Por una mayor ética en la Feria de San Marcos - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Raúl Armando Hoyos Hernández y Víctor Hugo Salazar Ortiz

 

La Feria Nacional de San Marcos se encuentra celebrando su 194 aniversario, esto tras dos años de cancelación por motivo de la pandemia COVID19; sin embargo, no todo es color de rosa y felicidad. Hoy más que nunca debemos empezar a hacer consciencia sobre las implicaciones y el significado de nuestras acciones, especialmente cuando somos anfitriones de este tipo de festejos en los que se pueden presentar actividades “tan tradicionales” que, por lo mismo, poco o nada se cuestiona acerca de la conducta ética de los participantes y asistentes a esta verbena popular .

Según la Secretaría de Servicios Públicos, la cantidad de residuos de basura alcanzados fue de 187 ¡toneladas! en los primeros días de la Feria, principalmente plásticos y unicel derivados del consumo de alimentos y bebidas consumidas. Como medio de prevención, el gobierno de Aguascalientes y la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (SEMADESU), lanzaron campañas de responsabilidad y sensibilidad social, con las que se invita a la sociedad y a los comerciantes a entregar bolsas de tela en lugar de las de plástico, con ello se busca evitar generar más basura y subsecuentemente mayor  contaminación, además de que eso contribuiría a mantener el área ferial y las calles aledañas. Otra contribución gubernamental es la que ofrece en el Corredor Cultural Carranza, en donde se imparten talleres gratuitos de educación ambiental, sobre el cuidado de las plantas y el cultivo de microhuertos familiares.

Sin duda estas acciones no resuelven el impacto ambiental ferial; pero de eso a nada… Por otra parte, ¿no creen que se escapa otro elemento que debería tener un importante calado ético? Nos referimos concretamente al asunto del maltrato animal ¿Dónde están las acciones oficiales para abolir las corridas de toros, las peleas de gallos y la explotación ganadera? Sin duda son necesarias las campañas de concientización ecológica, pero en el fondo son egoístas, pues dejan fuera a los animales no humanos como si estos no fueran parte de los ecosistemas naturales y tuvieran derecho a vivir libres de tortura; por el contrario, se estimula su uso y explotación como si fueran seres inhertes. Algunos podrían defender y justificar la exposición ganadera, pues como puede observarse en los ejemplares que allí se presentan, éstos gozan de buena atención y salud, ya que son cuidados y alimentados con gran esmero, ¡pero no por su bien propio!, sino por un interés monetario de sus dueños y, posteriormente, de un mercado cárnico y lechero que ofrece animales muertos a consumidores ávidos de comer carne, pero que no se preguntan cómo llega hasta ellos ésta, es decir, si hay una ética detrás de la producción de productos de origen animal.

 

El colmo de la inmoralidad en la Feria Nacional de San Marcos son los espectáculos taurinos y las peleas de gallos, pues a pesar de su tradicionalidad, no dejan de ser actos de crueldad hacia seres sintientes que no eligieron estar en esos foros, a diferencia de los pugilistas que sí tienen la oportunidad de escoger las trompadas como medio de subsistencia; los toros de lidia y los gallos, no tienen esa opción, y a cambio de entrar en un ruedo o en un palenque para ser aplaudidos, vitoreados y salir forrados de plata como un boxeador en un ring, pierden lo único y más valioso que tienen, su vida. En las 14 corridas de toros que están fechadas a lo largo del serial de esta feria, serán asesinados de forma profesional y artística, al menos 84 ejemplares para beneplácito de gente que disfruta de esta crueldad sanguinaria. Esto ocurre análogamente en las peleas de gallos, en las que, a pesar de todo, pudiera ser una afrenta más pareja, pues son gallos navajeándose entre sí y no un cúmulo de torturadores flagelándolos; aún así, nada justifica éticamente este igualmente sanguinario espectáculo, en el que el ganador no es un gallo, sino su dueño que se lleva la bolsa de la apuesta. Sería absurdo negar que detrás de estos eventos se esconde un ansiado beneficio económico que, desafortunadamente, se pone por encima de los animales no humanos y que sean vistos como «cosas» bajo un modelaje y venta, así como torturados, para el placer y regocijo de un público que se «divierte sanamente».

Ante esto, el pasado domingo 24 se realizó una manifestación pacífica en la Monumental Plaza de Toros en contra de las corridas de estos seres. Pancartas, cartulinas y otros medios se alzaron junto a las voces de los manifestantes, con mensajes contundentes tales como: “No más sangre” o “Solo un sádico disfruta del sufrimiento y la tortura”, entre otros.

Exigir que por parte de la gubernatura se cancelen este tipo de eventos de «exposición cosificada» y tortura parecería algo imposible, un sueño, sin embargo, no es tan descabellado imaginar algo así en nuestros días en los que los derechos, la consciencia y la defensa de los animales no humanos tiene gran fuerza, como nunca la ha tenido gracias al despertar ético de un gran puñado de personas en todo el mundo que aspiran conseguir un mayor progreso moral que incluya no solo a seres humanos, sino a todo ser sintiente. Si todos los interesado en este tema ponemos de nuestra parte al levantar nuestra voz y nuestros actos ante estas actividades cosificadoras, insensibles y sanguinarias, es altamente posible que estos sanguinarios y crueles espectáculos sean cancelados y hasta reemplazados por alguna otra actividad que refleje el cambio de consciencia moral y ética que, como sociedad, deberíamos de ir alcanzado. La Feria Nacional de San Marcos es importantísima (quizá la más importante a escala México), y si una Feria como la nuestra logra la abolición de estos eventos sería, no nada más un paso enorme a nivel local, sino un ejemplo internacional.


Está de más señalar en este espacio que en varias partes del mundo estos pseudoespectáculos están prohibidos y en muchos otros se está promoviendo su abolición. Esperemos eso ocurra algún día en todo México y alcance, por ende, a Aguascalientes la tierra de la gente buena, calificativo distintivo de personas con ética; pero mientras el fomento, apoyo gubernamental, empresarial y social a estas exhibiciones y masacres continúe, no nos queda sino más que poner en duda ese mote que caracteriza a los aguascalentenses, particularmente a los que patrocinan, promueven y asisten a esas barbaries. 


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