Teresa Camou filma un drama rarámuri - LJA Aguascalientes
15/11/2024

 

Columba Vertiz

 

Cruz (2021), un documental dirigido por Teresa Camou Guerrero, muestra a la familia del indígena rarámuri Cruz Sánchez exiliada de su terruño en la Sierra Tarahumara y bajo la amenaza de muerte por narcotraficantes, debido a que él lucha por esclarecer el asesinato de dos hijos, quienes se negaron a trabajar con el crimen organizado, y anda en busca de liberar de la prisión a otro descendiente, “amenazado para que no diga nada”.

 

Este largometraje de 99 minutos forma parte de Primavera Documental del Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (DocsMX). El evento integra una muestra de siete películas, las cuales desde el 1 hasta el 31 de marzo recorren 80 sedes de 25 estados, entre cineclubes, casas de cultura, universidades, cinetecas, centros culturales o espacios abiertos (ver docsmx.org). Las demás cintas son:

 

499 (2019) de Rodrigo Reyes, Comala (2021) de Gian Cassini, El gran salto (2019) de Jorge Porras, Fiesta nacional (2021) de Augusto de Alba, Giro polar (2019) de José Emilio Ramos y Un México perro. El héroe verdadero (2021) de Rafael Aparicio y Andrés Klimek (éste último, documental en torno al difunto luchador zacatecano El Perro Aguayo).

 


Teresa Camou Guerrero (nacida en la Ciudad de México en 1977, pero de familia chihuahuense) narra por teléfono que grabó con su cámara fílmica durante 18 meses a la familia expulsada de su tierra natal, El Manzano, Uriachi, Chihuahua.

 

La cineasta, titiritera y profesora, realizó su primer documental en 2015: Sunú, acerca de la defensa del maíz, y terminó Cruz en abril pasado; este proyecto ganó, en 2020, el Premio José María Riba en Impulso Morelia 6, y en 2021, el reconocimiento Especial para Documental Realizado por una Mujer, de la Asociación de Mujeres en el Cine y Televisión de México –ambas preseas entregadas en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

 

Rememora que al personaje principal de su segundo documental, Cruz Sánchez, lo conoció hace 25 años, cuando era gobernador de su comunidad y defendía el territorio, los bosques y la soberanía alimentaria:

 

“Cruz y yo somos de la misma edad, tenemos 44 años. Yo durante 10 tuve una compañía de teatro indígena en la Sierra Tarahumara y él me invitó a su comunidad porque deseaba crear una obra de teatro para que la gente entendiera cómo cuidar el bosque. Se casó y tuvo cinco hijos, tres varones y dos mujeres. Vi a esa familia hermosa que llegaba a mis talleres; pero en 2015 me enteré del primer asesinato de su hijo Benjamín y me acerqué a ellos, ya desplazados, en el exilio, en la ciudad de Chihuahua.

 

“Se me caía la cara de horror y coraje al entender lo que estaban sufriendo. Era una familia que vivía del maíz y el frijol; pero al rehusarse a trabajar para el narco, le asesinan a Benjamín. Cruz denuncia ese crimen y lo atacaron con su familia, en su casa, el 29 de marzo de 2015, así huyen de su comunidad.”

 

Al ver el drama de Cruz, ella le expresó su deseo de crear el documental.

 

“Luego le asesinaron a su hijo menor, Memo. Es una amistad de muchos años… y ahora se ha hecho mucho más fuerte con este documental.”

 

En la cinta, Cruz Sánchez y algunos parientes (como sus hijas Nubia Lizbeth y Luz Alondra, su hijo Joel y la abuela paterna, Crecencia Lagarda) cuentan con dolor y preocupación lo ocurrido en carne propia.

