Una casualidad laboral nos llevó a visitar el Foro Cultural Altrote donde tuvimos la oportunidad de ver la obra Mi ángel de la guarda, escrita por Adam Guevara, una propuesta divertida, original y actual donde hay mucha risa y una gran reflexión.
En el patio del Foro Cultural Altrote se dispuso una escenografía sencilla que nos muestra a una mujer dormida en la cama de una casa pequeñita.
La casa solo tiene 2 habitaciones, de las cuales la recámara y la cocina forman el área principal y el baño. La chica que duerme en la cama está muy delgada y pálida, parece que no ha comido en varios días y luce muy desganada.
Tiene una idea en mente, ahorcarse. Está dispuesta a hacerlo pero una mujer la detiene, ella no comprende cómo es que esa mujer apareció en su casa y la hizo bajar del banco antes de ponerse la soga al cuello y lograr su cometido.
Esa mujer, regordeta con la cara pintada y unas alas pequeñitas es nada más y nada menos que su ángel de la guarda y ahí es donde comienza la historia.
El ángel de la guarda no es una convencional, lo que le sorprende a Juana, nuestra protagonista es que no es un varón quien lo representa ni tampoco es alta, esbelta y hermosa según los estándares de belleza con los que los ángeles son icónicamente conocidos. Habíamos dicho ya que es una ángel regordeta con alas pequeñas y la cara pintada con símbolos como los de las etnias africanas. Eso sí, con una personalidad dicharachera, jocosa, honesta y simpática, todo lo contrario a Juana.
La angelita trata desesperadamente de que Juana olvide la idea de suicidarse y en el momento en el que cree perdido todo aparece una hada madrina para intentar persuadir en mantenerse viva.
Con un tinte moderno, el hada madrina intenta convencer a Juana de no suicidarse prometiéndo cumplirle 3 deseos. El hada madrina representa todas las promesas rotas que con el paso de los años le rompieron el corazón a Juana afectando su confianza y estabilidad emocional.
La angelita, tiene un rol muy importante en la obra, es quien hace que Juana analice su vida y también la mediadora entre sus emociones y la realidad.
De un momento a otro la obra muestra el paso de la mujer por el mundo con el fin de ser libres, desde Sor Juana Inés de la Cruz hasta nuestros días, en un recorrido donde las violencias de género más comunes aparecen y son puestas en escena para evidenciar que el porqué Juana se siente atrapa al punto de no querer vivir más.
Mi ángel de la guarda es una pieza teatral donde la puesta en escena rompe los patrones de lo ordinario y la estética. Cada una de las actrices plasma un lado débil de las mujeres y uno fuerte donde la fusión de ambas es una explosión de talento.
El que la obra se realice al aire libre aporta un toque distinto a la interpretación de los personajes pues tienen un escenario compuesto de 2 habitaciones (recámara-cocina y baño) pero al mismo tiempo la arquitectura del lugar también se vuelve parte de la obra, entonces las escaleras y la terraza del segundo piso del patio también se convierte en parte de la escenografía donde sin muros o puertas todo sigue su curso, literal, en otro plano.
Los tintes de sarcasmo en la obra nos permiten destacar la violencia de género a la que fue expuesta Juana y de la que es presa después en su mente cuando ya no tiene a su agresor cerca y de la que no puede salir pues el daño no sana y no encuentra una salida positiva a lo que vive, circunstancialmente, ahora que puede ser libre.
La obra es una muestra de que muchas acciones o actitudes negativas o nocivas de los hombres hacia las mujeres son normalizadas por lo que las mujeres pueden permanecer en ambientes violentos sin darse cuenta de ello.
Una de las cosas que pone de manifiesto la obra es que la violencia no termina cuando el agresor deja a la víctima. Al final todos los tipos de violencia, física, económica, etc., tienen un impacto en las personas por lo que es importante el tratarlo o por lo menos hablarlo para liberar la mente y el cuerpo de esa violencia que no se ve pero permanece.
Pocas obras de teatro son así, divertidas, directas y con un trasfondo humano que no solo nos divierte sino también nos hace reflexionar sobre lo que vivimos las mujeres en diferentes grados cuando se trata de violencia de género.
Al final se abrió un diálogo entre las actrices y los espectadores, en particular, me llamó la atención un hombre quien agradeció la puesta en escena pues así pudo darse cuenta de lo que viven las mujeres cuando son víctimas de violencia de género y lo que esto puede representar en sus vidas, me impactó el como lo expresó, al tiempo que coincidí con él en la reflexión.
Así que si quiere ver una propuesta innovadora, fresca, sarcástica que lo lleve a reflexionar sobre la vida y el cómo es vista la mujer en el mundo no puede perderse Mi ángel de la guarda, una obra de teatro del Foro Cultural Altrote bajo la dirección de Don José Claro.
Solo estará la puesta en escena 2 fines de semana más de mayo así que vaya lo más pronto posible porque realmente, no se la puede perder.
Laus Deo
@paulanajber