En el papel lucía como el más atractivo y más equilibrado de los ocho conciertos que integraron la primera temporada del año 2002 de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, además del plus de volver a ver en el escenario al maestro Román Revueltas dirigiendo a la que durante 12 años fue su orquesta, ahora, claro, en el papel de director huésped.
Este equilibrio que menciono va en función, sobre todo, del repertorio seleccionado para esta noche, un programa con un delicioso aroma de romanticismo que impregnó dulcemente el Teatro Aguascalientes, la obra intermedia, el Concierto para fagot de Carl Maria von Weber con la participación de la fagotista Rocío Yllescas, es una obra que ubicamos justamente en el amanecer del romanticismo que los musicólogos ubican en 1805, justamente con la publicación de la Sinfonía Heroica de Beethoven, esta obra concertante de von Weber es de 1811. El concierto inició con la deliciosa Sinfonía para vientos de Charles Gounod y terminó majestuosamente con la Serenata para cuerdas de Tchaikovsky. Como ya lo comenté líneas arriba este concierto que cerró la primera temporada del año 2022 le fue encomendado al maestro Román Revueltas Retes.
El octavo concierto de la OSA inició con la Pequeña Sinfonía para vientos de Charles Gounod es una obra para música de cámara, un noneto integrado por una flauta traversa, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes y dos cornos. La siguiente obra, el Concierto para fagot en fa mayor de Carl Maria von Weber convoca a un mayor número de músicos, se trata de una orquesta pequeña propia del clasicismo vienés pero finalmente ya integra una orquesta completa. Estas son buenas noticias porque vemos como poco a poco se programa un repertorio que exige un mayor número de integrantes de la orquesta; claro que agradecemos la creatividad e iniciativa de los directores que han trabajado con la OSA al diseñar programas muy poco probables en circunstancias normales, la pandemia nos ha obligado a ser creativos en el repertorio que se ha interpretado en estos tiempos de pandemia. Pero vemos ya como las circunstancias permiten un mayor número de integrantes en el escenario, porque si bien es verdad que disfrutamos de este repertorio, ya es necesario volver a ver en las temporadas de conciertos programadas obras de Mahler, de Berlioz, de Bruckner, de Richard Strauss que exigen la presencia de la orquesta completa. El concierto terminó con la ejecución de la Serenata para cuerdas de Tchaikovsky que si bien convoca a un número importante de cuerdas, todavía no solicita la sección completa. Lo que entusiasma de verdad es saber que para los conciertos didácticos que serán dirigidos por el maestro David Pérez Olmedo y que iniciaron el 30 de marzo y continúan hasta el 8 de abril, ya se convoca la orquesta completa, esto me hace pensar que para la próxima temporada que seguramente habrá de iniciar a mediados del mes de mayo, ya tendremos obras que reclamen la presencia de toda la Sinfónica, la verdad, esto entusiasma mucho.
El maestro Román Revueltas hizo un gran trabajo, se ve que no fue nada difícil evocar los 12 años que fungió como director titular de nuestra máxima entidad musical, la música fluyó de manera natural, y recordamos algunas de las grandes noches del maestro, imposible no recordar aquella en la que dirigió de una manera soberbia la última de las Sinfonías de Mahler, esa fue una de las grandes noches que con las que recordaremos siempre al maestro Román Revueltas.
En el Concierto para fagot de Carl Maria von Weber disfrutamos de un inmaculado trabajo de la solista, la maestra Rocío Yllescas, actualmente principal de su sección en la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. Excelente, la verdad. Hace no mucho tiempo vi una entrevista en TV UNAM que le hicieron al maestro Iván López Reynoso, él decía en esta entrevista, entre otras cosas, que lo que hace grande a un músico es cómo interpreta eso que no está escrito en la partitura, es decir, la sensibilidad, la convicción y certeza de cómo debe ejecutarse algún pasaje específico de alguna obra, justamente eso fue lo que destacó la interpretación que hizo la maestra Yllescas del concierto de Carl Maria von Weber, además de una técnica, por supuesto, irreprochable, su interpretación fue fascinante, insisto, no solo por el dominio técnico de la partitura, eso se logra con trabajo, ensayos y evidentemente compromiso, sino eso que no se enseña en los conservatorios de música y que corre por la sangre del intérprete, yo creo que de manera natural.
El concierto se cerró con la Serenata para cuerdas en do mayor, Op.48 de Tchaikovsky. No cuesta trabajo entender que, por un lado, el repertorio del romanticismo se le da al maestro Revueltas, sino que de manera específica, la música de Tchaikovsky le es connatural, desde los primeros compases me dijo el ingeniero Salvador Meza, ex gerente de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes con quien tuve la oportunidad de compartir el concierto: “esto es lo suyo, Tchaikovsky es el favorito de Román”, y sí, no es complicado entenderlo, exquisita su ejecución, no fue lectura, eso se hace en los ensayos, fue una verdadera interpretación, llena de convicción, compromiso pero sobre todo pasión. Una delicia resultó este concierto de cierre de temporada.
La Orquesta Sinfónica de Aguascalientes continúa ahora con el ciclo de conciertos didácticos que iniciaron ayer miércoles 30 de marzo y concluyen el próximo 8 de abril con funciones, 09:00 y 11;15 de la mañana todos los días excepto los fines de semana teniendo como escenario la Sala de Conciertos del Complejo Ferrocarrilero Tres Centurias, estos conciertos son dirigidos por el maestro David Pérez Olmedo.