- En la década de los 70 se comenzaron a plantar árboles como eucaliptos o pirul, que son de otros países.
- Las especies extranjeras requieren más agua; mezquite y huizache, verdaderas opciones.
En Aguascalientes los parques y bosques urbanos, así como la reforestación o plantación de árboles endémicos debe apelar por el principio del endemismo para que estos crezcan idealmente con las condiciones climáticas del estado y para también contribuir con el ahorro de agua y con la filtración de la misma a los mantos subterráneos.
Así lo explicó el guardabosques de Los Cobos, Agustín Bernal Inguanzo, quien dijo que desde la década de los 70 y también en la de los 80 en Aguascalientes se comenzaron a plantar eucaliptos o el pirul, que es sumamente común verlo en las banquetas y en los jardines de los Aguascalentenses, lo cual detuvo la plantación de árboles endémicos. El ecucalipto o el pirul, por ejemplo, son especies que vienen de otras zonas, de otros países de centroamérica, incluso.
Lo ideal, opinó el activista ambiental, es incentivar la plantación y la reforestación de árboles como el huizache o el mezquite, que sí son de la región territorial donde está Aguascalientes, y que tienen la ventaja de no utilizar tanta agua y que, al contrario, ayudan a que se pueda filtrar mejor, una opción viable en la entidad dado que Aguascalientes vive desde hace años un estrés hídrico en el que sus cinco mantos acuíferos están sobreexplotados.
Además de eucaliptos o pirules, es común en la ciudad ver dentro de los camellones de toda la ciudad de Aguascalientes palmeras, especie que tampoco es endémica pero que, con afán de darle una vista diferente a la urbe, fueron plantadas a manera de decoración.