El pasado viernes 20 de mayo del año en curso se realizó el segundo concierto de temporada de nuestra Orquesta Sinfónica en su sede que es el Teatro Aguascalientes a las 20:30 horas. Este segundo concierto estuvo integrado por la Marcha Festiva Op. 54 de Antonin Dvorak, el Concierto para guitarra del Sur de Manuel María Ponce con la participación del maestro Pablo Garibay oficiando como solista, y después del intermedio se programó la Sinfonía No.1, Op.28 de Max Bruch. El concierto fue dirigido por el titular de la OSA el maestro Emmanuel Siffert.
Varias han sido las ocasiones en que la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes ha interpretado esta célebre obra concertante de Ponce. Es uno de sus tres conciertos, los otros dos son el Concierto Romántico para piano y el Concierto para violín. El Concierto para guitarra de Sur está inspirado en el sur, pero de España y dedicado al maestro Andrés Segovia, uno de los más grandes guitarristas en el siglo XX y para quien se escribieron una considerable cantidad de obras musicales.
El solista, como ya lo comenté fue el maestro Pablo Garibay, es la primera vez que lo escucho tocar esta joya de la guitarra concertante. El Concierto para guitarra de Ponce lo ha toca la OSA con Alfonso Moreno, guitarrista de Aguascalientes con quien además se grabó un disco de esta misma obra, o con Rodrigo Neftalí, que sin ser de aquí, esta ha sido su tierra adoptiva, digamos que esas son las principales referencias del concierto de Ponce, y tenía muchas expectativas de la ejecución que haría el maestro Garibay. En efecto, respondió al interés despertado, un ejecución muy limpia, pulcra, cuidadosa, con toda la identidad que Ponce expresa en su partitura conservando ese sabor andaluz tan propio del concierto. Este suele ser, sin duda, lo más complicado al interpretar una obra musical, entender puntualmente lo que el compositor quiso expresar en su obra, pero que no está escrito en la partitura, está, no obstante, implícito en ella, pero descubrir esa esencia y saberla llevar a una buena ejecución, eso es lo que hace grande la participación del intérprete, eso que no está escrito en los pentagramas.
Fue una interpretación intensa, profunda, sumamente inspirada, en pocas palabras convincente. El maestro Siffert acompañando al solista con una trabajo extremadamente cuidadoso, manteniendo la distancia entre el solista y la voz orquestal, que aunque siendo una orquesta reducida en sus dimensiones, así la escribió Ponce para que la orquesta no tapara en ningún momento ola delicada y sutil voz de la guitarra, el riesgo de opacar el brillo del instrumento solista está latente en todo el concierto.
Sin la menor duda el Concierto para guitarra del Sur de Ponce es una obra muy atractiva que suele tener fuerte poder de convocatoria, y considerando el hecho de que hacer la programación de un concierto, o incluso de una temporada de conciertos es en realidad un descomunal ejercicio de equilibrio, el maestro Siffert, utilizando esta obra como ancla, nos ofreció un programa perfectamente bien diseñado, con dos obras, además de la de Ponce, de compositores sumamente conocidos pero con obras que tienen menos reflectores, en el caso del bohemio Dvorak disfrutamos de una pequeña pero deliciosa obra orquestal La Marcha Festiva, Op.54, y para terminar, de Max Bruch a quien irremediablemente relacionamos con su Concierto para violín, nos ofreció una brillante joya del lenguaje sinfónico, la Sinfonía No.1 Op.28 en mi bemol mayor.
El segundo concierto de temporada fue verdaderamente delicioso, todos los involucrados, solista, orquesta y director respondieron puntualmente a las exigencias del programa y sin duda todos los que asistimos al concierto lo disfrutamos inmensamente, no obstante la incomodidad que representa no poder contar con el aire acondicionado. Yo entiendo que dadas las circunstancias de los cuidados a los que nos lleva la pandemia de COVID 19, ya que aunque el índice de contagios ha descendido sensiblemente, no podemos ni debemos confiarnos, y por lo mismo se deben continuar con las precauciones y seguramente no encender el aire sea parte de la estrategia, pero lo cierto es que con el uso de la mascarilla que sigue siendo obligatorio en lugares cerrados, el calor se hace verdaderamente insoportable. Yo creo que se podría tener el aire con menor intensidad o encenderlo toda la tarde del concierto y apagarlo a la hora en que inicia la sesión musical logrando, sin duda, refrescar la sala, no sé, habría que buscar alternativas porque si es muy incómodo la estancia de más o menos 90 minutos que dura el concierto en esas circunstancias.
A la hora que escribo lo que tú generosamente estás leyendo, todavía no se ha publicado el tercer concierto de temporada y tampoco se ha publicado la temporada completa, lo que resulta inédito, ya que siempre habíamos contado con la programación íntegra de la temporada antes de que esta iniciara, por lo mismo, no estoy en la posibilidad de comentar contigo el contenido del tercer concierto que si no hay cambios, será este viernes 27 de mayo a las 20:30 horas en el Teatro Aguascalientes. Por ahí nos vemos si Dios no dispone lo contrario.