A unas cuantas horas de que la dirigencia de Morena ordenara la instalación de tendederos para exhibir a los diputados federales que votaron en contra de la reforma energética de Andrés Manuel López Obrador, ya hay consecuencias del discurso de odio, varios legisladores se han quejado de que esta campaña pone en riesgo su integridad y otros han denunciado haber sido víctimas de agresiones por parte de los fieles de la Cuarta Transformación, y a pesar de todo, los miembros del partido del presidente se niegan a reconocer su responsabilidad.
Tanto Mario Delgado como Citlalli Hernández, presidente y secretaria general de Morena, han justificado su discurso de odio, no les queda claro que calificar como traidores a la Patria a quienes no obedecen los dictados del presidente, es un discurso que atenta contra la dignidad de los adversarios, los convierte en enemigos y azuza a los morenistas a llevar a cabo acciones destructivas.
La respuesta de la masa morenita a la estigmatización ha sido traducir que esos traidores deben ser ajusticiados, se asumen como víctimas y se otorgan permiso para llevar a cabo su venganza, eso que confunden con la impartición de justicia. Casas de gestión han sido vandalizada, diputados perseguidos o asaltados, y en redes sociales el morenaje ha vertido sus insultos a más no poder.
Mario Delgado desestima que haya puesto en riesgo la integridad de nadie y, como el bravucón que es, ha insistido en minimizar su campaña calificando de cobardes a sus adversarios y de no querer darle la cara al pueblo: “¿Por qué tienen miedo que la gente se entere de su voto? ¿A quién representan? ¿Por qué les asusta que el pueblo sepa que traicionaron a la patria?”, insistió a través de Twitter.
Citlalli Hernández regresó al Senado sólo para ir a acusar a los senadores, otra vez, en que son traidores, cuando más de uno de los miembros de la Cámara Alta le respondió, la morenita insistió en cerrar los ojos, antes que aceptar las consecuencias de su discurso, repitió lo que el presidente de Morena seguramente le indicó, dijo que sus tendederos “No es boletinar, no es atentar contra la existencia de nadie, es decir lo que creemos y si ustedes defienden no ser traidores a la patria, salgan con la gente”, una vez más, a enfrentar a la oposición con la rabia que han sembrado en un segmento de la sociedad que, desde que López Obrador ganó la presidencia, todos los días recibe un mensaje donde se desestima el disenso y profundizan las diferencias.
Como Citlalli Hernández, otros miembros de Morena, defienden su discurso de odio indicando que están en su derecho de calificar como traidores a la Patria porque ejercen su libertad de expresión, terrible justificación que muestra la ignorancia de la grey lopezobradorista.
Una vez más, los de Morena, incluido el presidente, se muestran como los conservadores que son, iguales o peores a quienes critican, en su intención de minimizar la derrota que sufrieron en una votación democrática, furiosos se arrojan a la denostación, sin el menor respeto a la inteligencia de la ciudadanía, confiados en la jauría que llevan años alimentando.
Coda. “El régimen está extraviado y desquiciado. La historia no se escribe desde los arrebatos de un poder que es efímero sino a partir de la memoria colectiva”, cito con admiración la respuesta de Jorge Álvarez Maynez a esta campaña. También en eso creo.
@aldan