En la mañanera de este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó que sus opositores se mostraron clasistas y racistas al mencionar a la mujer que vendió tlayudas en los pasillos de la sala de espera del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
“Qué poco conocen México, las culturas de nuestro país, ya quisieran comerse una tlayuda. ¿Qué quieren? ¿Hamburguesas? Pero es mucho el racismo, clasismo y coraje de nuestros adversarios, pero esto no saldría a flote si no se confrontan las ideas”, fueron las palabras del mandatario.
El racismo hace distinciones físicas en los rasgos o el color de piel, y es una forma recurrente en México, muy ligada al clasismo, que apunta contra el nivel social y económico de las personas, se trata de también una forma de discriminación que crea un ciclo de pobreza entre las personas, al marginarles el acceso a la educación y a las oportunidades de trabajo.
En México, tanto el racismo y el clasismo son muy utilizados para justificar privilegios sobre otros grupos, como los indígenas, afrodescendientes o precarizados.