Es más que obvio que la agenda nacional se dicta desde el primer cuadro de la capital de este país, y vamos, suena lógico si el primer mandatario despacha desde un recinto histórico que no está acondicionado para eso, pero bueno, cada uno sus gustos, sus fobias sus manías y sus delirios. Por consiguiente, la agenda está sesgada hacia los intereses político-sociales del gobernante y como siempre sin duda también a sus caprichos. Esta persona me recuerda a un jefe que alguna vez tuve que no sabía nada sobre el desarrollo del trabajo que debía ejecutar por lo que constantemente caía en la pifia, lo que ocasionaba malestar entre su equipo de trabajo y con justa razón pues ante los ojos del resto la culpa no era del mandamás sino de la bola de ineptos subordinados que no operaban de manera correcta. La terquedad, como otro rasgo característico de aquel jefe y también del adulto mayor que sale todas las mañanas a decir que México es un país que en este momento está siendo traicionado por un grupo de políticos, diputados para ser más específico que no votaron por una reforma eléctrica que según el reporte de los expertos, no es conveniente implementar. Esta persona marca en la agenda acciones para señalar y evidenciar en plaza pública a esos diputados, como también identificar como traidores a la patria a todos los que pertenecemos a la clase media, que, dicho sea de paso está en peligro de extinción y no precisamente porque todos aspiremos a formar parte de la clase alta, de los millonarios, o de los políticos como los que trabajan en la autollamada cuarta transformación, sino porque la inflación está acabando con nosotros; traidores a la patria los colaboradores de los medios de comunicación, los periodistas, reporteros y comunicólogos que sin bozal en la boca expresan su punto de vista con relación al acontecer cotidiano del país.
Ayer que caminaba por el primer cuadro de mi entidad rumbo a las instalaciones de un cliente, porque dicho sea de paso, la clase media no podemos dejar de trabajar, no somos ninis con becas, ni aviadores, ni hijos del señor que sale todas las mañanas a decir que está todo bien, no señor acá la lana cuesta mucho ganarla, con el sudor de la frente de cada uno de los clase medieros como un servidor; el chiste es que, le decía que cruzaba a las 13:00 horas aproximadamente por la plancha de concreto con el sol cayendo sin piedad, con equipo a cuestas, visualíceme lo más mártir que pueda, ya sabe que ahora eso es lo que se vende desde la cúpula del poder; y de pronto mientras más me acercaba a la calle que cruza de manera lateral dicha explanada comencé a escuchar gritos de un hombre, consignas para ser exactos, debajo de la sombra de un gran árbol se identificaba a una persona de sexo masculino de entre 45 y 50 años de edad, ataviado con pantalón de mezclilla que a simple vista se podía percibir como muy usado, unos zapatos tenis en las mismas condiciones que la prenda de vestir y qué cree, con una playera una gorra y una bandera de Morena. Este personaje acompañado de sus secuaces estaban bajo la cómoda sombra de ese árbol que le cito renglones arriba, todos como cortados con la misma tijera, personas que por su atuendo, y no me refiero a las playeras del partido político del señor que sale todas las mañanas a tergiversar la realidad sino a las facciones físicas, definitivamente no son de la región, no son oriundos de la tierra de la gente buena, mire que cuando uno es chilaquil creo que le es más fácil identificar forasteros como uno; bueno pues este personaje, le digo que estaba gritando una sarta de tonterías, “cárcel a los traidores a la patria”, primero y de manera ingenua pensé, está pidiendo cárcel para su máximo líder, el jefe supremo de las fuerzas armadas de este país, pero después reflexioné y me dije, Azocar que bruto eres, se refiere a los diputados que no votaron a favor para que se aprobara la reforma eléctrica, aquella a la que, por instrucciones expresas del dueño del micrófono de las mañaneras, no se le debía cambiar ni una coma; el chiste es que en mi andar hacia las instalaciones de mi cliente, más me acercaba y obviamente más entendía lo que vociferaba a grito pelado, cárcel a los traidores a la patria, México no se merece políticos como esos, entre otras tantas palabras al viento, cuando de pronto un hombre se acerca y le hace unas observaciones supongo al tema que estaba vociferando, el militante del partido en comento, literal y como decimos los chilaquiles, se esponjó, se puso muy salsa, al brinco, desafió al transeúnte, se burló del mismo, los secuaces se pusieron al alba como para respaldar al del parlante. Con esa postal me quedé para reflexionar sobre el tema; primer punto, considero que la verdadera intensión del adulto mayor que pretende despachar desde el primer cuadro de la cuidad de los palacios es dividir a la sociedad, incluso en los círculos de amistades cercanas y a las familias, por lo menos yo identifico a un amigo muy querido y a un primo entrañable que comulgan con la idiosincrasias de ese señor y que, si bien no hemos tenido alguna discrepancia como tal, si existe un distanciamiento obvio; al dividir se genera tensión y al generar tensión la mente se turba y no es posible ver las cosas con claridad, porque entonces, en lugar de observar con claridad los destrozos que está generando la actual administración, estamos ocupados peleándonos por desacreditar o avalar las acciones de este hombre que es un hecho no pasará a la historia como el mejor presidente después de Juárez. Segundo punto, me pareció que esas personas de la plaza no tenían ni la menor idea de lo que realmente es un traidor a la patria, sí la chamba es alebrestar el gallinero pues que cumplan con el cometido, pero, si les preguntáramos el por qué lo hacen, seguramente su respuesta sería porque están apoyando a la cuarta transformación y a su presidente, cosa que es verdad, pero tampoco creo que sea un argumento válido para confrontar a transeúntes. Tercer punto, si caemos en el discurso del adulto mayor en cuestión, entonces estaríamos dando por hecho que somos iguales, el tachar de traidores a la patria a los diputados por no haber votado a favor de su reforma eléctrica no es más que el reflejo de una personalidad resentida, rencorosa, egocéntrica y que siente el poder que le otorga el cargo público que le confirió el pueblo… que mire que el pueblo también se equivoca; si entonces optamos por comportarnos como adolescentes iracundos, inmaduros, peleoneros y rencorosos entonces sólo así lo pudiéramos señalar como traidor a la patria por toda la sarta de tonterías que ha cometido, el caso de las desafortunadas declaraciones sobre los médicos mexicanos y la incursión de los galenos cubanos, el hecho y dicho que el defiende a los delincuentes porque su gobierno es humanista y no represor como los anteriores… son delincuentes no víctimas de la situación, los destrozos ecológicos que ocasiona el tren maya, el AIFA, el acusar a la clase media de estar en su contra, pues por lo menos yo, miembro de la clase media en extinción si estoy en contra de la manera en que está conduciendo al país, pero quién soy yo para juzgar a ese pobre adulto mayor, ni siquiera se merece etiquetarlo como traidor a la patria; mejor que la sociedad abra los ojos y la historia lo juzgue.
@ericazocar