Convencer es universitario; pero no lo es imponer
Hernique González Casanova[1]
El pasado Domingo 19 la Universidad Autónoma de Aguascalientes publicó en su portal de internet el boletín 161, cuyo contenido fue comentado por los diarios del día siguiente. Dicho boletín inicia con la siguiente frase del rector Javier Avelar González: “El 49 Aniversario de la Universidad Autónoma de Aguascalientes representa un triunfo colectivo de la sociedad”.
LO CLARO. Es una verdad indiscutible que la Universidad Autónoma de Aguascalientes “representa un triunfo colectivo de la sociedad” porque es producto del esfuerzo permanente del pueblo que la sostiene, razón por la cual es pública.
A continuación, el rector ofrece una serie de datos comparativos que son impresionantes: en 1972 -hace 50 años- nuestro todavía Instituto de Ciencias tenía una población de 2,382 alumnos; ahora la UAA registra un total de cerca de 20,000 estudiantes, incremento excesivo que aparentemente va en contra del proyecto de su promotor, ya que en él afirmaba que no debería pasar de 8,000 estudiantes[2] aunque sin mencionar la razón de fondo, pues era obvio que desconocía la teoría de la Universidad de masas, que se estaba empezando a mencionar como resultado de las investigaciones relacionadas con los conflictos estudiantiles que estallaron a nivel mundial en 1968, entre cuyas causas se incluyó como un factor determinante la explosión demográfica.
En los años 50, el Instituto solo contaba con la Escuela Preparatoria -nuestra famosa “Prepa”- integrada por su Secundaria y su Bachillerato y no más de 100 alumnos. En los 60 se iniciaron carreras de nivel medio: Enfermería, Trabajo Social, Contador Privado. Ahora -nos dice el rector Avelar- la UAA posee 63 carreras profesionales, “especialidades médicas, maestrías y doctorados”, sustentados por “una plantilla de 1,882 docentes, de los cuales 366 son Profesores de Tiempo Completo.”
Para soportar el peso de toda la estructura académica, se cuenta con una administración que ocupa 1,394 trabajadores.
La comparación cuantitativa es, pues, impactante, de la cual se deriva una evaluación altamente favorable. Pero nos hubiera gustado comprobar algo que nos parece evidente, pues estamos seguros de que el balance cualitativo es mucho más valioso porque es indiscutible que en el terreno académico, el conocimiento y la capacidad demostrados por el rector Avelar son muy superiores a los de todos los titulares que han pasado por la rectoría de la UAA desde que se realizó el cambio de su nombre de Instituto por el de Universidad.
LO OSCURO: En el segundo párrafo del citado boletín, el redactor expresa: “En el marco del aniversario de la UAA a celebrarse 19 de junio, el Dr. Avelar ha puntualizado que es de suma importancia hacer una reflexión, a fin de comprender por qué es tan significativo y digno de orgullo que nuestra máxima casa de estudios cumpla 49 años de haberse gestado como universidad.”
Aquí se presenta un problema semántico derivado de una disimulada confusión de fechas. Para aclarar este problema es indispensable remitirnos a dos acontecimientos clave:
El 19 de Junio del año 1973, en que el rector del Instituto entregó al Consejo Directivo el proyecto para reformar la Ley Orgánica del Instituto de Ciencias vigente, con el propósito de iniciar las gestiones necesarias para contar con el decreto por medio del cual el Poder Legislativo cambiara el nombre del Instituto por el Universidad. Dicho proyecto incluía el texto completo, en tres volúmenes, de la estructura y funcionamiento de la imaginaria institución que era de suponer solo el rector conocía, cuyos pesados ejemplares estaba entregando en una caja de cartón en ese momento a cada integrante del Consejo,[3] mismo que los consejeros aprobaron sin leer -cosa que tampoco les hubiera sido posible hacer en el breve lapso destinado a la sesión- y a cuyo texto tampoco le fue posible acceder a miembro alguno de la comunidad universitaria a pesar de haber exigido con insistencia el proyecto de Ley Orgánica, porque fue manejado en estricto secreto en violación flagrante del derecho que asistía a estudiantes y profesores -únicos integrantes insustituibles de toda Universidad- de conocer, analizar y opinar sobre su contenido. La descripción de esta lamentable historia que será motivo de una entrega posterior incluyendo la razón de secrecía que quedó al descubierto posteriormente, dejó una de las manchas imborrables que marcaron el “nacimiento” de la UAA.
