Si usted, como yo, creía que no era posible el que existiera una serie de televisión sobre un programa de noticias con una trama interesante, que tratara un tema por demás controversial de manera innovadora, nos equivocamos, pues The Morning Show tiene una propuesta sobre algo de lo que se rumora pero jamás se confirma.
Alex Levy y Mitch Kessler son los conductores del programa de noticias más importante en los Estados Unidos, durante los últimos 15 años. Todo parece perfecto hasta que un diario publica un artículo donde se da a conocer el comportamiento sexual inapropiado de Mitch Kessler con sus compañeras de trabajo, quienes denunciaron ser víctimas de seducción y violación, por lo que fue despedido.
Alex sabía que la televisora no quería renovar su contrato, por lo que decide cambiar el rumbo del programa al anunciar a su coconductora de manera improvisada, una reportera llamada Bradley Jackson, quien gracias a su estilo periodístico provoca más enredos ante su incansable búsqueda de justicia.
Se preguntará usted ¿pero qué es lo interesante de todo esto? Y la respuesta es muy sencilla, el cómo develan la cultura del silencio.
Verá usted, todo el staff del programa sabía lo que ocurría con Mitch, también el productor de noticias, el director del canal, así como el presidente de la cadena, y nadie hacía algo al respecto, por el contrario, tenían bien establecida una estrategia para callar a las víctimas si esto era necesario y en ello no metían las manos ni el director ni el productor.
El comportamiento equivocado y permitido de Mitch fue revelado y las vidas de todos los miembros de The Morning Show estuvieron en el ojo del huracán por lo controversial que resultó ser el artículo que dio a conocer el hecho.
En el estudio de The Morning Show nadie hablaba sobre ello, todos lo negaban, sin embargo, todos habían sido testigos de algunos hechos, que si bien parecían insignificantes, denotaban que ocurría algo que no estaba bien.
Se dice que es muy común que sucedan hechos de seducción en la televisión, aunque sabemos que se da en todos los rubros y no únicamente en ese, quizá la televisión al formar parte de los medios de comunicación da pie a que sean más escuchados los rumores sobre lo que pasa entre el staff, los productores, directores y el mismo presidente de la televisora, hasta Willie Colón tiene una canción que habla al respecto.
Algunas veces son rumores y nada de lo supuesto pasa, sin embargo, en ocasiones no lo son y las personas involucradas están inmersas en la “cultura del silencio”, donde no pueden decirle a los demás lo que sucedió, ya sea porque creen que no les van a creer, están siendo presionadas para guardar silencio, o las autoridades correspondientes dentro de la empresa o la institución tratan de alguna manera de comprar el silencio de la persona.
Se piensa que lo mejor es no involucrarse cuando se ve un comportamiento inadecuado, de hecho, hay quien recomienda abiertamente: no te metas, no hagas nada, no digas nada, no preguntes, sean discretos, claro que después tendría que afirmar, “porque no haremos nada al respecto y nadie lo hará”.
La cultura del silencio se aprende desde muy temprana edad y en ocasiones se aplica en cosas simples que no tienen consecuencias, sin embargo, no siempre es así.
La pregunta es si estamos ya tan acostumbrados a que ciertas cosas negativas sucedan en nuestro entorno que preferimos quedarnos al margen de lo que sucede, o bien, si hemos perdido ya la sensibilidad con los otros y por ello ya nos da igual lo que les suceda, claro, mientras no me pasé eso.
La cultura del silencio nos lleva a ocultar la violencia. Por ejemplo, los hombres no denuncian la violencia doméstica, los vecinos y los familiares observan cómo ocurre y ninguno es capaz de denunciar, los otros argumentan: ellos sabrán, son sus cosas, mientras que el daño físico y emocional afecta a las personas involucradas. Las heridas físicas sanan pronto, sin embargo, las emocionales si no son tratadas pueden permanecer ahí, indefinidamente.
En las oficinas muchas mujeres sufren acoso y son víctimas de seducción, no denuncian por mil y una razones, pero también por causa de la cultura del silencio.
Aunque la cultura del silencio está muy bien arraigada en algunos lugares, también debemos reconocer que otros están abiertos a la no violencia y realizan campañas de concientización sobre los diferentes tipos de violencia intentando crear confianza para que, si un hecho así ocurre, las personas involucradas puedan denunciar y recibir la atención especializada que se requiera.
Jamás imaginé, después de que me la recomendaron, que una serie sobre cómo se hace un programa de noticias y su staff resultara tan interesante al punto de recomendarlo.
The Morning Show es una serie que nos permite ver la importancia de lograr un cambio en la cultura de la violencia y en saber que aunque la lucha será difícil y parezca interminable, siempre es importante hacer lo correcto.
Con tan sólo dos temporadas The Morning Show ha sido ganadora por la Crítica televisa, y es natural, el casting, la historia, los giros de la misma nos cautivan, al tiempo que tratamos de indagar qué es lo que sucederá después, y en el siguiente capítulo.
La cultura del silencio es un arma peligrosa.
No se pierda The Morning Show, pero sobre todo, digamos no a la cultura del silencio.
Laus Deo
@paulanajber