Por segunda ocasión consecutiva el maestro William Vergara dirige como huésped la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, en esta ocasión con un programa compuesto por tres obras diferentes períodos musicales y geografías muy diversas. El concierto celebrado el pasado viernes 18 de marzo a las 20:30 horas en el Teatro Aguascalientes inició con el tercero del ciclo de seis conciertos de Brandenburgo escrito en la tonalidad de sol mayor BWV 1048 de Johann Sebastian Bach, una serie de obras que ubicamos dentro del lenguaje del concerto grosso, propio del período barroco y con un requerimiento mínimo de instrumentistas por lo que resulta muy poco probable este tipo de repertorio en una orquesta sinfónica de gran formato como lo es la Sinfónica de Aguascalientes, pero recurriendo a un repertorio alterno que permita la sana distancia en el escenario todas las orquestas del mundo han echado mano a material musical del que no se ocuparían en tiempos normales.
Después del tercero de los Brandenburgo de Bach, disfrutamos de una obra que en lo personal me era desconocida, es el Tríptico para cuerdas del compositor japonés Yasushi Akutagawga, una obra de muy fácil digestión que resulto de verdad agradable al oído, sin las dificultades que nos proponía, por ejemplo, el Divertimento para cuerdas de Gerardo Guevara, aunque ciertamente con menos pasajes virtuosos para los interprets.
Después de un breve intermedio, continúa el concierto con la que es mi favorita de las nueve sinfonías compuestas por Franz Schubert, la No. 5, D. 485, una obra que a pesar de estar ubicada en el período del más estricto y ortodoxo romanticismo, echa un vistazo al sinfonismo clásico, incluyendo el inamovible menuette del tercer movimiento, inamovible al menos hasta que llegó Beethoven a revolucionar la estructura básica del lenguaje sinfónico cambiando el menuette por un scherzo, movimiento que hizo desde la segunda de sus nueve sinfonías y que consolidó con la composición de la corpulenta tercera, la Heroica (o Eroica en el original italiano), aunque este reacomodo del lengua de la sinfonía ya lo insinúa desde la primea sinfonía en donde mantiene el menuette pero es un menuette mentiroso que realmente esconde ya el scherzo que no tardaría en salir a la luz. De esta manera Schubert, despreocupado, incluso feliz, regresa un poco en el tiempo y juguetea con el sinfonismo clásico.
Como ya lo comenté líneas arriba, el concierto le fue encomendado al maestro Vergara con dos fechas de manera consecutiva. No tengo duda de que el maestro tuvo una buena comunicación con la OSA, ese tipo de situaciones se hacen evidentes en el resultado final del concierto y en la respuesta de los músicos de la orquesta a los requerimientos del director. Y es que de verdad, una cosa es que la orquesta cumpla con el compromiso de hacer una buena ejecución, e incluso, en algunos casos, apoyar al director o hasta salvarlo en una situación comprometida, y otra es cuando el director, con un conocimiento de causa absoluto y un dominio pleno de la partitura que tiene en su atril, convence a los músicos de cómo debe ejecutarse un pasaje o una obra completa. L a verdad tuvimos la oportunidad de disfrutar de un concierto completo en donde no basta el compromiso con las obras a interpretar, sino que hay que tener ciertas dosis de pasión, claro, ocuparse de eso que no está escrito en la partitura.
Para este viernes la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes tendrá su cierre de la primera temporada del año 2022, insisto, temporada muy importante porque por un lado es la que marca el inicio de una nueva etapa en nuestra máxima entidad musical con la presencia del maestro Emmanuel Siffert como nuevo director titular, y por otro lado es la temporada de conmemoración de los primeros 30 años de esta flamante nueva versión de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, ya reconocida oficialmente por nuestro gobernador, el contador Martín Orozco Sandoval como embajadora cultural del estado, y en espera de que finalmente se le reconozca como patrimonio cultural de Aguascalientes, un nombramiento que nadie lo merece más que nuestra amada sinfónica.
El cierre de temporada luce atractivo con un concierto que inicia con la Sinfonía para vientos de Charles Gounod, el Concierto para fagot en fa mayor de Carl Maria von Weber y termina con la Serenata para cuerdas de Tchaikovsky. Este concierto de cierre de temporada le ha sido encomendado al maestro Román Revueltas, muy conocido por la orquesta y melómanos de Aguascalientes ya que dirigió a la Sinfónica en un período de 12 años, ha sido nuestro director más longevo.
El concierto es este viernes 25 de marzo a las 20:30 horas en el Teatro Aguascalientes. Por ahí nos vemos si Dios no dispone lo contrario.