- Ismael Rodríguez relata el proceso de creación y conceptualización de la todavía vigente exposición en el Museo Espacio.
- “Es una radiografía de lo que ocurre en nuestro tiempo (…) la imagen inaugura el relato de la modernidad”.
La imagen puede contener es una exposición contemporánea del artista transdisciplinario Ismael Rodríguez, que se conceptualizó y se trabajó desde un principio para el Museo Espacio, donde, en honor al nombre del lugar, se repensó la imagen a través de sus distintas facetas.
El autor de las obras que se dividen en cada sala como actos teatrales, uno por sala, detalla los pormenores ideológicos de la exposición, desde cómo fue concebida hasta cómo se busca renunciar al estereotipo de consumo y de apreciación en los museos, donde todo tiende a ser interpretativo, lejano y con un camino ya predefinido que el visitante está obligado a seguir, pero que poco da lugar al involucramiento del consumidor, y que además trata de hablarle a públicos que históricamente han sido marginados en el arte, como las personas con discapacidades visuales.
Ismael Rodríguez relató que la exposición fue creada a partir de las instalaciones del Museo Espacios, es decir, no se llegó con las diferentes obras que la conforman ya hechas para buscar cómo iban a ser acomodadas, sino que se tuvo que analizar el espacio y el contexto del mismo para ver cómo podía aprovecharse y de ahí empezar a trabajar las distintas producciones artísticas expuestas.
Considerando eso, La imagen puede contener “es una radiografía de lo que ocurre en nuestro tiempo y pone sobre la mesa muchos de los temas que nos han causado incomodad, y que también nos han expuesto como humanidad, ante el rechazo, ante las cuestiones de privilegio, y que se construyen en gran medida a falta de una presencialidad o a falta de una realidad palpable desde las redes sociales”, profundizó.
A través de distintas disciplinas, “esta es una exposición que toma todos estos elementos, los presenta y los entreteje sala por sala para discutir acerca de los propósitos de la imagen en un sentido muy abstracto. Pero que también se desplaza en una agencia en la que nosotros, como habitantes, como partícipes de una sociedad, las producimos, las consumimos, las las reproducimos, las deformamos y las digerimos”.
-¿Por qué centrase en la imagen?
-Porque la imagen inaugura el relato de la modernidad para la historia de la humanidad, y desde la aparición de los medios tecnológicos, como las cámaras fotográficas, las cámaras de cine, la imaginación y la forma en la que nosotros hemos evolucionado como cultura nos permiten ramificar esos relatos y también distorsionar las realidades, de tal manera que el gran propósito de la exposición es poner sobre la mesa de discusión los usos que la imagen tiene en muchos sentidos, y qué hacemos nosotros ante ellas.
En la exposición se aborda la imagen como un medio de contención con el que se puede contrastar la realidad que se produce para el consumo de todas y todos, “imaginando que, por medio de este contraste, las imágenes se anulan y nos permiten ver la realidad que esconden”.
Agrega: “¿qué es lo que puede contener la imagen?, puede contener racismo, discursos de odio, producción de subjetividades, hasta la posibilidad de paliar las problemáticas sociales, pero siendo ante todo muy críticos. Consumimos desde memes hasta nosotros mismos convertirnos en esas imágenes virales que se reproducen al infinito y que no tienen otro propósito más que desmontar la capacidad crítica de la sociedad”.
Con formación en ballet y performance y arquitecto de profesión, Ismael Rodríguez buscó junto con la productora y también arquitecta Barbara Muñoz de Cote, la posibilidad de crear una exposición que no necesariamente debe ser lineal, sino que apuesta, de manera deliberada, por abordar en cada sala un manejo distinto de la imagen y que a su vez suponen ser parte de una imagen que las engloba.
“Pensamos que la libertad de desplazamiento estaba ahí, y aunque estamos condicionados por la propia arquitectura del lugar, y también por una exposición mental en la que nos hemos ido acostumbrando a tener un punto de partida y una salida, en este caso no queríamos proponerlo como una narrativa lineal, sino que estas se pudiesen intercambiar acudiendo a un concepto de intermedialidad”, abundó, lo que quiere decir que diferentes medios, independientemente del espacio, pueden convivir entre sí.
Al recorrer cada una de las salas de la exposición, se puede dar cuenta de las distintas maneras con las que se puede generar una imagen, y que no necesariamente atiende a la clásica pintura, e incluso se buscó, más allá de usar los muros, tratar de usar el centro de los espacios de cada sala para así hacer más partícipe al visitante, que ya no sólo estará de manera contemplativa.
Además, en ellas también hay intervenciones de sonido así como piezas que juegan con el vértigo, y que, acompañado de orientaciones en braille, hacen partícipes también a las personas con discapacidades visuales, quienes en otra clase de exposiciones no podrían experimentar esta clase de actividades culturales.
Si bien La imagen puede contener fue pensada como un proyecto para el Museo Espacio, eso no limita su posibilidad de llegar a otros recintos, donde si bien las condiciones de espacio e iluminación así como la localidad van a cambiar, “todo se permea, y lo mejor que puede hacer este proyecto es dejarse afectar por el entorno. La imagen puede”, concluyó Ismael Rodríguez.
Aunque en un principio la exposición estaría hasta el 8 de mayo, recientemente se decidió que se extendería otras dos semanas, por lo que durante casi todo mayo estará abierta al público.