- María Angélica Martínez Díaz es la rectora de la UTNA; las otras cinco universidades que dependen del gobierno estatal, tienen a un hombre como rector
Al igual que en algunos gabinetes y gobiernos, en la educación superior de Aguascalientes todavía no se llega a tener una ocupación de la mujer en puestos importantes, como lo son las rectorías de las universidades, tanto estatales, como federales e incluso en las denominadas autónomas.
En la entidad, son seis casas de estudios universitarios las que dependen del gobierno estatal, de las cuales, solamente en una de ellas se tiene como rectora a una mujer, en las otra cinco quienes las encabezan son hombres. Se trata de María Angélica Martínez Díaz, quien está al frente de la Universidad Tecnológica del Norte de Aguascalientes (UTNA).
Por otra parte, la Universidad Politécnica de Aguascalientes (UPA), la Universidad Tecnológica del Retoño (UTR); la Universidad Tecnológica de Aguascalientes (UTA); la Universidad Tecnológica de Calvillo (UTC) y la nueva Universidad Tecnológica Metropolitana de Aguascalientes (UTMA) tienen a un hombre por rector.
También el Instituto Tecnológico de Aguascalientes (ITA), que depende del Gobierno Federal, y la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), son encabezados por hombres. Incluso, replicando al gobierno estatal de Aguascalientes, que nunca ha tenido una gobernante mujer, desde su consolidación como UAA (en 1972, con Humberto Martínez de León), esta casa de estudios solamente ha tenido rectores hombres.
Inclusión de mujeres en puestos directivos universitarios, un pendiente latinoamericano
Si bien en lo local es evidente la mayoría de hombres en las rectorías de las universidades públicas, este panorama no es un caso excepcional, sino que se vive a lo largo y ancho de América Latina.
De acuerdo con el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (Unesco-Iesalc), se reveló que “a pesar de que en la región la matrícula universitaria muestra una presencia mayor de chicas, que representan un 55%, el liderazgo en las universidades públicas sigue estando en manos de los hombres”, según se lee en el texto “¿Dónde están las rectoras universitarias en América Latina? Datos de la UNESCO IESALC develan que sólo el 18% de las Universidades de la Región tiene a mujeres como rectoras”, publicado en el 2020.
Hasta entonces se calculaba que sólo el 18% de las universidades públicas de Latinoamérica tenían rectoras, resultado que se obtuvo de una muestra realizada en México, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Argentina, Panamá, Perú y Venezuela. Dicha cifra, alarmante por sí misma, termina por destacar ya que, hasta el 2019, solamente en 22 de los 46 países que conforman la Asociación Europea de Universidades no había ninguna institución cuya rectora fuera mujer.
En el estudio citado, se explica además que aunque las mujeres ocupan el 46% “de cargos docentes, los escalafones de más alta jerarquía están ocupados en mayor número por hombres”.
Asimismo, con base en la investigación realizada en esos nueve países, se encontró ausencia de estadísticas en torno a la participación paritaria de las mujeres en espacios directivos universitarios. “Es allí donde empieza a evidenciarse el ‘techo de cristal’ que impide que las mujeres accedan a los cargos de alta responsabilidad y, en definitiva, de poder en las universidades”, destacó Débora Ramos, especialista de la Unesco-Iesalc, y agregó:
“Por ello, es necesario que los países desvelen las cifras estadísticas para, una vez identificados los problemas, avancen hacia la implementación de planes que reduzcan la brecha de género”.
El acceso a la rectoría, un poder político
En la ponencia “¿Por qué las mujeres no son rectoras en México?”, realizada en el 2019 por Lourdes Consuelo Pacheco Ladrón de Guevara, de la Universidad Autónoma de Nayarit, explicó cómo en las universidades se proyectan sistemas específicos de jerarquía de género, así como de clase social y etnia. Asegura que en ellas existen estructuras sociales “en la cual existe un orden de poder/género en los espacios institucionalizados”.
Agregó: “el acceso al poder dentro de las universidades sigue pautas similares al acceso al poder en general. Se trata de un poder político y un poder cognitivo, porque se trata de puestos de mando, de ejercicio y distribución de recursos y personas”.
En dicha ponencia, no solamente hace la comparación de matrículas de las universidades públicas autónomas de México, para evidenciar la presencia de la mujer, sino que también aborda experiencias de mujeres que sí llegaron a ser rectoras. En ese momento, sólo seis mujeres ocupaban cargo de rectora en las 36 autónomas públicas del país.