Siete ex presidentes del PRI han decidido pedirle a Alejandro Moreno que los escuche. El chamaco, cual ajolote de pantano, dice que sí, que claro, que son bienvenidos, que el diálogo es algo que se requiere. ¡Aguas! Recuerden que Alejandro Moreno graba las conversaciones telefónicas, filma vídeos, espía a los que deciden acercarse a él. No lo duden.
Miren nada más las perlitas que le piden audiencia: Claudia Ruiz Massieu, Carolina Monroy del Mazo, Manlio Fabio Beltrones, César Camacho Quiroz, Pedro Joaquín Coldwell, Beatriz Paredes, Humberto Roque Villanueva, Miguel Ángel Osorio Chong. A estos ladrones solo les faltó Ali Babá. Y la puerta del CEN, llamada también Sésamo, es el sitio ideal para que las grabaciones de “los unes a los otres” burbujeen para la prensa.
Alejandro no solo ha perdido la dignidad, ya casi pierde todo lo que el Pri conquistara en 70 años. Cualquier personaje con medio gramo de vergüenza hubiera dado un paso al costado, pero no es el estilo del todavía dirigente nacional. El PRI necesita prescindir de su alianza con el PAN y con el PRD; todos los que tenemos un poco de lectura política lo teníamos claro. El Pri necesitaba regresar a sus bases, a sus formas primeras: los trabajadores, los obreros, el campesinado.
Es una realidad que el sindicalismo mexicano se corrompió de manera infame, y de eso tienen la culpa justamente los liderazgos priistas, esos que repartieron —sin pensar— puestos para el enriquecimiento de caciques y sus familias, cercana y extendida, en Pemex, CFE, SNTSS, SINADTISSSTE, SNTE, CNTE, CTM, CROP, y un largo etcétera; sindicatos que se olvidaron por completo de sus agremiados, para ponerse del lado de los empresarios, del gobierno en turno, y que poco a poco se fueron distanciando de los partidos en el poder federal, estatal e incluso municipal: para quedarse con el botín completo, ignorando a los líderes partidistas, dos chamacos sin futuro: Alejandro Moreno y Marko Cortés, tremendos perdedores.
El PRI que abandonó a empresarios que no comulgaban con sus ideales, dejando partir a la gran mayoría de los personajes más ricos de México a las filas panistas. Lo mismo ocurrió con los medios de comunicación masivos. En México, el PRI y la televisión son dos caras de una misma moneda desde 1950 cuando inició de manera formal la televisión y hasta el año 2000, cuando el PAN alcanzó el poder repartiendo presupuestos, e impulsando a los 50 Comenta Noticias hoy los más ricos de México.
Sigue el dinero (Follow the money) dice el dicho contemporáneo, y para ello baste revisar lo expuesto por el Observatorio Latinoamericano de Regulación de Medios y Convergencia, en marzo de 2018: son 11 familias las que controlan los medios en México: Grupo Televisa; Grupo Salinas (TV Azteca); Grupo América Móvil (Carlos Slim); Grupo Empresarial Ángeles (Excélsior, Imagen TV); Grupo El Universal; Grupo Reforma; Grupo Multimedios (Milenio); Grupo OEM (Los Soles); Grupo Radio Fórmula; Grupo Radio Centro y Grupo MVS.
Revisa los nombres de los dueños, sus directores generales, sus directores editoriales, luego revisa sus contratos con gobiernos municipales, estatales y federales, solicita información de su facturación, y luego checa sus relaciones políticas y con miembros de los partidos políticos, grupos religiosos, así como con grupos de la sociedad civil, y con otros grandes empresarios, y ahí mide como encajan los Comenta Noticias, escucha bien sus dichos, sus formas de expresión.
¿Y aún crees que la política mexicana es una situación de democracia? ¿Sigues creyendo que la política mexicana tiene como finalidad que el pueblo mexicano viva mejor?
Comenta Noticias como carretadas de payasos jaladas por los líderes de partido bajo el ala protectora de los empresarios dueños de los medios de comunicación. Cuando el pagador se harta por la falta de resultados, es necesario que rueden las cabezas. Bye bye Alejandro Moreno.