Me considero un fiel seguidor del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes, tuve la oportunidad de transmitir la ceremonia de entrega muchos años por radio en vivo, pero independientemente de eso, soy un apasionado de este certamen y espero con ansiedad el poemario ganador, y leerlo se ha convertido en un verdadero ritual -ya sabes, con una copa de vino tinto, o varias, no me voy a limitar-, y la ansiada lectura, repasar cada poema, cada verso incluso uno o dos veces o las que sean necesarias hasta llenarme los ojos, la mente, el espíritu de poesía, de alguna forma este es uno de los antídotos que nos permiten soportar la vida.
Este año, después de dos ediciones de no poder celebrarlo como lo marca la tradición, con todo ese protocolo, incluso con pompa a causa de la pandemia, finalmente el Premio, coloquialmente conocido como el Aguascalientes, pudo entregarse. El poemario ganador de la edición 54 del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes es La muerte golpea en lunes de María del Carmen Velasco Ballesteros que todavía no conocemos porque su publicación tendrá que esperar hasta finales de junio o tal vez principios de julio, según me comentó la propia autora. Tuve la oportunidad de charlar con ella alrededor de unos 40 o 45 minutos durante las mesas de lectura y diálogo previas a la ceremonia de entrega del Premio, también estuve platicando con Elisa Díaz Castelo, ganadora del Premio en el año 2020 con el poemario El reino de lo no lineal, de ella también se presentó otra publicación: Principia dentro de estas mesas de lectura. Posteriormente tuve la oportunidad de platicar con el ganador del Premio 2021 Rubén Rivera García con el poemario Sendero de suicidas, un libro que nos acerca a los poetas que han muerto por mano propia, por cierto, estuve platicando con él justamente después de la mesa en la que se presentó este poemario galardonado en el año 2021.
Digamos que de los últimos seis o siete poemarios ganadores, este libro, Sendero de suicidas de Rubén Rivera y el de Balam Rodrigo, El libro centroamericano de los muertos, ganador del premio en el año 2018, son dos de los que más he disfrutado, seguramente es por eso que me sentí… ¿cómo decirlo?, creo que la palabra es indignado por los lamentables y patéticos comentarios vertidos por una persona que se hace llamar Memo no mata (menos mal), que estuvo a cargo de la presentación, dijo que el poemario de Rubén era una apología del suicidio y dijo además que no era correcto romantizar el suicidio. Evidentemente, o no entendió una palabra, o actuó de mala fe, no sé, pero el libro de Rubén Rivera no es ni una apología del suicidio y en ningún momento intenta romantizar este problema, el autor habla del suicidio como un hecho que no podemos ignorar y pasar de largo, como si nada estuviera sucediendo, no podemos ni debemos cerrar los ojos, algo hay que hacer, finalmente el arte es, per se, un cuestionamiento, como dice aquel artista urbano, quizás deba decir callejero de Londres, Bansky, que “el arte debe consolar al perturbado y perturbar al cómodo”. Esta función la cumple puntualmente Rubén Rivera con su poemario ganador, por eso me indignó tanto que con un afán que yo interpreto de protagonismo barato y total exhibicionismo, este extraño personaje, Memo no mata, escribe una leyenda en la portada del libro de Rubén Rivera que dice groseramente: “Este morboso mata a quien se suicida”, y lo sostuvo ahí en la mesa durante la presentación del texto. Entiendo que el morboso es él, me queda claro que creyó ver en este poemario lo que no existe, o existe solo en su mente, morbo.
Por otro lado en la presentación del libro Esto no será un poema de Eva Castañeda, desde las primeras palabras del presentador, se llama Jorge Aguilera, me sentí ofendido por el tratamiento del lenguaje, esto lo entiendo entre los políticos, está de moda eso de las y los, lo curioso es que usan en primer lugar el artículo en femenino, -claro, primero las damas, eso es igualdad de género-, y después el masculino, pero el artículo queda en masculino, por ejemplo: las y los mexicanos, así de ridículo es el mal llamado lenguaje inclusivo. En fin, el asunto es que el presentador, ya dije que se llama Jorge Aguilera, ¿verdad?, inicia diciendo: “todas, todos y todes”, por Dios, insisto, esto lo entiendo, aunque no lo acepto, en la forma de hablar de los políticos, pero no lo entiendo ni lo acepto, ni en un comunicador, ni en un escritor o analista literario, es alguien que vive del lenguaje y que lo usa como una herramienta de trabajo, y todo esto sin contar el discurso arrogante e infumable que nos recetó, y para colmo, todavía viene la autora a decirnos que agradece a todas las interesadas, los interesados y los, así dijo: los interesades, no entiendo porqué dice los y después la ridiculez de interesades, yo creo que si iba a hacer el ridículo había que hacerlo bien, debió decir, en todo caso les interesades. Justamente en ese momento dejé de ser de los interesados en leer eso que, por fortuna, no será un poema.
Me queda el pendiente de leer el libro ganador de este año, La muerte golpea los lunes de María del Carmen Velasco Ballesteros y lo haré en cuanto sea publicado. A juzgar por la charla que tuve con ella, seguramente es un libro intenso y que nos hará pensar, nos conmoverá, finalmente esa es una de las funciones del arte. Que así sea.