Al año mueren casi 4 millones de menores en el mundo por enfermedades infecciosas relacionadas a una mala higiene de manos
A dos años de la pandemia, una de las actividades que se volvió práctica cotidiana es el lavado de manos. Desde 2020 incluimos a nuestra vida esta labor como parte del autocuidado y la prevención. Sin embargo, conforme las condiciones de la covid-19 se modifican, e incluso atenúan en el mundo, pareciera que estos hábitos podrían empezar a relajarse o incluso desaparecer.
Esto lo empezamos a ver en diferentes sitios del planeta con otras medidas de cuidado, como el caso del cubrebocas en espacios abiertos o la concentración de personas en un mismo sitio. Es decir, pareciera que hemos empezado a relajar las medidas de higiene sin considerar la utilidad que estas involucran o las consecuencias que pueden acarrear en nuestra salud.
Por ello, y en el marco del Día Mundial de la Higiene de Manos que se celebra cada 5 de mayo, Brissa Mejía, infectóloga, nos comparte 5 puntos importantes para recordar por qué no hay que bajar la guardia cuando se trata de mantener limpias y desinfectadas las manos, independientemente de la situación en la que estemos.
- El lavado de manos se ha relacionado en los últimos meses con la prevención de la covid-19, pero de forma general se trata de salvar vidas, y mucho antes de la emergencia sanitaria del 2020. Por eso celebramos cada 5 de mayo desde el 2009 esta iniciativa del Día Mundial de la Higiene de Manos, para mantener la promoción y visibilidad en el tema. Además, se ha comprobado que el lavado de manos es la forma más económica de evitar enfermedades. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el lavado de manos reduce el riesgo de infecciones y es parte de las recomendaciones en la lucha contra la resistencia antimicrobiana, una de las 10 principales amenazas de la salud pública en el mundo.
- Como consecuencia de la evolución de la propia pandemia, hoy nos situamos en un momento de retorno a muchos espacios de los que nos aislamos en 2020: desde oficinas hasta sitios de entretenimiento. Eso está promoviendo que interactuemos con más personas en nuestro día a día y, por tanto, con la posibilidad de entrar en contacto con microrganismos al tocar algo tan cotidiano como un barandal o una superficie de escritorio. Por ello, resulta aún más necesario mantener la higiene de nuestras manos, para evitar que se conviertan en vehículo de alguna enfermedad infecciosa.
- Aunque lavarse las manos con agua y jabón es la herramienta más eficaz para lograr la desinfección, entendemos que a veces puede no ser sencillo acceder a este mecanismo, sobre todo cuando estamos fuera de casa. Pero ello no implica un pretexto para no mantener la higiene: una forma útil es hacerlo a través de los geles antisépticos, que si bien no reemplazan el lavado de manos, sí brindan protección. O también pueden ser un complemento tras el lavado común, pues permiten eliminar el 99.9% de virus y bacterias.
Ahora, aquí la clave es usar el gel antiséptico que sea efectivo y seguro, pues nos hemos acostumbrado a la cotidianeidad de este recurso sin verificar su calidad.
- Mantener la higiene de manos es al final de cuentas un hábito, y esto puede garantizarnos bienestar en diversos sentidos. Por tanto, es una oportunidad de llevarlo a sectores vulnerables, como los niños y niñas, quienes no solo son actores importantes para la generación de los cambios futuros en la sociedad, sino que ahora mismo se ven afectados por las consecuencias de una mala higiene de manos. La propia Organización Mundial de Salud refiere que al año mueren casi 4 millones de menores en el mundo por enfermedades infecciosas relacionadas a una mala higiene de manos como las diarreas de origen viral y bacteriano. Así que seguir promoviendo la higiene de manos puede darnos resultados positivos ahora y en los siguientes años.
- Protegernos es hacerlo también con las demás personas e incluso con la sociedad. Así que mantener una higiene adecuada de manos permite que estemos más sanos, y que la gente de nuestro círculo inmediato se beneficie de ello: desde una familia mejor cuidada hasta un ambiente de trabajo en el que haya verdadera salud y protección para todos. Es más, cuidarnos implica que los sistemas de salud no se vean saturados o que el acceso a tratamientos se vuelva escaso.
Por esto, es importante no bajar aún la guardia y seguir con la higiene de manos. Hacerlo a través del lavado con agua y jabón es la manera más efectiva, pero también existen otras posibilidades de apoyo como los geles antisépticos. Lo importante es seguir llevándola a cabo para bienestar propio y de los demás.
Neta Comunicación