No, no será la Feria Nacional de San Marcos que alguna vez conocimos, aquella que dejamos en pausa cuando las autoridades anunciaron que las condiciones de salud en el país y en el mundo nos pondrían en riesgo si nos reuníamos a festejar como sabíamos hacerlo. Dos años al hilo la Feria tuvo que ser cancelada. Hoy en día con el tiempo encima del tan ansiado regreso de la festividad más importante para el estado, el debate sobre lo oportuno de llevar a cabo un evento de tales dimensiones sigue en la mesa, que si vale la pena priorizar la economía sobre la salud o que si habrá restricciones para aquellos que no se han vacunado, solo por mencionar algunos entre los muchos otros temas que aún se están definiendo. Mientras tanto, las instalaciones del corazón de la Feria no parecen acompañar la ilusión del regreso, con una zona comercial y de antros sobre la explanada San Marcos en abandono, stands de Gobierno del Estado sobre la plancha de expoplaza desmantelados o con el propio centro comercial Expoplaza hecho un fantasma, es difícil imaginar cómo resultará esta edición.