 

Camou Guerrero se acercó a Cruz cuando finalizó su ópera prima Sunú y lo invitó con el resto de su familia para verla en algún lugar que rentó en la ciudad de Chihuahua:

 

“A Cruz le encantó la película y ahí le mencioné que le invitaba un café porque deseaba efectuarle una propuesta. Después nos vimos en un café y le recordé el teatro político que había creado en la Sierra y que Sunú era sobre la defensa del maíz, y me señaló que reconocía mucho mi trabajo. Entonces, le externé:

 

“–Mira Cruz, te lo voy a decir a ronco pecho, como somos los norteños, la verdad estoy destrozada por tu situación, por tu realidad, y no creo que ustedes vayan a tener justicia, porque México como país no está listo para dar justicia a comunidades como ustedes.

 

“Le argumenté que con el arte se podría obtener otro tipo de justicia visibilizando todo:

 

“–Quiero invitar a tu familia y a ti a que contemos lo que han pasado en un documental. No quiero que su caso finalice con un número de folio en una carpeta de una fiscalía donde nunca se va a tocar. Situaciones como las de ustedes les pasan a muchas personas, y nadie habla por miedo, y si no se habla, no se toman en cuenta en el país y se vuelven invisibles.”

 

Cruz le respondió que le diera unos días para soñar (“ya que los rarámuris sueñan antes de tomar decisiones”). Al día siguiente le llamó a la además licenciada en Artes Visuales y Ciencias Sociales por el Bennington College, Universidad de Artes Liberales de Vermont, Estados Unidos, para avisarle su respuesta afirmativa.

 

La comunidad de El Manzano designó a Cruz Sánchez gobernador indígena cuando él tenía apenas 16 años de edad.

 

Desde ese día ha dedicado su vida a pelear por la tierra y el territorio, los bosques y el maíz, y por la preservación de la lengua tarahumara, rarámuri o ralámuli ra’ichali (perteneciente a la familia lingüística yuto-nahua), su manera de vivir siendo un pueblo rico en cultura (pero marginado) y para proteger su modo de entender el universo.

 

En el largometraje, Cruz detalla a cuadro que a Benjamín “lo quisieron reclutar para que jalara para el crimen organizado, y empezaron a decir que si no trabajaban, que iban ir por ellos para levantarlos, mi hijo se asustó y se trasladó a la ciudad de Chihuahua”. Benjamín consiguió chamba de albañil:

 

“Duró como un mes y cacho trabajando en esa metrópoli, pero no aguantó, no estaba acostumbrado a aplicarse afuera, mucho menos en las obras. Me habló que se iba a regresar. En el camino se topó con uno de sus primos y varios sicarios armados los rafaguearon en la camioneta que viajaban.”

 

Inti Cordera (Ciudad de México, 1969), socio fundador y director ejecutivo de DocsMX, dice telefónicamente a Proceso que Primavera Documental surge de la necesidad de encontrar el camino para fortalecer programas e iniciativas de exhibición independientes en México:

 

“Sobra decir que la producción nacional cinematográfica goza de buena salud, mas no del todo los espacios que permitan que las películas producidas en el país lleguen hasta su audiencia; eso es una preocupación permanente tanto de los que hacemos películas, como de los que procuramos también generar estos lugares. Pero, sobre todo, el público merece acceder a la producción cinematográfica nacional que no llega a las pantallas comerciales o a los circuitos comerciales.”

 

Destaca Cordera que Primavera Documental es “como un proceso de maduración de ‘Doctubre’, que ha sido nuestro espacio colaborativo con redes de exhibición nacionales y que en 2021 cumplió 10 años, nos ha permitido integrar un amplio directorio de espacios de exhibición independientes y lo mismo universidades”.

 

Muy entusiasmado, el también productor y director fílmico remata:

 

“Nos animamos a entrar en el programa de estímulo fiscal para la distribución, Eficine Distribución, que nos permite de la mano de la confianza de nuestro contribuyente aportante, ASPEL de México, contar con recursos para producir la gira, generar programas de mano y crear una campaña de comunicación con los siete filmes y seguir con los compromisos fundacionales de DocsMX: contribuir a la difusión y promoción de la cinematografía documental y en particular de la cinematografía nacional.”

 


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