Uno de los hobbies más usuales es viajar; sin embargo, no es fácil hacerlo para el mexicano promedio ya por la cuestión económica o de tiempo; mi familia y yo tratamos de salir cada puente, buscamos lugares cercanos, pues no vamos a durar más de dos o tres días; solemos hospedarnos en hoteles baratos o Airbnb, para reducir costos y ampliar el número de salidas. Comparto la experiencia de pueblos mágicos cercanos a nuestro estado, en otra entrega hablábamos de pueblos que se visitan, digamos, de forma aislada, ya porque no hay otros próximos o porque se pueden visitar rápido. Trabajaremos ahora en circuitos que hemos diseñado, tomando en cuenta la cercanía. Es evidente que en algunos casos no nos detenemos más allá de dos o tres horas, esto implica discriminar algunas cosas, planteamos los tours con dos noches, es decir para aprovechar los puentes, aunque se puede extender a tres, si se parte desde el viernes.
Circuito Zac-Durango
Sombrerete (3 hrs). De esos pueblos mágicos que tienen poco de mágicos, si bien su catedral y el pequeño casco del centro histórico son hermosos, no van más allá de cualquier pueblo de este país; no hay tiendas de souvenirs, museos o cosas por el estilo. Básicamente lo visitamos para lograr una meta que tenemos de hace años, ir a todos los pueblos mágicos; las guías recomiendan comer brujitas, pero no nos tocó ya que había demasiada gente.
Nombre de Dios (4 hrs). Otro lugar que no tiene prácticamente nada de mágico, salvo algunos locales que venden conservas y mucho mezcal con alacrán; una pequeña iglesia en ruinas que ni siquiera está abierta al público. No cuenta con parián o plaza principal. Básicamente pasar por uno de sus mezcales y listo.
Ahora, si estos dos pueblos no tienen mucho qué ver ¿Por qué los recomendamos? Sugerimos en este circuito visitarlos de pasada y llegar hasta la ciudad de Durango, que es una maravilla, su centro histórico tiene varias atracciones que rematan el circuito con creces: el museo de Pancho Villa, un teleférico, un museo-tunel de minería además de varios restaurantes. Sus precios son bastante económicos. En nuestro caso comimos en un lugar que vende tacos dorados y tiene una refresquería con sodas de varias partes del mundo. El plus que no se deben perder: el Viejo Oeste, un set cinematográfico ambientado, donde puedes disfrutar de bebidas, y una pequeña obra de teatro. No se lo deben perder, es económico y bastante entretenido para toda la familia.
Circuito Querétaro
Amealco de Bonfil (3.5 hrs). El hogar de lele, esa tradicional y maravillosa muñeca que ya es artesanía no solo de ese pueblo, sino de todo el país; además de muchísimas tiendas y puestitos vendiendo esta muñequita en todas sus versiones, tienen un museo con muñecas de todo el país; algunas estatuas de bronce (obvio de Lele) y por su puesto su pequeño centro histórico con iglesia, puestitos, etcétera. Para pasear tres o cuatro horas es excelente y de aquí irse a Tequisquiapan, que estará a unos 30-40 minutos.
Tequisquiapan. Definitivamente un auténtico pueblo mágico, mucho qué hacer no solo al interior (centro histórico es preciosísimo) sino alrededor, en especial sus viñedos de los cuales no se pueden perder los de Freixenet, diseñados para darle toda una experiencia al turista ya caminando sus viñedos o su cava, o sentarse en sus enormes jardines a tomarse una botella de su excelente espumoso (de calidad de champaña, pero mucho más barato). Múltiples queserías y otros viñedos. Sugerimos pasar una noche aquí, para al día siguiente partir a Bernal, con una parada previa en Cadereita.
Cadereita de Montes. Saliendo de Tequis, está como a una hora, es pequeño y solo tiene de atracción un par de jardines botánicos enfocados a las cactáceas; así como un pequeño estanque muy bien arreglado, super instagrameable; su placita con varios puestitos y dos hermosas iglesias. No se necesita más allá de dos horas para visitarlo, en los jardines botánicos no venden cactus, pero cerca hay un vivero de venta bastante grande y a precios accesibles que se llama la Biznaga Vagabunda. Sugerimos de aquí dirigirse a Bernal, si hay tiempo y les gusta el mármol, pueden desviarse 30 minutos a Vizarrón de Montes, donde encontrarán desde pequeñas artesanías hasta enseres mayores para la construcción, obviamente todo de mármol.
Peña de Bernal. Hay que pernoctar una noche por lo menos aquí, es el pueblo mágico por excelencia, su centro histórico con múltiples bares y restaurancitos, souvenirs por todos lados, caminar hasta la base de la piedra es super sencillo y desde ahí se puede ver un espectáculo de luz y sonido, los más preparados podrán subirla. Sus gorditas son deliciosas y hay que probar el relleno de nopal, un pico de gallo con nopales que se vierte dentro de una penca grande de nopal, que es echada a las brasas y cocida a fuego lento.
En este circuito hay muchísimo quÉ hacer, los hoteles no son tan baratos y hay que reservar con anticipación. Lo único negativo es que en puentes tanto Peña como Tequis se llenan de turismo, pero aun así son muy disfrutables.
