“Nos encontramos solos en un mar de incertidumbres plasmadas de manera colectiva, condenadas de manera individual”.
Estimado lector de LJA.MX, con el gusto de saludarle como cada semana, quiero aprovechar esta ocasión para abordar una reseña de la extraordinaria obra del premio nobel de literatura en 1998, José Saramago. En ocasiones anteriores me había referido a su obra “Ensayo sobre la ceguera” en esta columna abordaré su obra “Caverna”, y es que mire usted, existen grandes coincidencias entre los preceptos económicos como los efectos disruptivos y la prospectiva que se viene para las próximas décadas con la renombrada inteligencia artificial.
“Pienso secretamente que la realidad existe para que podamos especular sobre ella” Slavoj Zizek.
Sin duda alguna, somos una especie que genera su propia extinción, no me refiero al desgaste que ejercemos sobre la naturaleza o la explotación que le hacemos a los animales, esgrimo el argumento sobre la dinámica que se genera en los factores productivos del sistema neoliberal y de la necesidad sobre generada en el común denominador de las personas. Es decir, nos encontramos en un momento histórico en donde los seres humanos podemos ser obsoletos, nuestra calidad de humanos, ya no es necesaria, si no pertenecemos a un factor productivo dentro de una industria elocuente o un sector que manifieste una necesidad que tenga la facultad y la solvencia económica para generar un ciclo, entonces somos un estorbo, un pieza sin sentido fuera de un rompecabezas en el devenir de una era que genera problemas imaginarios y desconoce soluciones reales a los estruendos de la vida.
En la alegoría de la caverna de Platón, se extiende la tesitura de que la vida tiene ciertas proyecciones y que de manera particular únicamente alcanzamos a ver una parte, las sombras, la inercia de alguien más, la reminiscencia de un pensamiento, por lo tanto, percibimos únicamente una parte simbólica y diminuta de lo que concierne a una realidad. Las escuálidas intenciones de ver la luz imperan sobre si existe dicha necesidad creada. El personaje principal de la obra citada se dedica a hacer obras de barro, es una persona de la tercera edad, que se comienza a enfrentar a un fenómeno globalizador en que poco a poco comienza a ser desplazado, de manera en específico por centro comercial. Ante un contexto como el que se menciona resulta muy complejo que una personas de la tercera edad pueda aprender temas y herramientas como el blockchain, la interacción de NFTS . El periodista argentino Andrés Oppenhaimer lo menciona en su “Libro sálvese quien pueda”.
“Los expertos son, por definición, los sirvientes de aquellos que están en el poder: en realidad no piensan, solo aplican sus conocimientos a los problemas definidos por los poderosos” Slavoj Zizek.m
Es una cuestión de cálculo para poder entrever en cuanto tiempo muchas personas se encontrarán en una situación muy similar a la del personaje principal de la obra citada, no obstante, no únicamente será una cuestión de edad, será una situación verdaderamente endeble para las personas que no tengan posibilidad de una instrucción académica, o el vinculo con la tecnología y el acceso a ella, esa situación hará que un segmento de la población muy elevado no sea competitivo ante la tesitura que demanda la producción de este sistema. Serán los nuevos analfabetos, aquellas personas que no puedan guiarse por sus propios pensamientos y entonces muy similar a la caverna de Platón, imiten a las sombras sin saber que es la recreación de la realidad, una realidad proyectada.
Cuando se menciona la palabra “Caverna” se piensa en algo oscuro, en algo lejano y en un lugar retraído del mundo exterior, puede y debe de tener distintas aristas, desde la reseña referente a la reflexión y al interiorizar en la meditación, para poder entender que el mundo es lo que uno crea de él, sin embargo, si no existe la disposición de abordar los procesos de adaptación conducentes para la satisfacción de las necesidades reales, entonces la caverna será una prisión. Por otro lado, la caverna pudiese ser ese territorio en donde se representa a una sociedad que no alcanza a ver más allá de las sombras momentáneas, en las que no se percibe el devenir o el futuro en el que podemos ser descontinuados, por una máquina, por una industria, por una nueva tendencia económica. Como sociedad estamos obligados a un despertar de conciencia, a la misma alegoría que se plasma en el ensayo sobre la ceguera, “No se puede aspirar a tener una vida digna, si las personas son dirigidas por las sombras, si no existe el valor para abrir, los ojos. Podemos permitir que un niño tenga miedo a la oscuridad, pero no podemos permitir que un adulto tenga miedo a la luz”.