APRO/José Gil Olmos
De cara a la consulta para la revocación de mandato que se celebró este domingo 10, la propaganda que promueven los seguidores de la 4T refuerza la narrativa que sobre sí mismo ha construido López Obrador: la del líder que defiende al pueblo de un “enemigo” que no lo escucha y excluye. Graciela García Robín, experta en imagen y comunicación política, desmenuza la “construcción discursiva” que brinda popularidad al mandatario mexicano, la cual se refleja además en murales, estatuas, poemas, corridos, documentales…
En los últimos meses en diversas regiones del país se han presentado una serie de expresiones exaltando la figura de Andrés Manuel López Obrador en murales, efigies, bustos, pinturas, folletos, espectaculares, canciones y documentales que, según la experta en imagen política Graciela García Robín, refuerzan el caudillismo y mesianismo del presidente de cara a la realización de la consulta de revocación de mandato.
A diferencia de otros presidentes que han tenido que esperar hasta el final de su administración para tener su pintura o monumento, desde el inicio de su mandato López Obrador ha sido sujeto de homenajes mediante una serie de reproducciones de su imagen y de su historia, que son utilizadas para afianzar su proyecto de gobierno con un perfil populista, señala la investigadora universitaria.
En honor de López Obrador hay decenas de corridos sobre su vida que pueden encontrarse en las redes sociales; de hecho, sólo en YouTube se encuentran al menos cuatro decenas de páginas con corridos, uno de los cuales es el de los Tigres del Norte lanzado en 2017 bajo el título: “El AMLO”.
También hay bustos en Macuspana, Tabasco, su tierra natal, y en enero de 2021 el alcalde morenista de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, mandó pintar el mural “La Cuarta Transformación” que pone a López Obrador en medio de José María Morelos, Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas.
Además está la estatua que en su honor erigieron en el simbólico municipio priista de Atlacomulco, Estado de México, que sólo duró un día, pues fue destruida; pero aún le queda otra en pie que se encuentra en el rancho Rutilandia, propiedad de Rutilio Vargas, en Santa Rosa Jáuregui, Querétaro.
En el culto a López Obrador el sacerdote católico Alejandro Solalinde Guerra llegó a compararlo con Jesucristo.
“Creo que el mejor homenaje que se ofrece a dirigentes, incluso a héroes, heroínas, es siguiendo su ejemplo, no convirtiéndolos en piedra. No me gusta lo que tenga que ver con la vanidad, el culto a la personalidad”, dijo López Obrador cuando se le comentó de la estatua con su figura en Atlacomulco.
“Mesianismo político”
Al hacer un análisis detallado de estas expresiones y sobre todo de la estrategia de comunicación política y de propaganda que López Obrador ha desarrollado, la experta en marketing político García Robín observa que hay una táctica política para afianzar su proyecto de gobierno populista.
“Yo enmarco toda esta propaganda que ha desarrollado López Obrador en dos aspectos que fundamentan toda su construcción comunicativa. Por un lado, el marco de una narrativa relacionada con el mesianismo político; y por el otro, el entorno político populista”, señala.
En el primer punto, la teoría sobre el mesianismo, que viene del judaísmo y retoma la visión católica de Cristo, la académica de la UNAM y la Universidad Iberoamericana plantea que esta figura de líder mesiánico, cuya característica es la de un salvador, viene desde los siglos XVIII y XIX.
“No es el primero, el último ni el único; es decir, existen a lo largo de la historia líderes políticos que se han caracterizado por este mesianismo. El planteamiento del liderazgo mesiánico está basado en el triángulo de Stephen Karpman: víctima, perseguidor y salvador, que plantea la presencia de un líder que viene a salvar a un grupo que no ha sido escuchado o que ha sido afectado por otro grupo al que se identifica como enemigo”, explica García Robín.
Sobre el entorno populista, la investigadora cita al director de estudios de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, de Francia, el historiador e intelectual Pierre Rosanvallon, quien escribió hace un par de años el libro El siglo del populismo, en el cual afirma que “el populismo revoluciona la política del siglo XXI”.
García Robín precisa que aún cuando Rosanvallon no se refiere a López Obrador, las características del populismo que menciona se aplican al presidente mexicano.
Por ejemplo, la concepción del defensor del pueblo como una distinción entre “nosotros y ellos”. López Obrador dice ser el representante del pueblo que ha sido afectado por “ellos”, que son el enemigo.
Explica que con esta categoría del salvador del pueblo, López Obrador fortalece la construcción de su imagen a través de productos como el documental Andrés Manuel para principiantes del Canal 6 de julio, donde aparece como un personaje que defiende los intereses de un grupo al que pertenece y que históricamente lo ha defendido.
“Las imágenes que pude ver de ese documental son siempre las mismas: la de un hombre que lucha todo el tiempo, que es perseguido, que ha enfrentado a sectores muy poderosos en defensa de los intereses del pueblo al que él mismo se integra pero que lo viene a salvar”, precisa García Robín.