En efecto estimado lector, es una alusión directa e irreverente a lo que alguna vez el gran Carlitos Darwin explicó en su obra magistral El origen de las especies, pero en esta ocasión, con el permiso y perdón de todos los estudiosos amantes de la ciencia, siento la necesidad de hacer una absurda comparación con lo que pasa ahora en nuestro entorno evolutivo; así que, sin más preámbulo, ahí le va la sarta de tonterías de un jueves antes de la semana santa.
De pronto pareciera que esa especie llamada clase política mexicana evoluciona de manera diferente de acuerdo con las regiones de esta hermosa nación; se acuerda que Darwin en la obra que estoy tomando como referencia dice que la evolución es “la descendencia con modificación”, es decir, establece la idea de que las especies cambian a través del tiempo dando origen a nuevas especies que comparten un ancestro común; bueno pues así pasa con los homo politicus de por acá; verá, todos comparten un ancestro común, ¿cuál es?: el Partido Nacional Revolucionario (PNR) fundando el 4 de marzo de 1929 por Plutarco Elías Calles, doce años después de la culminación de las hostilidades de la Revolución Mexicana, ya sabe la intención era evitar la aparición de otro Porfirio en la faz de la tierra, o por lo menos en la faz del territorio nacional. En 1938, cuatro años después de que el General Cárdenas tomara las riendas del poder el ancestro común, es decir el PNR “evoluciona” a Partido de la Revolución Mexicana (PRM), con aparentes cambios positivos y alejándose considerablemente de la visión de izquierda de Tata Cárdenas, en 1946 vuelve a registrar otro rasgo evolutivo no sólo en su nombre sino también en la estructura; es así como el Partido Revolucionario Institucional salta a escena, y salta bien, por lo menos mediáticamente hablando, utiliza los colores del lábaro patrio, apuesta por la lealtad a las instituciones, le da fuerza al sindicalismo como garante de los derechos de los trabajadores más desprotegidos, abre la puerta para el milagro mexicano y la evolución de la vida campirana a un entorno citadino y moderno.
Pero ¿qué cree?, la evolución, como en todas las especies, continuó abriéndose camino y en 1988 más que una fractura en su estructura experimenta definitivamente otro momento evolutivo, me refiero al nacimiento del Partido de la Revolución Democrática; de lo institucional derivaron a lo democrático, y para que la cuña apriete debe ser del mismo palo, los Cárdenas, si el hijo del General poniendo orden evolutivo al partido donde su padre gobernó con considerable éxito, y aunque el Revolucionario Institucional funciona como partido político este proceso definitivamente debilitó su estructura.
La evolución es así, estimado lector, ya lo dijo Darwin: “la descendencia con modificación”, las especies (políticas) cambian a través del tiempo dando origen a nuevos linajes que comparten un ancestro común. La descendencia del homo politicus mexicano que en un momento de este proceso se llenó de la variable “corrupción” trató de sobrevivir y al parecer, en el tema de la supervivencia lo logró, de la democracia evolucionaron a un movimiento de regeneración nacional, lo delicado que yo alcanzo a percibir es que hasta el momento no tienen claro qué regeneran; hablando de las especies y su fisiología, algunos reptiles a lo largo de su vida pierden una extremidad y su organismo es capaz de regenerarse; en política ¿qué quieren restaurar?
Entiendo que rescatamos lo perdido, pero ¿qué perdimos sí nunca hemos tenido una especie política decorosa incluso en la etapa del ancestro en común?, ¿qué es lo que añoran sí nunca hemos tenido un momento boyante en la historia de la clase media o la clase oprimida de México? Bueno, el chiste que efectivamente en esta analogía con la teoría de Darwin, existe una descendencia con modificación y es la que gobierna en este momento el país, de ahí parto para afirmar que no es un partido nuevo en el poder es la evolución mal lograda de aquel origen ancestral.
Ahora bien, la propuesta que Carlitos Darwin planteó para la evolución es nada más y nada menos que la selección natural, dice que debido a que los recursos son limitados en la naturaleza, los organismos con rasgos heredables que favorezcan la supervivencia y la reproducción tenderán a dejar una mayor descendencia que sus pares, lo que ocasiona que la frecuencia de esas características aumente a lo largo de las generaciones.
Los recursos son limitados en la clase política mexicana, aun en las más altas esferas del poder, mientras más señorío, más soberbia, más ambición, más corrupción, insisto, los recursos son limitados eso quiere decir que los organismos políticos heredan sus rasgos para perpetrarse en el poder y garantizar la supervivencia. Yo no se por qué nos escandaliza tanto lo que hacen los que quiere regenerar no sé qué cosa si aquí la respuesta es clara, es la misma clase política, aunque ellos se encuentren en un estado de negación y afirmen categóricamente que no son lo mismo (sobre todo su líder) nuevamente lo que dice Darwin, dejar una mayor descendencia que sus pares, perpetrar la especie. Ahí está, estimado lector, es la evolución del Nacional Revolucionario quien gobierna, con los mismos ideales, con las mismas mañas, con las cabezas que ahora asoman sus feroces colmillos para clavarlos en cada uno de nuestros bolsillos, en conclusión el homo politicus mexicano entra en los parámetros evolutivos de Carlitos Darwin, buscan perpetuarse en la cadena evolutiva a costo de la vida de una nación.
Gracias, querido Charles Robert Darwin, ya voy entendiendo de qué se trata todo esto.
@ericazocar