En las últimas semanas, las candidatas al gobierno de Aguascalientes han presentado las propuestas que, en caso de alcanzar la gubernatura, buscarían implementar para mejorar la competitividad, seguridad y calidad de vida en la entidad. Entre otras, hemos escuchado algunas propuestas en materia de movilidad, sobre todo en cuanto a infraestructura vehicular, transporte público y ciclismo urbano.
Si bien es positivo que la movilidad forme parte de agenda pública, también es importante recordar que en campaña suele plantearse de todo: desde propuestas coherentes hasta meras ocurrencias; por lo cual, finalizado el proceso electoral, cada propuesta deberá desarrollarse de manera rigurosa mediante un proceso técnico sólido y criterios de sostenibilidad económica y beneficio social. Lo contrario, es decir, acciones desinformadas, improvisadas, sin consideraciones de viabilidad económica, técnica o social, podrían fracasar en su implementación o ser contraproducentes. En ese contexto, en materia de movilidad es importante tener en cuenta algunos retos y consideraciones para realmente contribuir a mejorar la calidad de vida de la población. Veamos.
En cuanto a transporte público, la calidad actual del servicio muestra que el sistema aún tiene grandes deficiencias, por ejemplo, en cuanto a la frecuencia, confiabilidad o cobertura de las rutas. Por ello, es importante que el próximo gobierno invierta suficiente capital político y presupuesto para transformar, ahora sí, el transporte público de la entidad. Por ejemplo, el prepago electrónico debería tener una cobertura universal para facilitar la integración tarifaria del sistema y permitir a las personas transferir entre rutas, en un lapso determinado, sin pagar doble peaje; y debería incluir a los distintos servicios de transporte, como autobuses, combis, entre otros. Ello además facilitaría la consolidación de un sistema de recaudo de tarifas administrado de manera profesional para repartir las ganancias de manera transparente entre los distintos involucrados en la prestación del servicio.
La operación del transporte público además debería realizarse a través de una o varias empresas profesionales e integradas que presenten el servicio por zonas o corredores que incluyan rutas menos rentables pero necesarias para ampliar la cobertura. En ese sentido, un sistema público-privado eficaz puede permitir distribuir los costos e inversión de manera más eficiente entre gobierno y empresas para lograr una mayor sostenibilidad financiera y operativa. Igualmente, debería existir una institución reguladora con suficientes recursos y capacidades para asegurar que las empresas prestadoras del servicio cumplen con requisitos mínimos de calidad, lo cual debería apoyarse en la tecnología.
El sistema de transporte también debería contar tanto con terminales, algunas de la cuales se han construido en el sexenio actual, como con carriles preferenciales o exclusivos para autobuses para lograr una velocidad comercial más rentable que permita disminuir costos de operación, elevar la confiabilidad y eficiencia del sistema, e incrementar los ingresos. Más aún, un servicio de calidad debería contar con paraderos seguros y dignos, además de estaciones de transferencia en puntos con un aforo importante de usuarios para facilitar el acceso rápido a las unidades.
Por otro lado, en cuanto a ciclismo urbano, es importante reconocer que, si bien un porcentaje importante de la población ya se desplaza en bicicleta para fines labores, educativos, entre otros, otro porcentaje podría estar dispuesto a desplazarse en bicicleta para esos fines, siempre y cuando exista infraestructura de calidad que permita hacerlo de forma segura. El reto, por lo tanto, es proveer mejores condiciones a los ciclistas existentes y atraer a ciclistas potenciales con el objetivo de aumentar el porcentaje de viajes que se hacen en este modo de transporte. Para ello, la infraestructura ciclista debe diseñarse con los más altos estándares de calidad y seguridad, pues, en gran medida, el éxito de esa infraestructura depende de la seguridad que logre proveer a sus usuarios: ciclovías sin protección del tráfico vehicular, sin pavimentos y nivelación adecuada, y sin señalización, suelen abandonarse o subutilizarse. Por lo tanto, es importante que la infraestructura ciclista a construir sea de calidad para lograr atraer a un mayor número de usuarios y evitar su deterioro.
En cuanto a infraestructura vehicular, cabe mencionar que la rehabilitación de vialidades debería ver más allá de la repavimentación e incorporar el rediseño de algunas vialidades para integrar de manera segura tanto a automovilistas como al transporte público, ciclistas y peatones. El concepto de “Calle Completa”, que consiste en diseñar las vialidades para favorecer a todas las personas –por ejemplo, mediante el rediseño de intersecciones, ampliación de banquetas, instalación de carriles exclusivos para el transporte público, etcétera–, podría regir las acciones que se busquen realizarse en esta materia. Así, en lugar de sólo repavimentar, el diseño de algunas vialidades podría adecuarse para que todas las personas puedan desplazarse de manera segura y eficiente.
En conclusión, en movilidad Aguascalientes enfrenta grandes retos: el tráfico es cada vez peor, el transporte público no ha mejorado significativamente, y peatones y ciclistas se desplazan en condiciones de alta peligrosidad. Así como en otras áreas el estado suele figurar en las primeras posiciones del país, en movilidad no hay mucho de qué presumir, pero siempre es buen momento para reorientar el rumbo: ojalá ese momento sea ahora.
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