César Muñoz Valdez
Frenético festín rockero ofreció la agrupación Foo Fighters la noche del pasado martes en el Foro Sol, en un catártico espectáculo que se extendió poco más de dos horas y media para deleite de los 54 mil 800 fans reunidos.
La intensa lluvia previa al show dio tregua cuando emergió esta agrupación de la ciudad gabacha Seattle. Desde los primeros pasos sobre el escenario del líder Dave Grohl la buena vibra y comunión entre sus seguidores mexicanos confabuló perfectamente para un grueso concierto que arrancó a las 21:15 horas.
“Times Like These” y “The Pretender” hicieron temblar al recinto de Iztacalco en enloquecedora apertura. El público feliz brincaba cada rola. Y su melenudo y barbado vocalista conectó al instante con la gente, interactuaba y agradecía a cada oportunidad. Amor mutuo como el de viejos camaradas, entre una estrella de rock bien armada y la incendiaria fanaticada. Ante los ensordecedores aplausos y gritos en dedicatoria a los Foo, el sonriente Grohl simplemente cumplió la magia por todos anhelada, para dar vida a una extensa celebración rockera de complacencias.
Sin mayor parafernalia, la producción gozó de una pantalla monumental a telón de fondo y un par de plasmas laterales. La magia visual enalteció y concentró las miradas en la personalidad de sus integrantes, el bajista Nate Mendel, los guitarristas Pat Smear y Chris Shiflett, así como Taylor Hawkins en la bataca, Rami Jaffee en los teclados y Dave en las voces.
El magistral rock se desbordó a través de cada uno de los ejecutantes, con una audiencia de diversas generaciones al coreo de frenesí “Learn to Fly”, “No Son of Mine”, “The Sky is a Neighborhood” y “Breakout”. Un manto estelar de lucecitas de los aparatos celulares salpicó los recovecos del Sol para “My Hero”, en intenso paseo sonoro hacia “These Days”, “Medicine at Midnight” y “Walk”. El foro se trasmutó en pista de baile al estilo disco cuando se oyó “You Should Be Dancing”, en tributo a los australianos The Bee Gees. Aderezaron con una gala de “solos” en cada instrumento, desfilando primeramente Chris, Nate, Rami y el buen Pat, este último brindando una probadita de “Blitzkrieg Bop” (The Ramones).
Para el turno de Taylor abandonó su batería y cantó “Somebody to Love”, en honor a los añorados Queen. En este tema Grohl intercambió estafeta para tundir las percusiones (haciendo recordar sus tiempos de antaño como bataco de la extinta banda Nirvana).
Dave retornó a su puesto en el micrófono para entonar “All My Life”, “Run” y “Wheels”. Rifó cada acorde en destacable repertorio que también consideró “Love Dies Young” y vislumbrar el ocaso en la aclamada “Best of You”.
Is someone getting the best, the best,
the best, the best of you…
Con el éxtasis al máximo y sin pausa alguna, rasgaron “Aurora”, “Monkey Wrench” y “Everlong”. Parecía que nadie quería retirarse, incluido Dave Grohl y sus camaradas. En gratitud, genuflexiones y cobijados de una chillante retribución masiva, los Foo Fighters desaparecieron en graciosa huida cuando se acercaban las afilas sombras de la medianoche, concretando así un excelso recital que guardarán las venas del rock en futuros lazos veteranos.