En el País de los Otros Datos nadie, absolutamente nadie, puede hacer un señalamiento al gobierno de la Cuarta Transformación, no importa el motivo, el modo o quién lo realice, de inmediato, Andrés Manuel López aparece para declarar que las críticas son infundadas, inventos de sus adversarios, o para ponerlo como un video viral, el presidente se rebaja para señalar que las críticas son “creencias de gente pendeja”.
No importa si son un grupo de personas preocupadas por el medio ambiente que, de la manera más respetuosa, piden al presidente que revise el trazo de la ruta del Tren Maya, López Obrador lo descalificará; y si son organizaciones de la sociedad civil u organismos internacionales, el presidente dirá que están mintiendo.
Recientemente el Comité Contra la Desaparición Forzada de la ONU presentó un reporte sobre las desapariciones en México, después de escuchar a familiares, colectivos, organizaciones y a las autoridades, emite una serie de recomendaciones que podrían ayudar a diseñar una política de Estado, que no existe, para evitar una crisis que no cesa; estas recomendaciones son generales y sencillas de atender, buscan encontrar soluciones al incremento de las desapariciones que se llevan a cabo por la delincuencia organizada, y algunas en las que participan autoridades.
La respuesta del Machito en Jefe fue contundente: “ningún organismo internacional va a ponernos en el banquillo de los acusados si estamos actuando con legalidad, con humanismo, si no permitimos la corrupción, si no permitimos la impunidad”. Para desestimar las recomendaciones, López Obrador abundó acusándolos de no contar con toda la información, de no estar “actuando con apego a la verdad”.
Para engrosar su argumento, el presidente señala que ya no hay impunidad, en comparación con los gobiernos neoliberales y que la Cuarta Transformación no permite ni la corrupción o la impunidad, a diferencia de la administración de Felipe Calderón; López Obrador hace, una vez más, referencia al pasado para acusar al organismo de la ONU de no haber visto “nada de los abusos que se cometían, crímenes de Estado durante el periodo neoliberal, hay que ponerlos al tanto de que ya es otra realidad”; y concluye que como no saben, pues inventan.
El discurso presidencial se desmonta con facilidad. El gobierno no actúa “con legalidad”, por el contrario, la constante violación de la ley en materia electoral o, dicho por el mismo López Obrador, de no venirle con el cuento de que la ley es la ley, da cuenta de su relación con la legalidad; no es un actuar con humanismo, cuando se rechaza recibir y atender a quienes se quejan indicando que podrían faltarle el respeto a la investidura; sí permite la corrupción, la lista de funcionarios morenitas y lopezobradoristas que están siendo llamados a rendir cuentas es larguísima, que el gobierno federal inhiba las investigaciones, es otra cosa, y hasta ahora, no hay un solo funcionario de los regímenes neoliberales que esté en la cárcel, como prometió López Obrador; y sobre la impunidad, basta referirse al terrible porcentaje de asesinatos de periodistas que no han sido resueltos, por no mencionar el incremento en los feminicidios que sufre el país por culpa de las autoridades de los tres niveles de gobierno que son incapaces de brindar la mínima seguridad a las mujeres, México se distingue por la impunidad.
No es que los adversarios inventen contra la Cuarta Transformación, aquí y ahora, el único que inventa una realidad idealizada es el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Coda. La respuesta del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez ante las acusaciones de López Obrador fue puntual:
Lamentamos la respuesta presidencial al Informe del #ComitéCED de la #ONU sobre las y los desaparecidos:
La crisis de violencia y desapariciones continúa, sin que se haya revertido. La ONU no inventó nada, constató la realidad del presente, que no es sólo herencia del pasado.
– Los órganos de Derechos Humanos no callaron ante la militarización en el pasado y no lo harán ante su profundización en el presente.
– En México se siguen violando los Derechos Humanos. La apertura a la asistencia y supervisión internacional es indispensable.
Lo triste y lamentable es que López Obrador, como Salinas de Gortari, ni los vea ni los oiga.
@aldan