El 24 de Febrero del año de 1974. Al aflorar algunas de las características del nuevo proyecto que a pesar de la insistencia del rector en el sentido de que era suyo quedó claro que se trataba de una copia al carbón del modelo de universidad departamental estadounidense, descalificado por los más respetados teóricos de su propio país, se presentó un ambiente de tensión derivado de las enérgicas protestas que algunos miembros de la comunidad universitaria manifestamos por los graves daños que provocaría en el sistema universitario nacional, pero que no trascendieron debido a la actitud apática de la mayoría, concluyendo las gestiones con la aprobación del decreto que apareció publicado el 24 de Febrero de 1974, cuyo artículo 1º dice: “El Instituto Autónomo de Ciencias y Tecnología de Aguascalientes, se transforma en la Universidad Autónoma de Aguascalientes.”
Lo mencionado en estos dos últimos párrafos es la prueba fehaciente de que la versión anterior de Ley Orgánica de nuestra Institución de Enseñanza Superior en el Estado -vigente a partir del 12 de Septiembre de 1963- en la que se le designaba con el nombre de Instituto de Ciencias y Tecnología de Aguascalientes, fue derogada para imponerle el de Universidad Autónoma de Aguascalientes a partir de la fecha en la que el decreto correspondiente, emitido por el Poder Legislativo y sancionado por el Poder Ejecutivo, entró en vigor con base en su artículo 11 transitorio al ser publicado en el Periódico Oficial del Estado, lo cual ocurrió el 24 de Febrero de 1974.
Los aniversarios. Lo torcido del caso consiste en que existiendo ya oficialmente con el nombre de Universidad un 24 de Febrero, el rector inició las celebraciones para festejar los aniversarios de su transformación el 19 de Junio de 1976, como si la sesión celebrada por el Consejo Directivo del Instituto de Ciencias el 19 de Junio de 1973 tuviera un valor superior al decreto publicado por el Estado el 24 de Febrero de 1974 lo cual, obviamente, pareciera infantil si no fuera producto de un extravío mental.
Para advertir claramente la disimulada confusión del texto, repito el segundo párrafo del boletín de la UAA:
“En el marco del aniversario de la UAA a celebrarse 19 de junio, el Dr. Avelar ha puntualizado que es de suma importancia hacer una reflexión, a fin de comprender por qué es tan significativo y digno de orgullo que nuestra máxima casa de estudios cumpla 49 años de haberse gestado como universidad.”
Todos los rectores anteriores, expresaban claramente que se trataba del aniversario de “fundación” de la UAA. El rector Avelar, al tomar posesión de su cargo, llegado el primer 19 de Junio hizo lo mismo; probablemente al percatarse de la protesta que siempre hacía el autor sobre el particular, haya investigado el asunto percatándose de que la razón estaba de nuestra parte; pero ante el peso de la costumbre y para no provocar un conflicto interno con la camarilla dominante, a partir del siguiente año matizó la frase al sustituir el verbo “fundar” -que ya no utilizó- por el verbo “gestar”, que de los dos significados que aparecen el Diccionario de la Lengua Española, en este caso se aplica el siguiente: “Preparar o desarrollar algo, especialmente un sentimiento, una idea o una tendencia individual o colectiva” que puede caber en la intención que se aprobó el 19 de Junio. De hecho le ha funcionado con las personas que desconocen el caso, que es la inmensa mayoría no solo del pueblo en general, sino de los propios integrantes de la UAA.
Sin embargo, sigue siendo una confusión disimulada, puesto que se otorga mayor relevancia a la fecha del 19 de Junio de 1973 para continuar cultivando el culto a la personalidad y no el propósito auténtico de conmemorar, si no la fundación, sí el cambio del nombre con la intención de iniciar la transformación del Instituto en Universidad a partir del 24 de Febrero de 1974.
RESPETUOSA SUGERENCIA. Concluimos la presente entrega exhortando al rector Avelar -cuya calidad académica reconocemos sin rodeos- para que corrija esta sinrazón que no significaría doblar las manos -nada más lejos de nuestra intención- sino apegarse al propósito esencial de toda Universidad que es el de la búsqueda de la verdad, lo cual contaría con el amplio reconocimiento de quienes -tirios o troyanos- se consideren verdaderos universitarios.
Por la unidad en la diversidad
Aguascalientes, México, América Latina
[1] La Universidad, presente y futuro. p. 10.
[2] Aspectos básicos y fundamentales de la estructura y características de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Documento firmado por el rector y el secretario general del Instituto de Ciencias el 14-06-1973 y publicado en un folleto sin colofón que fue distribuido anexo al informe de actividades del Instituto de Ciencias de fecha 15 de Enero de 1974, p. 7/8.
[3] Memoria de las actividades del Instituto Autónomo de Ciencias y Tecnología, Ejercicio 1973, p.28.