Luego de dos años resguardados por Covid 19, la pregunta en nuestra ciudad era: ¿Habrá Feria Nacional de San Marcos (FNSM) este año? Y se hizo. Y como cada año aquí queda la opinión de lo que aconteció en materia cultural durante la verbena. En nuestro andar como periodistas, para A Escena era importante documentar esta edición sanmarqueña, por el contexto en que se realizó. Veamos:
Lo bueno
- Luego de dos años de no tener feria, tanto los artistas locales como los espectadores ansiábamos ya disfrutar de un programa cultural variado, con danza, teatro, música, artes plásticas, literatura, culturas populares y demás. Fue una gran alegría ver los espacios culturales con público de todas las edades.
- La oferta cultural fue muy variada y atractiva, tenía que serlo para atraer al público, el trabajo realizado por el Instituto Cultural de Aguascalientes y el Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura fue arduo y nada fácil.
- Como en otras ediciones, la mayoría de los espacios tuvieron entrada gratuita (Foro del Lago, El Cuartel del Arte, Andador Carranza, Casa Terán, el CIELA, Patio Jesús F. Contreras, Palacio Municipal, Isla San Marcos y otros más.
- En materia de teatro hubo varios foros dedicados a este, tanto oficiales como el Palacio Municipal, Teatro Leal y Romero, y el Teatro Morelos, y también los hubo independientes como Épica, Foro Dionisio y Foro Al Trote, algunos con cartelera diaria y con módicos costos. Hubo teatro de horror, comedia, lecturas dramatizadas, cabaret, títeres, y para alegría de nosotros se abordó un tema importantísimo que ya es necesario darle un lugar en la escena: el maltrato a los animales en cautiverio y los domésticos, proyecto del que hubo dos originales propuestas. El teatro no solo es entretenimiento, también tiene una importante función social.
- La respuesta del público fue muy favorecedora, en cualquiera de los escenarios artísticos hubo asistencia, algunas veces rebasada. Era lógico, luego de dos años limitados en movilidad y convivencia. Afortunadamente para estas fechas, la gente ya tenía su esquema de vacunación completo, y se reforzó la campaña sanitaria para quienes aún no la tenían.
Lo malo
- En algunos lugares no se respetó el uso del cubrebocas, lo que por supuesto causó descontento entre quienes sí lo llevaban. Un tema polémico. Eso sí, en los espacios oficiales como los teatros fue obligatorio para poder entrar, en espacios abiertos hubo flexibilidad, lo que no pasó en la zona de antros o la comercial, o en lugares como el Foro de las Estrellas. Mucho por platicar de este tema.
- Largas filas en algunos espacios, y problemas en el cumplimiento de la programación y en la disponibilidad de los boletos para varios espectáculos, ¿fue falta de planeación o de organización? Lo decimos por los horarios en que se vendieron, unos distribuidos en taquilla y otros en línea, lo que ocasionó que un mismo asiento se asignara a dos personas dando lugar a discusiones entre los mismos asistentes, como pasó en el Festival de Títeres y en el Ferial, en el que incluso seguridad tuvo que sacar a dos personas que estaban discutiendo acaloradamente por un asiento, ya iniciada una de las funciones.
- Se vio rebasado el cupo de varios espacios artísticos, entre estos el Foro de las Estrellas, en el que se dieron cita artistas de talla internacional y nacional como Marc Anthony y Nicky Jam, que rompieron récord de audiencia. Personas formadas desde un día antes, otras guardando el lugar y cobrando por ese servicio, otros metiéndose en la fila, zonas reservadas para “invitados especiales”, situaciones que provocaron que buen número de gente quedara fuera por el sobrecupo. Eso sin contar la creación de zonas VIP en varios de los escenarios, en las que cobraron el lugar y el consumo.
Lo Feo
- Fatal no tener el programa impreso de la programación cultural de la Feria, ni por parte del ICA ni del IMAC. Se tuvo, sí, el programa general, el que promovió el Patronato de la Feria, aunque estuvo disponible solo en formato digital. Se entiende que todavía (quizá) no era conveniente entregar productos impresos por la pandemia (aún existente) pero lo que no se concibe es tener un programa digital sin las fichas técnicas de cada uno de los eventos o artistas. Eso es de enorme valor documental, especialmente para esta edición 2022. Este programa de mano es un apoyo para realizar notas y entrevistas con sustento, y se podría argumentar: “todo lo encuentras en internet”, pero no todas las compañías tienen sus semblanzas en las redes, ahí está el problema. Esperemos que en la próxima edición sí haya programa con fichas técnicas de los eventos ya sea impreso o digital, los historiadores y periodistas se los agradeceríamos.
- Es obligado mencionar la complicada situación en la que se vieron envueltos los artesanos que trabajaron en la hechura de los carros alegóricos para el desfile de abril del 2020, a los que el Patronato de la Feria les prometió se usarían en este 2022 y finalmente no fue así. Su trabajo, tiempo y esfuerzo se perdió, junto con el pago correspondiente. Fue necesaria la denuncia en redes sociales para que les hicieran caso y para evitar que esos carros fueran desechados como basura. Ahora tienen la promesa del Patronato de que ese material será utilizado en algún otro evento que se realice en próximas fechas. Esperemos que les cumplan.
Tema aparte
- La prensa local sigue siendo el patito feo de la verbena. El descontento entre representantes de medios de comunicación fue evidente por las acciones aplicadas por el Patronato de la Feria. Se sortearon turnos para las coberturas (solo se permitieron reportear entre tres y cuatro eventos artísticos por medio), condicionadas al uso de un gafete que no era válido sin una pulsera especial. Conseguir ambos fue todo un reto. Se entiende que esto fue para implementar cuidados necesarios para evitar la aglomeración de reporteras y reporteros, sin embargo, de nada sirvió porque de todos modos los hubo en cantidad, y sin ningún control sanitario. Ya saben que en abril y mayo mágicamente aparecen representantes de medios “serios” hasta por debajo de las piedras.
- También se debió dejar libre acceso a los medios ya que por su audiencia o su target, son quienes definen el tipo de evento a cubrir. Y eso de tenerlos en espera tres o cuatro horas antes solo afecta su trabajo, hay otros espectáculos que reportar, tiempos de traslado, para comer, para entregar el material, para publicarlo. El resultado de la cobertura hubiera sido más satisfactorio.
De la edición 2022 de la Feria Nacional de San Marcos quedan fuera muchas cosas todavía, buenas y malas, pero con esto podemos dimensionar el reto que para organizadores y medios de comunicación representó, luego de dos años de no llevarla a cabo por el Covid 19. Aún no hay cifras oficiales para saber si la derrama económica que dejó fue satisfactoria, pero lo que sí sabemos es que la gente la disfrutó. Esperemos que no se vuelva a interrumpir en mucho tiempo.