“El poder consume a la ambición de los seres que se negaron a servir”
Estimado lector de LJA.MX con el gusto de saludarle como cada semana, aprovecha esta ocasión para abordar el tema referente a la consulta de revocación de mandato de hace algunas semanas. Las palabras oprobiosas de quien reduce la posibilidad política tarde o temprano caen por su propio peso. El pasado domingo 3 de abril del presente año, se llevó a cabo un proceso supuestamente democrático el cual consistía en manifestar a través de los institutos electorales estatales la posibilidad de que el presidente pudiera ser revocado o por el contrario siguiera en su cargo.
Entiendo perfectamente que la interpretación política está sujeta a distintas aristas, y que debe de existir el preámbulo diplomático y la tolerancia conducente para esgrimir cada punto de vista. Particularmente considero que la ley no se debe de poner a consulta, simple y sencillamente se aplica. Resulta desproporcionada la esencia errática de solicitar a la sociedad que participe en una cuestión básica que está plasmada en la constitución.
“Todo lo que tienes que hacer es escribir una oración verdadera. Escribe la oración más verdadera que sepas” Hemingway.
Sin embargo, el ejercicio extiende diversos nexos que son antagónicas a las intenciones de López Obrador, ya que vislumbraba una participación arriba del 60 %, lo cual no ocurrió y ahí es en donde radica la principal derrota de esta iniciativa. Como distintas irreverencias se pudo apreciar los siguiente; los números del conteo rápido no parecen malos para el presidente si se observan de manera escéptica, pero el proceso no lo fue. Utilizó todo el aparato del Estado animado por su activismo de una manera que no se recuerda en la memoria, para evitar que las urnas vacías fueran la narrativa de la consulta. El presidente, amenazó con persecución política a los gobernantes que operarán electoralmente contra él, exigió a los suyos hacer aquello que antes denunciaba. En el colmo, siete secretarías de Estado promovieron la consulta, y desde las cuentas del gobierno apoyaron el hecho de que la gente saliera a votar.
Las cifras son claras, la revocación de mandato fue un FRACASO total para AMLO, la tendencia marca que AMLO/MORENA va en picada, no es una sorpresa, es una realidad ante el caótico gobierno que ha tenido, su aprobación disminuye drásticamente, en el 2018 obtuvo 30 millones de votos, después de 3 años la cifra se cerró en 21 millones, es decir decreció en 9 millones, y el domingo 10 de abril únicamente obtuvo 14.9 millones (Con todo y trampas). La proporción refiere que 8 de cada 10 mexicanos decidió no participar, no seguirle al juego enfermizo de la demagogia. La consulta no es vinculante, puesto que necesitaba un lejano 40%.
“Los hombres pueden hacer leyes para poner trabas y obstaculizar la votación, pero no pueden impedir o retardar el crecimiento y la maduración de nuestra conciencia” Booker Taliaferro Washington.
Bien lo expresó; el pueblo es sabio, el resultado de la consulta es el producto de la peor administración que se ha visto en los últimos 20 años, y eso ya es mucho, del mismo modo, resulta irónico que aun piense que cuenta con el apoyo de la gente, la lógica la basa en una sinergia asistencialista, lo cual es su responsabilidad, no es una condecoración que le de apoyos a las personas. Solo aquellos que niegan la realidad están imposibilitados de verla, la seguridad pública esta completamente rebasada, la economía se encuentra endeble, la educación reducida en presupuesto, las obras magnas y los ejes de este gobierno son una falacia.
Hace unos días lo expresaba el consultor de campañas políticas Antonio Sola; el fenómeno del presidente estriba en que ha sabido codificar el mensaje correcto al segmento poblacional correcto, independientemente de que la oposición aún no le haga un contrapeso, las ideas anteriormente expuestas son un referente de cómo el desgaste político es inherente y proporcional al mismo nivel de poder. Es muy probable que existan sorpresas en la elección de junio, no obstante, el fracaso meritorio sigue arrojando fuertes posibilidades para que MORENA tenga una mayor viabilidad en la próxima presidencia.
Es apresurado esgrimir dicha posibilidad, pero en el preámbulo de un partido que en el gobierno no ha dado resultados y que la identidad política depende de una sola persona, entonces se puede decir que se encuentra en el antesala de la derrota, no se puede hablar de un proyecto político únicamente contemplando 12 años, la política, aunque es circunstancial, debe de acompañarse de ideologías y creencias, si se pierde dicha esencia, entonces es un fracaso. Los discursos del presidente son la retrogradación y la combinación de mucha ficción para entretener a una sociedad que aún no sabe distinguir entre democracia y demagogia.
In silentio mei verba, la palabra es poder.