin pensar en que es un deporte fifí, simplemente observar el momento histórico del automovilismo nacional, porque hasta antes de Pedro y Ricardo Rodríguez nadie había alcanzado el nivel que ahora Checo tiene.
Por eso estimado lector, le invito a que este domingo salga y emita su sufragio por la fórmula política que garantice una entidad que vaya para adelante, comprometido con los ideales, con metas claras y alcanzables, sin dobles discursos, dispuesto a darlo, arriesgar la vida por el triunfo, tal y como lo hace el buen Checo cada ocho o quince días en los circuitos de la Fórmula 1.
Sin pensar en su preferencia electoral, acuda a la urna, emita su voto, es su derecho y defienda el resultado, que dicho sea de paso será gobernada por primera vez por una mujer y que esperemos nos lleve por la senda del crecimiento social, económico, político para así continuar dentro de las entidades federativas con buenos números en diferentes indicadores de crecimiento y bienestar.
Nos vemos en las urnas, no olvide llevar su playera de Checo Pérez claro está.
En twitter: @ericazocar